La normativa en PRL

1. Pregunta: La Ley 31/1995 de prevención de riesgos laborales, establece en su artículo 19 la necesidad de formación en PRL para los trabajadores, pero más allá de esta obligación legal, ¿cómo puede una organización conseguir que la formación sea realmente eficaz y no un mero tramite legal?

Respuesta:

La ley de prevención de riesgos laborales (Ley 31/1955 de 8 de noviembre) en su artículo 19, afirma que se deben de formar a los trabajadores en prevención de riesgos laborales con la finalidad de promover la seguridad y la salud de estos (Ley 31/1955. Art 2 ).

Dicha formación debe realizarse en el momento de la contratación y es un proceso que se considera abierto en el caso de introducirse novedades, materiales o nuevas variantes en el puesto de trabajo pertinente.

La formación deberá llevarse a cabo por profesionales dentro del sector indicado y podrá ser de múltiples formas: presencial, semipresencial, a distancia…

Para comprobar la adquisición de esas competencias en materia de PRL, la empresa debe obtener información a través de diferentes medios como:

1. Encuestas realizadas por los propios trabajadores de la empresa. (¿Saben qué hacer?, ¿cómo actuar? ¿Qué riesgos ven en su día a día?)

2. Observaciones por los responsables de sección de la propia empresa. (¿En qué condiciones trabajan los trabajadores? ¿Cumplen con las medidas de seguridad establecidas?).

3. Auditorías externas. (Que pueden dar las claves desde un punto de vista más objetivo y neutral).

Además, si la empresa contempla un apartado de formación continua que se refleje en un aumento de sueldo, esto puede suponer un incentivo para los trabajadores a seguir formándose en materia de PRL.

2. Pregunta: Desde la publicación de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, hemos asistido a una ingente producción normativa que ha venido regulando distintos aspectos en materia de seguridad y salud en el trabajo. La cuestión es: La normativa en prevención de riesgos laborales, ¿es suficiente para generar una cultura preventiva?

Respuesta:

La normativa en PRL es necesaria pero no suficiente para la adquisición de una “Cultura preventiva”, se debe adaptar a cada contexto concreto.

Para la consecución de esta máxima, considero que los trabajadores deben estar implicados en el proceso que supone la seguridad laboral en una empresa. Se debe, así mismo, implicar a todos los entes pertenecientes a la jerarquía de la empresa de forma que todos ellos trabajen de manera conjunta y coordinada.

La creación de un plan que todos cumplan, desde trabajadores de la propia empresa como subcontratas, se torna imprescindible. Dicho plan estará en constante crecimiento

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