Las Conductas Pro Sociales Y El Aprendizaje Servicio

• Las conductas pro sociales son aquellos comportamientos que, sin la búsqueda de recompensas externas, extrínsecas o materiales, favorecen a otras personas, grupos o metas sociales y aumentan la probabilidad de generar una reciprocidad positiva, de calidad y solidaria en las relaciones interpersonales o sociales consecuentes, salvaguardando la identidad, creatividad e iniciativa de las personas o grupos implicados.

Como ejemplo podemos traer a colación la simple acción de escuchar a otra persona, interesarnos en lo que nos dice y ofrecer una palabra de aliento, o alagarlo para aumentar su autoestima. O, para un ejemplo más tangible, la donación de alimentos, ropa, etc, a una persona o grupo social que lo necesite.

• Las conductas antisociales son aquellas que salen de las normas sociales y que son alteraciones de la conducta con una duración mayor a 6 meses. Suelen ser muy variadas, entre ellas se pueden mencionar: acciones agresivas, mentiras, robos vandalismos piromanía, absentismo escolar, holgazanería, huidas de casa o abuso sexual, etc.

• Es importante enfocar la prosocialidad en la educación ya que el profesor, siendo un modelo colectivo positivo para la educación de sus alumnos, los guía por un camino de experiencias que lo llevarán principalmente a ayudar a los demás y aprender del mundo real, y como consecuente, a un sentimiento de auto realización que aumenta su autoestima, viéndose esto también reflejado en el resto de sus actividades tanto escolares como cotidianas extra institucionales. Es decir que se logra un ciclo homeostático de positividad y entrega, ya que no sólo el receptor obtiene un beneficio, sino que el emisor también consigue satisfacción al ayudar.

• El Aprendizaje-servicio pone en práctica conductas prosociales, llevándolas a cabo y enseñándolas, como una cadena de aprendizaje y enseñanza, y es justamente esta estrecha interrelación, la que une a la disciplina con las conductas prosociales.

• Los objetivos de la prosocialidad que se pueden cumplir en el proyecto de Pobreza infantil y Educación Sexual, son:

1) Ayuda física: Una conducta no verbal que procura asistencia física a otras personas para cumplir un determinado objetivo, y que cuenta con la aprobación de las mismas.

2) Servicio físico. Una conducta que elimina la necesidad a los receptores de la acción de intervenir físicamente en el cumplimiento de una tarea o cometido, y que concluye con la aprobación o satisfacción de éstos.

3) Dar y compartir. Dar objetos, ideas, experiencias vitales, alimentos o posesiones a otros.

4) Ayuda verbal. Una explicación o instrucción verbal que es útil y deseable para otras personas o grupos en la consecución de un objetivo.

5) Consuelo verbal. Expresiones verbales para reducir la tristeza de personas apenadas o en apuros y aumentar su ánimo.

6) Confirmación y valorización positiva del otro. Expresiones verbales para confirmar el valor de otras personas o aumentar la autoestima de las mismas, incluso ante terceros (interpretar positivamente conductas de otros, disculpar, interceder, mediante palabras de simpatía, alabanza o elogio).

7) Escucha profunda. Conductas meta verbales y actitudes en una conversación que expresan acogida paciente pero activamente interesada en los contenidos y objetivos del interlocutor.

8) Empatía. Conductas verbales que, partiendo de un vaciado voluntario de contenidos propios, expresan comprensión cognitiva de los pensamientos del interlocutor o emoción de estar experimentando sentimientos similares a los de éste.

9) Solidaridad. Conductas físicas o verbales que expresan aceptación voluntaria de compartir las consecuencias, especialmente penosas, de la condición, estatus, situación o fortuna desgraciadas de otras personas.

10) Presencia positiva y unidad. Presencia personal

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