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Conducta Pro Social


Enviado por   •  21 de Octubre de 2018  •  Ensayos  •  2.457 Palabras (10 Páginas)  •  138 Visitas

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                                                    CONDUCTA PRO SOCIAL

     El ser humano vive en interacción  constante con el otro y por ende aprende mecanismos que causan satisfacción a sí mismo pero también en estos vínculos que crea con la propia humanidad aprende un sistema de valores donde se obtiene conductas de ayuda, cooperación y solidaridad.

      Ahora bien, hablando sobre una conducta pro social nos referimos específicamente a la conducta social positiva que tiene como resultado el beneficio de otro o consecuencias sociales positivas, y esta puede o no ser influenciada por una motivación altruista.

      Es importante analizar varias puntos que influyen en el mantenimiento de conductas prosociales, el papel que cumple la familia como su medio de socialización más cercano, la función de la escuela y también el de los medios sociales que tiene gran valor en la construcción de la identidad actual; además de identificar los valores centrales que pertenecen al comportamiento prosocial y como se puede llevar al otro extremo donde las emociones negativas gobierna el consciente y restringen el servicio social que puede brindar el hombre.

      El hallazgo de que la conducta prosocial juega un papel central en el bienestar psíquico y físico de los adolescentes tiene una serie de implicaciones muy claras en diferentes ámbitos. Desde nuestro punto de vista, el mayor impacto de esta evidencia se debería dar en el ámbito educativo. Así, cada vez existe más acuerdo respecto a la necesidad de fomentar en los colegios e institutos los estilos de conducta prosociales basados en la asertividad, con el fin de prevenir la aparición de conductas violentas (violencia de género, etc.), y fomentar las conductas de tipo prosocial beneficiosas para la salud.

     La conducta prosocial se convierte en una herramientas para evitar o más bien, disminuir los índices de agresividad presentado en los individuos, y si se proyecta a futuro una persona violenta y con poca capacidad emocional probablemente cometa actos delictivos y se convierta en un antisocial, pero sí dese niños se ha trabajado en fomentar las características que fomentan la conducta prosocial la historia puede tomar un rumbo positivo para el bienestar común.

      Los estudios sobre la prosocialidad empiezan en los años 60 debido al fenómeno llamado “efecto del espectador” que comenzó hacer estudiado dentro del campo teórico de la psicología social (Moñivas, 1996 citado en Arias,W. 2015). El efecto del espectador básicamente nos refiere cuando existe un acontecimiento y se necesita que alguien agilite procesos para ayudar la emergencia pero nadie hace nada porque hay un número de grande de personas y creen que cualquiera puede asumir la responsabilidad y así otro intervendrá y finalmente  todos se abstienen de hacerlo.

     El estudio de la conducta prosocial comienza a profundizarse después de hechos que hicieron pensar que se ha construido una sociedad fría y desinteresada en el bienestar del otro; Moñivas, A. (2006) afirma que “la conducta prosocial es una de las formas de comportamiento moral, se asocia  con las conductas de consuelo, dar, ayuda, altruismo, confianza, compartir, asistencia y cooperación” (p, 129). Estos valores y actitudes son fomentados desde el núcleo básico de la familia y se adquieren mayormente en la infancia, si se cree que la conducta prosocial va en descenso significaría que algo ha cambiado dentro de la estructura familiar, podría pensarse que la inserción de la mujer en el espacio laboral y a la par trabajando con el padre de familia, deja al niño con muy poco contacto y más cuando los padres no promueven espacios de interacción con ellos, crean actitudes reacias que impiden el surgimiento de conductas prosociales.

     Las conductas prosociales no solo tienen beneficio en el otro, este de aquí también se retribuye a quien otorga la ayuda, ya que esto refuerza su autoestima que debe estar bien equilibrada y con fuertes valores morales; quien posee conductas prosociales destaca en el área profesional en que se desempeña por la imagen social que proyecta (Guigui, L. 2017).

Espinosa,  Ferrándiz  y  Rottenbacher ( 2011) manifiestan que existen factores que promueven y facilitan la conducta social, uno de ellos es la empatía, es decir la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender desde su percepción el dolor o situación vivida, el juicio moral que nos influye hacer el bien y no perder la oportunidad de ayudar al otro si tenemos las herramientas adecuados, y un punto muy importante son las emociones positivas porque solo siendo capaces de filtrar las emociones que nos llevan a pensar en situaciones en las cuales no percibimos ayuda y que fuimos rechazados o menospreciados,  se podrá brindar nuestra servicio social, para que esto se dé, debe haber una manejo de la inteligencia emocional muy elevado.

     La construcción de una identidad, de la estructura de la personalidad y por ende de la conducta prosocial viene arraigado a otras causales. “El comportamiento de ayuda se ha descrito como multideterminado por una amplia gama de factores causales, circunstancias moderadoras y mecanismos mediadores” (Penner, Dovidio, Piliavin, & Schroeder, 2005, p. 36).

     Sin duda alguna la conducta prosocial tiene un origen moral, apunto a ser personas de bien y definidas también como una conducta positiva cuyo fin principal es beneficiar a otro individuo, y para que estas interacciones surgen, la empatía juega un papel indispensable para ayudar al otro, poder tener un proceso de identificación y no esperar que otro ayude, la base motivacional para mantener esas conducta son las emociones positivas entendiéndolas como la gratificación que obtendrá al realizar un acto bondadoso que espera alguien día también se lo ofrezcan (Moñivas,  2006).

     Una de las ramas de la psicología se relaciona íntimamente con la conducta prosocial es la psicología positiva que estudia las bases del bienestar psicológico,las ofrtalezas y virtues humanas como potenciadores diarios.  Inglés,  Martínez-González,  Valle,  García Fernández y Ruiz-Esteban (2011) manifiestan que estos vínculos surgen a raíz de su orientación hacia el establecimiento de  relaciones  positivas,  empáticas,  cooperativas  y  responsables  con  el  fin  de  beneficiar  a  otros.

     Es muy importante analizar factores externos a la familia que influyen en la formación del individuo, y encontramos un aspecto muy importante inmerso dentro de los hogares de la mayoría de las familia y que pareciera no ser tan relevante como lo es la televisión, desde un enfoque educacional y formativo podemos observar como forma o degenera la conducta humana y es inevitable pensar su intervención en el desarrollo de la prosocialidad, debido al fácil acceso a este medio de comunicación, controlar los contenidos vistos es una situación complica más cuando hasta en caricaturas se influye en el hombre tanto en sus conductas e interrelaciones, además de ciertos estereotipos que se difunden por estos medias que esquematizan el cerebro humano de forma inequívoca a la realidad,  que por ganar rating termina destruyendo grandes seres humanos y maravillosas mentes.

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