Las perspectivas comerciales con la Unión Europea, retos de la mejora de los sistemas de poscosecha de productos hortofrutícolas en Latinoamérica

Nombre: Tituaña Alexander

Fecha: 28 – 07 – 2018

Asignatura: Poscosecha

Tema:

Las perspectivas comerciales con la Unión Europea, retos de la mejora de los sistemas de poscosecha de productos hortofrutícolas en Latinoamérica.

El vinculo que se a formado entre la Unión Europea (UE) – Ecuador y Latinoamérica en general se han incrementado notablemente, desde su inicio con varios cambios político e institucionales que se han presentado en el país, hasta llegar al acuerdo, por un marco jurídico y técnico para la cooperación, conocido como Acuerdo Marco de Cooperación en 1993 en Bruselas para el convenio con respecto a Ecuador, para luego ser reforzados por medio de sesiones regulares con las autoridades nacionales para fortalecer el acuerdo y la cooperación, los cuales se enfocan en impulsar los ámbitos de desarrollo social, enfatizando el aspecto educativo y fortaleciendo el desarrollo económico, por medio de el sector productivo que es el que promueve el desarrollo del país, las cuales complementan su relación con la intervención de las regiones políticas a nivel de subregiones conocidas como la Comunidad Andina (CAN) y de igual manera con el sector regional llamado Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC), y la Unión de Naciones Unidas Sudamericanas (UNASUR), la que interviene en la integración andina, y la Unió Europea sigue meticulosamente los cambios del proceso de restructuración de la CAN, permitiendo obtener mejor y nuevas iniciativas de cooperación que se dirigen al desarrollo del ámbito económico y comercial. Por lo cual, asta hoy en día este acuerdo entre América Latina y la Unión Europea apunta el desarrollo de las relaciones políticas, comerciales, humanitarias y de cooperación al desarrollo (Saltos, 2016).

La Unió Europea a presentado desde un inicio una marcada tendencia política con América Latina, lo cual es muy diferente con el enfoque económico y regionalista que presentan los Estados Unidos de Norte América que ha tenido desde siempre hacia esta región. Por lo cual, desde la década de los setenta y ochenta, las relaciones que se tenia con la Unió Europea han sido principalmente de solidaridad hacia Latino América, en la que aquel momento esta región se maneja con regímenes de total autoridad (Delegación de la Unión Europea en Ecuador, 2017).

Por este motivo, se inicio relaciones comerciales de manera paulatina, inicial mente con países que presentaban un mayor potencial económico, y partir de estos para orientarlos asta cumplir con América Latina. Dentro de los primero países que se tomaron en cuenta de Latino América fueron Argentina, Uruguay, Brasil, y México, a los que se les denomino como acuerdo de primera generación (Ocde & Fao, 2015).

Para luego en los años ochenta, la Comunidad Económica Europea presento un gran crecimiento en la región de Centroamérica, mediante un programa conocido como “Proceso de San José” con el propósito de pacificar y aportar al cambiar el modelo político, ya que por medio de esta línea de cooperación se dio inicio a la formación de la dinámica de negocios para la cooperación política y económica, la cual se muestra en el Acuerdo de Luxemburgo dando inicio a las asociaciones que se conocen como acuerdos de segunda generación, en los cuales su enfoque tiene mayor amplitud que en su inicio, enfocándose también de los intereses comerciales, a los aspectos políticos y de cooperación de desarrollo, cuales son componentes indispensables para los mismos (Sabourin, Samper, & Sotomayor, 2015).

Además de los enfoques que se dan país por país, se inicia un impulso a la aplicación de los acuerdos a nivel subregional, con el fin de promover la integración económica en la región como elemento esencial del desarrollo económico (Crusius, 2003).

Y por consiguiente en los conocidos acuerdos de tercera generación, se incorporan otras cláusulas de carácter democrático, en el que se establece el respeto a los principios democráticos y de los derechos humanos como base de la asociación con la Unión Europea, de la cuales también se ramifican cláusulas evolutivas, que ayudan a tener una visión a largo plazo de los acuerdos, que favorecen al incremento de nuevas formas de cooperación en muchos mas ámbitos (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), 2015).

En los últimos cinco años la Unión Europea sea convertido por mucho tiempo en el principal mensajero de inversión directa extranjera, en las cuales, las empresas europeas y también las españolas, han aportado a los procesos de privatización que han sido el ejemplo de muchas economías de Latino América en el sector de servicios bancarios, energéticos, medios de comunicación y transporte aéreo, de las cuales muchas han sido por desgracia expropiadas (Delegación de la Unión Europea en Ecuador, 2017).

Por desgracias para la Unión Europea el panorama en la actualidad no es muy favorables desde la salida de Inglaterra, y otros factores mas, los cuales han apuntado a un decrecimiento de el desarrollo del la Unión Europea en general con relación a la de Latino América, pero Latino América al ser dependiente de la Unión Europea no se queda atrás, siendo esta también afectada (Gratius, 2013).

Aunque se presente una lenta recuperación económica de la Unión Europea, este afecta directamente a la economía de América Latina y el Caribe, los cuales presentan la tasa de crecimiento mas baja a nivel mundial. Claramente esta descendente situación se ha visto reflejada en el menor crecimiento de la demanda y exportaciones de alimentos, materias primas y demás productos agrícolas ofertados a la Unión Europea por parte de América Latina. Es por este motivo que el mayor afectado acusa de este panorama negativo, es el sector de la agricultura que tiene como destino la exportación a la UE y Asia (CEPAL, 2015).

Es por este motivo que el ámbito productivo, de América Latina y el Caribe con respecto a la Unión Europea son muy variados, ya que para la producción ya no dependerá de la demanda y de las decisiones de producción a partir de las condiciones del mercado (precio), como se hacia en años anteriores, pues ahora será necesario también tomar en cuenta los impactos de plagas y el clima con relación en los rendimientos, es decir la que la producción y el producto que se encuentre en la condición de ingreso a esta región deberá cumplir con regímenes y estándares, que lo conviertan en mas competitivo, con relación a la producción de regiones del Norte (Cornejo, 2017).

Tomando en cuenta aspectos como los antes mencionados, las plagas y las condiciones de los productos, nos hacen referencia a una mejor producción tomando en cuenta cada una de las etapas de producción, entre ellas las de época de siembra, tiempo de cosecha, poscosecha, conservación, y almacenamiento de los productos, con el fin de llegar a su destino con mejores características y generen competitividad en el mercado (FAO, 2014).

Debido a esto, América latina a hecho frente a la problemática incrementado su producción agrícola, mostrando competitividad con países asiáticos y africanos. Gracias a la implementación de e incorporación de tierras nuevas y la disminución de la mano de obra reduciendo costos de producción mediante el uso de maquinarias a permitido a varios países de América Latina incluso duplicar la producción de calidad, para su exportación a países europeos (Freres & Sanahuja, 2013).

Pero este incremento de producción con el propósito de satisfacer las demandas de exportación de productos hortofrutícolas, presenta un gran esfuerzo, que no solo esta dirigido a incrementar la producción y productividad en la agricultura, sino también para incrementar el valor de sus productos, es decir otorgarles un valor agregado a los productos agrícolas como las hortalizas, frutas, cereales, entre otros, y de igual manera mejorando sus medios y canales de comercialización (Sabourin et al., 2015).

Esta mejora se ve reflejada por la incorporación de nuevas tecnologías e innovaciones en nuevos sistemas de producción en cada uno de las etapas de desarrollo de los productos asta su exportación promoviendo su producción en los últimos años. En la agricultura familiar también se ha visto reflejado el incremento debido al uso y implementación gradual de nuevas tecnologías a sus sistemas de producción y de conservación dejando de lado la producción convencional, dando cabida a nuevos canales de comercio (Müller, Wouters, Defraigne, Santander, & Raube, 2017).

Para mantener e incrementar la competitividad en los mercados nacionales e internacionales, se requerirá continuar con los esfuerzos de fortalecimiento de los sistemas nacionales de innovación; promover la agregación de valor y la diferenciación a partir de factores ambientales, territoriales o culturales; y fortalecer la vinculación de la agricultura familiar con los mercados impulsando la capacidad empresarial, el desarrollo de mercados y canales alternativos de comercialización, el fortalecimiento de programas e instrumentos para la gestión de riesgos y la creación de capacidades que permitan cumplir con las nuevas normas del comercio (Andrade & Meza, 2017).

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