Los Cinturones De Pobreza
sarahymejia_8 de Agosto de 2013
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Mil millones de habitantes viven en los cinturones de miseria de las grandes ciudades
La cantidad de habitantes que viven en los cinturones de miseria de las grandes ciudades alcanzó ya la cifra de mil millones de personas, según información del tercer Foro Mundial Urbano, difundido aquí por Naciones Unidas México, quien destaca también que los vecindarios pobres con mayores carencias se encuentran en el Africa Subsahariana, el sureste asiático y América Latina.
Además, se señala que en muchos aspectos, particularmente en las áreas de sanidad y salud, los pobres urbanos están en mayor riesgo que los de las áreas rurales, debido a la aglomeración, por lo que uno de los retos en las áreas urbanas es la densidad de la población. "Los gobiernos deben hacer mucho más para mejorar la situación en los cinturones de miseria, e incluso reducir su población"
La conferencia internacional sobre el rápido crecimiento y expansión de las urbes alrededor del mundo se celebra este año en la ciudad canadiense de Vancouver y es organizada por el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, en donde se reportó que 3 mil millones de personas, es decir, casi la mitad de los seres humanos, residen en centros urbanos, y ya hay 23 grandes ciudades, 18 de ellas pertenecientes al mundo en desarrollo, con más de 10 millones de habitantes. En 1900, una de cada 10 personas vivía en ciudades.
Uno de los resultados de este rápido aumento de la población urbana es que millones de pobres de todo el mundo viven hacinados en barrios de tugurios y asentamientos ilegales, en unas condiciones de vida por debajo de los niveles mínimos necesarios para garantizar la salud de las familias y comunidades.
Los cinturones de pobreza se conservan porque proveen valiosos beneficios a grandes poblaciones.
Hablemos de algo que ocurre desde hace siglos.
Por algún motivo, muchos pobladores de las zonas rurales se sienten atraídos por las grandes ciudades, abandonan sus casas y se van a probar fortuna a ese lugar donde todos parecen vivir bien.
Cuando llegan al lugar de sus sueños, encuentran lo que encuentran casi todos los que emigran atraídos por una ilusión.
Es así que se pueblan los cinturones de miseria que rodean a las grandes ciudades: gente empobrecida porque en su mayoría sufren dificultades para encontrar trabajo pues lo que saben hacer en el campo no es necesario donde no hay tierra para trabajar ni animales para cuidar.
Pero igual se quedan, para no sentir vergüenza de mostrar el fracaso ante los parientes y amigos que no emigraron y otro poco porque la gran ciudad de alguna manera los necesita.
— Los usa para que trabajen en condiciones que nadie acepta si no es por necesidad (limpieza, sin protección sindical ni legal, con horarios y salarios miserables);
— Los usa para amenazar a los asalariados establecidos, para que nunca se crean imprescindibles pues ese cinturón de pobreza está esperando con desesperación que surja cualquier vacante;
— Los usa para mantener bajos los jornales de los asalariados establecidos porque desde el cinturón de pobreza hay muchos interesados en trabajar por la mitad de precio, durante más horas, sin días de descanso, sin vacaciones, sin pretensiones;
— Los usa porque esta situación presiona a la baja los precios de costo de los productos fabricados y comercializados con esta explotación de hecho, lo cual beneficia directamente las economías personales de todos los ciudadanos.
En suma: Como los cinturones de pobreza son tan útiles, muchos tratamos de conservarlos, sin querer o queriendo.
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