Los Cuatro Acuerdos

Ensayo

La libertad es un concepto prácticamente inherente al ser humano, es el sinónimo de una vida plena. En todas las constituciones hasta un derecho inviolable, indispensable para el desarrollo del ser humano. Básicamente un factor crucial para lograr ese ideal de existencia que muchos rotulan como felicidad. Pero hasta qué punto como parte activa de una comunidad nos consideramos libres y hasta qué punto realmente lo somos? Como fruto de una sociedad con modelos específicos de ser y actuar no somos libres ni mucho menos felices. La misma estructura social que nos vuelve comunidad nos cohíbe de comportamientos que como seres racionales y curiosos por simple instinto tendríamos y desde nuestro comienzo en un contexto social nos moldean, nuestra doctrina cultural, religiosa hasta familiar como el sujeto promedio y obedeciendo a normas, pasamos la mayoría de nuestros días sin ningún tipo de trascendencia. Y aun así nos percibimos a nosotros mismos como seres humanos libres con todas las herramientas para ser felices. Pero lo cierto es que no tenemos ni lo uno ni lo otro y renunciamos a todo ello cuando decidimos acoplarnos a los estándares de lo rutinario para obtener a cambio aceptación por parte de nuestros iguales.

Sin embargo todos en un principio fuimos así, cuando niños, siendo seres curiosos y poco condicionados por innecesarias y hasta estúpidas restricciones morales que segmentan el desarrollo de la personalidad. Sin saberlo Nuestra misma curiosidad nos hacían tan inteligentes de descubrir nuevas cosas y tan fuertes de gritar al mundo nuestras inconformidades. Si. dada nuestra inmadurez groseros y hasta egoístas pero en esencia libres. Por naturaleza somos seres sociales, evolutivamente necesitamos de la presencia de una manada necesitamos irremediablemente interacción con los demás y empezamos a acoplarnos al mundo al mismo tiempo que olvidamos nuestras tendencias autistas indispensable para ser libres desde el momento en el que actuamos por aprobación y no actuamos por temor a un castigo.

Al final nos rendimos a la sociedad únicamente con la ilusión de conseguir libertad y felicidad renunciando a los mismos recursos que en realidad nos las quitan. Con la promesa de una vida plena solo si encajamos en los requerimientos del común y sublimamos nuestros deseos, metas, preferencias, etc en un proyecto de vida que es una copia de una copia de alguien a que también perdió su libertad. Haciendo de cada uno de nuestros días un letargo cíclico con continuos eventos recurrentes.

Nacemos con todos los recursos para ser felices, nacemos libres pero en algún momento de nuestra vida paradójicamente por nuestro propio instinto de socialización tenemos que cohibirnos de actuar y pensar como queremos. Cambiando nuestros ideales y espiraciones y simplemente volviéndonos sujetos del común. Encerrados por nuestros propios miedos e inseguridades a los

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