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Los Desaparecidos


Enviado por   •  24 de Octubre de 2013  •  1.782 Palabras (8 Páginas)  •  334 Visitas

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La verdadera historia

Con la desaparición de Perón de la escena política en julio de 1974 y la subida al poder de su esposa Isabel, la Presidente, los problemas de la Argentina de los 70 se agravaron. Comenzaba una época que conmovería al mundo entero por la crueldad y la sistemática violación de los derechos humanos que se sucederían.

La economía estaba al borde del colapso con una inflación del 335% en 1975. Pero el problema económico no llegó solo, sino acompañado por un importante aumento de la violencia en la política. La guerrilla continuaba con sus ataques al ejército y la policía, pero la derecha contestaba con organizaciones igualmente violentas como la Alianza Anticomunista Argentina.

La situación era crítica. En este contexto tuvo lugar el golpe de estado del general Jorge Videla. Los sucesos que siguieron a la constitución del gobierno militar fueron denunciados una vez acabada la dictadura en el Informe Sábato.

Existía un acuerdo tácito de la clase media con la campaña contra la guerrilla, lo que actuó como factor clave para el gobierno de Videla. Tras ver con desaliento la decadencia del orden bajo el mandato de Isabel, la mayoría apoyó el golpe de 1976. Esto significa que el golpe no solo contó con apoyo militar, sino también con el de una parte importante de la sociedad que más tarde se daría cuenta de las consecuencias que trajo consigo el nuevo gobierno, y con el de la mayoría de los partidos políticos y la Iglesia.

Este gobierno se encargaría de los dos principales problemas: la maltrecha economía y, con especial virulencia, la crisis social que se respiraba en esos momentos.

El camino escogido por el general Videla y su gabinete no fue otro que la guerra sucia. Con esta guerra santa, como también es conocida, pretendía deshacerse de los elementos subversivos de la sociedad. Se lanzó una campaña contra los militantes políticos y sociales, haciendo uso de un terror mucho peor que aquel que decían combatir. Entre 1976 y 1983 —bajo el gobierno militar— miles de personas fueron arrestadas y desaparecieron sin dejar rastro.

El ejército comenzó a detener a los supuestos subversivos. Reconoció tener prisioneras a unas 3500 personas, pero en ningún momento habló de los diez mil o veinte mil desaparecidos. Seguramente tras analizar la experiencia brasileña, el gobierno de Videla decidió que sería más práctico no detener a estos supuestos subversivos, sino hacerlos desaparecer con ayuda del ejército o guerrillas paramilitares que con total aprobación y consentimiento del gobierno pondrían en marcha este macabro plan de limpieza social.

Mientras, la guerrilla no dejó de actuar durante los años de la dictadura. Llevó a cabo diversos atentados . Pero la represión del gobierno no se centró únicamente en los miembros de la guerrilla, sino también en simpatizantes y otras muchas personas que nunca sabremos si eran totalmente inocentes.

En el Informe Nunca Más, Ernesto Sábato nos cuenta que el modo de actuar de los secuestradores no era en absoluto discreto. En palabras del autor:

Los operativos de secuestro manifestaban la precisa organización, a veces en los lugares de trabajo de los señalados, otras en plena calle y a la luz del día, mediante procedimientos ostensibles de las fuerzas de seguridad que ordenaban «zona libre» a las comisarías correspondientes. Cuando la víctima era buscada de noche en su propia casa, comandos armados rodeaban las manzanas y entraban por la fuerza, aterrorizaban a padres y niños, a menudo amordazándolos y obligándolos a presenciar los hechos, se apoderaban de la persona buscada, la golpeaban brutalmente, la encapuchaban y finalmente la arrastraban a los autos o camiones, mientras el resto de comando casi siempre destruía o robaba lo que era transportable. De ahí se partía hacia el antro en cuya puerta podía haber inscriptas las mismas palabras que Dante leyó en los portales del infierno: «Abandonad toda esperanza, los que entráis» .

Nuca más se supo de los secuestrados. No estaban detenidos en las cárceles o en comisarías, no había ningún registro donde apareciesen sus nombres o paradero. Simplemente habían dejado de existir.

Más tarde se supo, por testimonios de supervivientes y asesinos, que muchos de los secuestrados, en su mayoría, eran encerrados en campos de concentración, torturados, violados y asesinados. También eran lanzados al mar durante las maniobras aéreas del ejército con peso en los pies para evitar que subiesen a la superficie. Tácticas horribles que acabaron con la vida de miles de personas.

La película La historia oficial rodada en 1985 y dirigida por Luis Pueyo, refleja la historia de los desaparecidos desde dos puntos de vista: el de una ex secuestrada desaparecida y el de la esposa de un altoejecutivo, cuya hija adoptiva resulta ser uno de los niños secuestraos o separados de sus padres al nacer.

Parte de los desaparecidos eran mujeres con hijos o embarazadas. Centenares de criaturas fueron secuestradas junto con sus padres o nacieron en los centros clandestinos de detención donde fueron conducidas las jóvenes embarazadas. Muchos de estos niños fueron inscritos como hijos propios de los miembros de las Fuerzas Armadas, dejados en cualquier lugar, vendidos o abandonados como seres sin nombre. De esa manera los hicieron desaparecer, privándoles de vivir con sus familias, de todos sus derechos y de su libertad.

En el caso de la apropiación, los niños fueron arrancados de los brazos de sus padres, condenados a desaparecer,

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