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Madre a los15


Enviado por   •  1 de Junio de 2017  •  Apuntes  •  3.320 Palabras (14 Páginas)  •  197 Visitas

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Madre a los 15 años

     

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Pereyra Guadalupe.

21/11/2016

     

Soy Rebeca Segovia, a partir de acá contaré mi triste y feliz vida, siendo madre y esposa a los 15 años por una maldita tradición.


              TARDES DE ENERO   I

Una tarde como todas las tardes de enero, me encontraba lavando ropa con mi madre, María Medina. Entre charla y charla, le comento que se acerca mi cumpleaños, mis 15 años, en el cual yo deseaba festejar con mis compañeros y compañeras del colegio, hacer una fiesta íntima y muy sencilla sin necesidad de gastar tanto, ella me responde que si había una posibilidad de que se pudiera, haríamos la fiesta en el  club que se encontraba ubicado en la a dos cuadras de mi casa, llamado “Club Náutico” al mismo instante que terminé de escuchar eso respondí con un sí, con una alegría inmensa, y una ansiedad que recorre todo mi ser, ya estaba deseando la llegada de  ese día.

Luego de terminar nuestra charla y ya habiendo lavado toda  la ropa, mientras caía la noche, decidimos ponernos a  cocinar, ya que mi padre Raúl Segovia, conocido en el pueblo como “sego”, vendrá de trabajar y no le gusta nada esperar la comida, utilizará su tono de exigencia, debido  a que ni bien llega quiere que la mesa esté servida y cenar en paz. Mi madre muy preocupada me dice que hacía falta pan, que a mi papá no le gusta nada la idea de que haga falta el pan en la mesa, de inmediato le respondí que iría a comprar al kiosco de la esquina, ella me dice que vaya de inmediato que mi padre  llegará en cualquier momento, fui  tomé el dinero y me dirigí al negocio, de camino, me encuentro con un ex compañero del colegio, Alexis Mendoza, con quien me dirigí hacia el kiosco. Mientras hablábamos de nuestras vidas, de un momento a otro se empezó a poner como un loco, me empezó a acosar, yo muy desesperada comencé a pedir ayuda, grité muy desesperada “Auxilio, Auxilio”, sin recibir ni una respuesta de nadie, como si fuese que a todo el mundo le tragó la tierra y yo me encontraba sola, ya rendida, sin fuerzas para defenderme, logró lo que quería, acabó con todos mis sueños, arruinando mi futuro.

             DIAS GRISES  II

Luego del suceso tan terrible y doloroso que pase esa noche, llegué a mi casa con el pan e hice como si nada hubiese pasado, cené con mis padres como de costumbre, tratando de dejar de lado el sabor amargo de lo vivido, al terminar ayudé a levantar la mesa y rápidamente fui a bañarme para luego  dormir porque al otro día muy temprano debía ir a visitar a una amiga.

Me levanto muy temprano para así desayunar e ir a la casa de mi amiga, Guadalupe Brites. Al salir de mi casa pase por esa calle, esa terrible calle, la que marcó mi vida, fue tanta la angustia que sentí en ese momento que entré en llanto en pleno camino, al darme cuenta de la situación, salí a correr hacia lo de Guada, desesperada, llena de angustia y lágrimas en los ojos, llegué y no aguanté más, no podía seguir soportando este doloroso secreto. Al verme Guada, en el estado que estaba, se desesperó mucho y  entonces angustiada y llorando, le cuento lo que me había pasado la noche anterior, al terminar de hacerlo, esta se queda tan mal que solo le sale darme un abrazo, uno de esos abrazos que dice que todo va a estar bien.

Ya cuando estamos más calmadas ella me dice que de inmediato fuéramos a denunciar lo ocurrido a la comisaria, yo le contesto que no, que mi padre me mataría si lo hiciese, van a sentir tanta vergüenza de mí, aunque creo que no me queda otra que contárselo a mis padres y atenerme a las duras consecuencias, si, a las consecuencias de la tradiciones, ella me insistía con lo mismo, en denunciar, en denunciar. Luego de  varios minutos de charla logró entender mi situación e incluso se ofreció a acompañarme a mi casa para que contase a mis padres el episodio que sufrí, yo aceptando su propuesta de inmediato nos pusimos en marchar rumbo a mi hogar.

De  camino a casa le muestro a  Guada el lugar en donde me  ocurrió eso que le conté, eso que no puedo ni nombrar, situación catalogada por “eso”, rápidamente pasamos por ese lugar, de tan solo verlo me entró una soledad terrible. Al llegar a casa nos encontramos solas, seguramente mis padres habían salido, y tuvimos que esperar aproximadamente una hora y media, entre tanta espera, mi amiga me vio tan nerviosa que se ofreció a hacerme un té de tilo, para así calmar todos mis miedos, mis nervios y toda esa mezcla de sensaciones encontradas que tenía, obviamente que acepté su propuesta, al hacerme el mismo, nos sentamos en la mesa mientras yo tomaba el té en un silencio terrible, ninguna de las dos decía nada, me imagino que mi amiga no quería preguntar nada porque de seguro se imaginaba cómo me sentía, y en parte mucho mejor la verdad porque no tenía ni la más mínimas ganas de hablar, de solo imaginar  lo que me esperaba al contárselo  a mis padres no tenía ni una milésima de ganas de hablar.

Estábamos sentadas en los sillones del living con mi amiga, sumidas en un silencio sepulcral, hasta que de pronto se escuchó el ruido del picaporte, de inmediato imaginé que eran mis padres, fue tanto el miedo que rodeo mi ser de solo imaginarme la reacción de ellos. Al entrar los dos a la casa,  ven a Guada conmigo, las dos con unas caras de velorio y ojos enrojecidos de tanto llorar,  con una cara de preocupación mi madre pregunta que había ocurrido, de que porque teníamos esa cara, yo no sé, de donde saqué las fuerzas necesarias para  contárselo, les dije que  se sienten  en el sillón, porque debíamos  hablar con calma de algo que me había pasado anoche cuando salí a comprar el pan antes de la cena, ellos tomaron asiento y me escucharon.

Bueno, escúchenme exclamé, anoche cuando salí a comprar el pan me encontré con un ex compañero de la escuela, tal vez  el nombre no viene al caso en este momento, él se ofreció a acompañarme hasta el kiosco, pero mucho antes de llegar se puso como un desquiciado, aprovechándose de mí, me empezó a acosar, yo tan desesperada pedí ayuda pero nadie me escuchó, fue así que ese maldito me violo. Mi padre al escuchar esa palabra se puso como un loco, enfurecio, era  capaz de ir a matar al que me hizo eso, mi madre llorando trató de calmarlo un poco, así después de varios minutos de llanto, malas palabras, insultos, maldiciones hacia esa persona que arruinó me vida, entramos en calma y mi padre me preguntó el nombre del malnacido yo le respondí que se llamaba Alexis Mendoza, el hijo del concejal del barrio, al oír eso fue enfurecido hacia la casa de mismo, de inmediato lo seguí para que no cometiese ni una cosa de la cual se pueda arrepentir.

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