Manifestaciones Teatrales
MaRiianBosque7 de Febrero de 2015
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En otro artículo nos hemos referido al Teatro Precolombino y a los datos que hasta nosotros han llegado. La corriente del Teatro indígena se plasmó en la que nos trajo España, de donde vino a formarse lo que sería el Teatro Colonial.
Las primeras manifestaciones teatrales en la Península se nos presentan en la forma declamatoria de las narraciones épicas de los mitos de Gargoris y Hubis, de la batalla naval del rey Therón con los fenicios de Cádiz, o del elemento coral de la poesía lírica y religiosa. También encontramos teatro en los bailes pantomímicos de los vascos y en sus cantos acompañados de gestos. Indudablemente también, el fuerte espíritu artístico de los griegos, en el corto período de su establecimiento en España, dejó alguna huella de su arte. Pero los propulsores del Teatro, fueron los romances.
Algunos historiadores dicen que en España no se conoció ningún Teatro hasta la época de Nerón, pero esta afirmación es dudosa, puesto que existen monedas y medallas que dan testimonio de construcciones teatrales anteriores. Los teatros romano hispánicos, de los cuales se conservan restos más completos, son los de Mérida y Sagunto. Los dos son de dimensiones grandiosas, prueba de que existía gran afición por esta manifestación artística. El único trágico latino de que se tiene noticia, fue español: Lucio Anneo Séneca, que vivió en el siglo I. No cabe duda que sus obras debieron representarse mucho en su patria y ejercieron poderosa influencia.
El teatro fue decayendo en España y puede señalarse como autores de su resucitar a los trovadores provenzales que en su vida errante llegaron hasta las cortes de los monarcas españoles. Los trovadores se hacían acompañar de juglares, vivían de los presentes que se les hacían y se alojaban en los castillos y palacios. El juglar era el intérprete de las composiciones que escribía el trovador y éste le pagaba por su cuenta. Parece ser que había trovadores que tenían varios juglares a sueldo. Con el tiempo la profesión fue particularizándose y así apareció el juglar de boca (que recitaba), juglar de péñola (músico), remedador y cazurros. Los juglares hacían también juegos de manos y malabares, bufonadas y ejercicios gimnásticos. Los condes. y los reyes catalanes dispensaron gran favor a estos artistas provenzales, así como los reyes castellanos que los tenían a sueldo. El pueblo también demostró mucho interés por estos artistas ambulantes. Seguramente el inmortal “Poema del Mío Cid”, debió recitarse con mímica. El cantor se encargaba de decir el romance y los remedadores y cazurros representaban la acción.
Como la verdadera base del Teatro Español, podríamos acogernos al “Misterio de los Tres Reyes magos”, y luego a las representaciones que se llevaban a cabo en los atrios de las iglesias, cuando se conmemoraba la fiesta de algún santo. Especialmente para las fiestas de Corpus, se desarrollaban representaciones de mucha importancia en la historia del arte dramático.
Ya en el siglo XVI, en que el poderío español alcanzó su mas alto grado, un tanto ensombrecido por el espíritu guerrero del país, el teatro fue adquiriendo vida propia. En 1526 existió en Valencia un teatro permanente en el antiguo barrio de la Olivera, sin dejar de existir por eso los famosos “Corrales”. Los Autos Sacramentales seguían representándose tanto en el interior de los templos como en las plazas y desde la aparición en la vida teatral de Lope de Rueda, el engrandecimiento del teatro español fue en un rápido ascenso.
El teatro en Guatemala en la época colonial, podría entonces suponerse de una brillantez absoluta. Por un lado, el Teatro
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