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Mantenimiento de la Paz y Violencia en las Relaciones Internacionales

Solangel HernándezEnsayo4 de Marzo de 2020

4.853 Palabras (20 Páginas)178 Visitas

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Universidad Central de Venezuela[pic 1][pic 2]

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas

Especialización en Derecho y Política Internacionales

Asignaturas: Violencia en las Relaciones Internacionales y Mantenimiento para la Paz

Prof. Dr. Falcón Fernando.






Ensayo final. Mantenimiento de la Paz y Violencia en las Relaciones Internacionales

                                                                                                 Elaborado por:

Hernández Solangel

C.I.V-19.797.140

Caracas, febrero de 2018

        En los años más recientes de la edad contemporánea, se han introducido cambios significativos en el desarrollo de las guerras. A grandes rasgos, lo que generó estos cambios fue el posicionamiento en el tablero internacional  de nuevos actores, tecnología, armamentos, etc., Lo cual a su vez ha  propiciado que las guerras ya no sean un ejercicio librado únicamente por las fuerzas militares de los Estados. Actualmente, numerosos grupos armados que justifican su lucha, como protestantes religiosos o grupos opositores ante un sistema gubernamental, han tomado parte  en la beligerancia. Como ejemplo se tienen en América las FARC, el Cartel de Medellín, Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo y las Fuerzas Bolivarianas de Liberación-Ejército Libertador; en Europa, el Frente de Liberación Nacional de Córcega, Los defensores de la mano Roja y las Brigadas Rojas; en Asia Hezbolá, Daesh, Talibán, Hamás y la Resistencia Iraquí; y en África, Boko Haram, Banyamulengue y el Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda.

        Los grupos mencionados previamente forman parte de la agenda negativa de las relaciones internacionales, la cual toma la guerra como una de las actividades más atractivas para su desenvolvimiento y crecimiento; ataques terroristas, tráfico de armas, e incluso tráfico de personas son una de las manifestaciones más conocidas. El fin de estos actos es  gestar el pánico para posicionarse como un polo de poder en la sociedad internacional. Uno de los ejemplos más significativos en los últimos años ha sido DAESH, grupo terrorista islámico yihadista, que tiene su base de operaciones en Oriente Medio, controlando vastos territorios sirios e iraquíes, y al cual se le han acreditado numerosos atentados terroristas en las dos últimas décadas.

Al considerar los métodos cruentos empleados por este grupo terrorista, que incluyen toda clase de torturas, decapitaciones, fusilamientos y asesinatos masivos con explosivos y otros medios, por nombrar algunos, cabe plantearse un par de interrogantes: ¿la manera de operar de DAESH, realmente corresponde a una cuestión cultural y religiosa - postura que tanto defienden - o es sólo una excusa para justificar el odio, xenofobia y violencia de sus actos hacia quienes no comparten la misma ideología? Más allá de eso, y lo cual es objeto de interés en este ensayo, ¿cómo puede explicarse su modo de operar en el contexto de las guerras actuales?

Hay que tener en cuenta un aspecto muy importante: Existe una gran diversidad etnológica, cultural, religiosa, política y social, en los países que conforman el mundo, y  sería utópico e inocente pensar en la existencia de un punto de convergencia que lleve a la paz perpetua. La naturaleza competitiva del hombre por poseer el control, dominio y poder de su entorno y mucho más, siempre generará conflictos, que para ser resueltos, en la mayoría de los casos, toman como único recurso viable el uso de la violencia.

Es objeto de la primera parte del ensayo explicar y analizar las formas de guerra llevadas a cabo por DAESH. Para ello serán contrastados distintos autores que han desarrollado lo referente a cómo se desenvuelven las nuevas guerras en el contexto mundial.

Van Creveld – La transformación de la Guerra

Expone una serie de cuestiones sobre las “guerras convencionales” en la contemporaneidad y  explica cómo estas han ido moldeándose con los cambios que ha tenido la Sociedad Internacional en las últimas décadas, debido a  la introducción de nuevos actores, grupos armados, propósitos, intereses, armamento y tecnología.

Sostiene que en el pasado, las guerras fueron  libradas por las fuerzas militares de los gobiernos, y a su vez, explica los métodos, las estrategias y el código moral que emplea el componente militar para llevar a cabo el ejercicio de la guerra. También, explica qué trata la guerra, y para ello toma lo establecido por Von Kriegue: “es un acto de violencia llevado a cabo hasta sus últimas consecuencias”

Enfatiza que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (1945), hasta la actualidad, la actividad de las fuerzas convencionales ha tenido un declive, motivado generalmente por cuestiones económicas, posicionándose en el escenario internacional “los conflictos de baja intensidad” (CBI). Son de baja intensidad por el número de pérdidas humanas que produce, además, por los escasos resultados políticos consolidados. DAESH juega  uno de los roles principales en los CBI. Esto es posible de afirmar al contrastarlo con lo descrito por el autor, respecto a las características de estos conflictos:

“Primero, tienden a desarrollarse en las partes menos desarrolladas del mundo; los conflictos armados que tienen lugar en países del mundo  desarrollado son usualmente conocidos bajo una variedad de otros nombres como terrorismo… Segundo, muy raramente implican el empleo de ejércitos regulares por parte de ambos bandos, por lo tanto, varias veces es cuestión de regulares de un lado, combatiendo guerrillas, terroristas y hasta civiles incluyendo mujeres y niños, del otro. Tercero, la masa de los CBI no cuenta primariamente con armas colectivas de tecnología avanzada, que son el orgullo y el gozo de cualquier Fuerza armada moderna. Excluidos de ellos están los aviones y los tanques, los misiles y la artillería pesada…”[1]

Con base en lo descrito con anterioridad, DAESH se encuentra lejos de ser un ejército militar en pro de la defensa y seguridad de su nación, tampoco es un actor internacional, y para desmentir quienes lo acreditan de “Estado” basta con decir que no poseen un territorio geográfico definido ni reconocido internacionalmente y mucho menos una estructura política, DAESH,  más bien es un grupo terrorista y anarquista que opera conforme a un interés particular, es decir, sus actos no se corresponden con los intereses de un colectivo nacional, y a eso hay que sumarle el hecho de que camuflan la verdadera naturaleza de sus acciones bajo una falsa consigna  política cultural y religiosa basada en el Corán; también es importante resaltar que no hacen uso del arte de la estrategia militar, al contrario, en la mayoría de sus ataques se emplean armamento y métodos ajenos a las prácticas militares convencionales. Una consecuencia directa resultante del modo de operar de este grupo contribuye con el deterioro de lo que el autor señalado denomina como la estructura trinitaria del Estado moderno.

Es de gran importancia tener en cuenta la terrible amenaza que representan para la estructura del Estado moderno tanto DAESH como los demás grupos que libran las guerras no convencionales,  puesto que, como lo destaca Van Creveld “el surgimiento de los conflictos de baja intensidad puede, a menos que puedan ser rápidamente contenidos, terminar por destruir al Estado. En el largo plazo, el lugar del Estado será ocupado por organizaciones guerreras de distinto tipo”[2] 

Mary Kaldor – Las Nuevas Guerras

Kaldor, realiza un arqueo de lo que denomina “viejas guerras” y menciona que ese  fenómeno comienza en Europa entre los siglos XV y XVIII, y que ha ido de la mano con la conformación del Estado moderno. Así mismo, sostiene que las guerras han pasado por distintas etapas:

 “…desde las guerras limitadas de los siglos XVII y XVIII, relacionada con el poder creciente del Estado absolutista, a las guerras de tipo más revolucionario del siglo XIX… y de ahí a las guerras totales de principios del siglo XX, y la imaginaria  guerra fría  de finales de siglos, que eran guerras de alianzas y posteriormente, bloques” [3]

Asegura que a pesar de que estas guerras diferían en estrategias, técnicas, fuerza militar, medios empleados y relaciones entre Estados, “...la guerra era el mismo fenómeno: una construcción del Estado moderno territorial, centralizado, racionalizado y jerárquicamente ordenado”[4] 

La autora destaca algo de suma importancia: las insurgencias, guerras de guerrillas y demás conflictos de baja intensidad, no son algo nuevo, incluso en siglos pasados, aunque con menos frecuencia, estaban presentes. Si bien DAESH es una organización terrorista reciente, hay que tener claro que su consolidación es el resultado de años de lucha de una “ideología” infundada por grupos terroristas previos a su conformación, que han operado durante varias décadas. De hecho, DAESH es una facción escindida del grupo Al-Qaeda de Irak, y este a su vez, proviene del grupo Yama'at al-Tawhid wal-Yihad. La situación no corresponde a un nuevo fenómeno, lo diferente ahora es que DAESH abrió paso para posicionarse en el nuevo orden mundial como un factor de gran peso en un contexto globalizado, inseguro, lleno de incertidumbres y de una fuerte y determinante agenda negativa.  

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