Maras y pandillas en chamelecon
Dany19860343Documentos de Investigación21 de Septiembre de 2015
9.197 Palabras (37 Páginas)415 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE HONDURAS UNAH VS
[pic 1]
[pic 2]
PRESENTADO POR DANY ALEXANDER QUIROZ UMANZOR
ASIGNATURA: TALLER DE SOCIOLOGIA APLICADA
TEMA: MARAS Y PANDILLAS EN CHAMELECON
LICENCIADA ADA CANTARERO
FECHA DE ENTREGA 24 DE ABRIL DEL 2015
LUGAR SAN PEDRO SULA, CORTES
INDICE
pág.
INTRODUCCION………………………………………………………………………3
CAPITULO N.1
PLANTEAMIENTO DEL PROBREMA……………………………………………….4
CAPITULO N.2
MARCO TEORICO…………………………………………………………………….17
CAPITULO N. 3
HAYAZGOS……………………………………………………………………………24
CAPITULO N.4
METODOLOGIA………………………………………………………………………28-29
ANEXOS……………………………………………………………………………….30-32
BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………….33-35
INTRODUCCION
La presente investigación se relaciona con la mara 18 de la colonia Suyapa tomando como tema central las maras y pandillas de Chamelecón esta investigación está enfocada en ciertas características por las cuales los jóvenes se incorporan temprana a la mara 18 si bien es cierto nuestro país enfrenta problemas económicos y de desempleo lo que coyunturalmente se puede decir que es uno de los aspectos que influye para que los jóvenes se incorporen tempranamente a estos grupos.
Las mara 18 de la colonia Suyapa a estado tomando el poder mediante el temor de la familias que residen en las misma colonia por el silencio que se encumbre para no delatar a los miembros de la mara muchas familias se encuentran coludidas con estos jóvenes es preocupante para la realidad social de esta colonia y de la sociedad en general.
CAPITULO N.1
El Planteamiento del Problema:
A Nivel Mundial
Según Karen Antúnez (2012) “la mara salvatrucha y la 18 son conocidas como pandillas juveniles hay que destacar que la primera en formarse es la 18, que se identifica así por estar en esa calle del sector de Rampart en Los Ángeles. Sus integrantes, todos latinos y negros, comienzan a ser liderados por mexicanos, que representan la mayor cantidad de inmigrantes en California. Pero luego surgen sus contrincantes o enemigos, que son los salvadoreños que forman la llamada Mara Salvatrucha y a partir de ese momento comienzan a librar batallas campales en busca de dominios de territorios” (Antúnez, 2012)
Actualmente muchos jóvenes se incorporan a las maras y pandillas a temprana edad debido a muchas razones sociales y donde la mayoría de los integrantes son varones y que por la falta de valores estos han cometido actos delictivos etiquendandose a tal entorno.
Según Raquel Salim (2012) “estadísticamente, la mayoría de los actos criminales que se cometen alrededor del mundo tiene como protagonistas a varones entre los 15 y los 24 años es decir más de la mitad de la población de Centroamérica tiene menos de 24 años lógicamente, cuando una mayoría poblacional pertenece a este grupo demográfico, mayor será la vulnerabilidad a la violencia de esa sociedad sin embargo son específicamente los varones que se agrupan en pandillas los que han emergido como protagonistas de la violencia en la Centroamérica de hoy”. (Salim, 2008)
Aunque las pandillas han estado presentes en las sociedades centroamericanas desde hace mucho tiempo, han venido desarrollándose de formas sin precedente durante las últimas dos décadas. Esto las ha colocado en la mira de los análisis y hoy son acusadas de toda una gama de delitos, desde hurtos y asaltos hasta violaciones sexuales y narcotráfico. Incluso, se ha intentado ligarlas a actividades de oposición armada y al terrorismo global. Un informe del Instituto de Estudios de Guerra del Ejército estadounidense publicado en 2005 sostiene que las pandillas centroamericanas constituyen una “nueva insurrección urbana” que tiene como objetivo “derrocar a los gobiernos de la región”.
Al momento de analizar el sentido del comportamiento y las relaciones socio-culturales de las expresiones, normas, reglas y códigos que emplea la gente. Los individuos emplean el lenguaje cargándolo de sentido no se socializa únicamente, si no crea acciones en un contexto social.
Para Raquel Salim (2008) “Las pandillas centroamericanas actuales son claramente otra cosa son organizaciones colectivas mucho más definidas, que exhiben una continuidad institucional que es independiente de su membresía tienen convenciones y reglas fijas, que pueden incluir rituales de iniciación, una jerarquía, y códigos que pueden hacer de la pandilla una fuente primaria de identidad para sus miembros estos códigos también pueden exigir patrones de comportamiento particulares: ropas características, tatuajes, pintas o grafitis en la zona que dominan, señales con las manos y un argot y por supuesto, una participación regular en actividades ilícitas y violentas estas pandillas están muy frecuentemente aunque no siempre asociadas a un territorio preciso y sus relaciones con la comunidad de ese territorio pueden ser tanto amenazantes como protectoras, pudiendo además cambiar de un papel al otro muy fácilmente”.(Salim, 2008)
A Nivel Nacional
Según Diario La Prensa (2012) hace constatar “que el fenómeno de las maras comenzó hace dos décadas en Honduras, los pandilleros solían robar carteras, artículos domésticos, radios de carro, gorras o bicicletas; pero en los últimos años, el cambio ha sido drástico, pues ahora se especializan en el sicariato, extorsiones, tráfico de armas, narcotráfico, lavado de activos, secuestro y robo de vehículos. Además están distantes aquellos días en que usaban pistolas de bajo calibre, cuchillos, chimbas o velocímetros para cometer sus actos delictivos pues ahora cuentan con potentes variedades de armamento y costosa logística para ejecutar sus crímenes”. (La Prensa, 2012)
Según el Equipo de Reflexión Investigación y Comunicación (2005) “el problema de las pandillas aparece en el país entre 1985-1989 vinculado a la proliferación y el consumo de drogas en los adolescentes de educación media, el pitillo de mariguana a sustituido a la bebida tradicional en las fiestas de los jóvenes en 1985, el gran problema de la policía era la proliferación del pandillerismo estudiantil”. (ERIC, 2005 P.20)
Pero es hasta entre 1990 y 1993 cuando el problema se hace más evidente. Según la autora Leticia Salomón, “este periodo se caracterizó por la proliferación de lo que llama violencia común que paso de reducida e intensa en los dos periodos anteriores a muy intensa en el presente periodo cuando las pandillas no son solo amenaza sino una realidad”. (Leticia Salomón, 1993, citado por el ERIC, 2005 p.20)
Para Leticia Salomón (1993) “de los datos de la policía concluye que existe en Tegucigalpa cuarenta y cinco pandillas con casi 1,100 integrantes cuyas edades oscilan entre los doce y veinticinco años de acuerdo con este primer estudio vemos que desde 1984 hay en Honduras un movimiento juvenil asociado al fenómeno de la delincuencia y la drogadicción ese movimiento recibió el nombre de pandillas desafortunadamente el estudio no hizo un mayor esfuerzo por describirlas mejor”. (Leticia Salomón, 1993, citado por ERIC, 2005 pp.20-21)
Para Bárbara Mejía (2007) “la unidad de prevención de pandillas había contabilizado para 1999, un total nacional de 25,940 miembros de maras o pandillas, para el año 2000, la cifra oficial era de 31,164 miembros y desde entonces tanto los voceros policiales como la prensa, utilizan cifras que van de 32,000 a 35,000 pandilleros las estadísticas de la división de prevención de maras revelan que para el año 2002 el número de estas agrupaciones era de 475 a nivel nacional, con un total de 36,000 miembros activos y 70,500 simpatizantes otros estudios realizados desde la sociedad civil indican que el número de jóvenes activos en maras en las dos ciudades más importantes del país era de 2,355 y de 3,417 a nivel”. (Bárbara Mejía, 2007, pp.2-3)
A Nivel de San Pedro Sula
Según El Heraldo (2012) “San Pedro Sula y Tegucigalpa son las ciudades con la mayor población pandillera, según un informe que el Programa Nacional de Prevención, Rehabilitación y Reinserción Social (PNPRRS) en la capital industrial está asentado un 60 por ciento, mientras que en la capital hondureña se encuentra el 20 por ciento. (El Heraldo, 2012)
El informe "Situación de Maras y Pandillas en Honduras" refleja la gravedad de la problemática de violencia e inseguridad en el país. El "amplio" documento realizado por el PNPRRS, dependencia del despacho de la Primera Dama y dirigido por el director del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihhfa), Felipe Morales, fue puesto a disposición de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales e instituciones estatales. Elena de Lobo dijo sentirse satisfecha con el estudio, ya que "es una herramienta que será de enorme utilidad para orientar programas de asistencia y prevención en el problema de la violencia" y de gran valor para la ejecución de programas preventivos.
...