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Maras


Enviado por   •  15 de Abril de 2015  •  Tesis  •  8.911 Palabras (36 Páginas)  •  285 Visitas

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UNIVERSIDAD LIBRE DE COSTA RICA

ULICORI

Trabajo extra clase

Psicología Criminal

Tema

Maras

Integrantes:

Pamela Rojas Marín

2012

Génesis de las pandillas

Pobreza, exclusión social y falta de oportunidades: la base para la constitución de las pandillas violentas y maras.

Las carencias en la estructura de oportunidades que ofrecen el Estado, el Mercado, la Comunidad y la Familia, actualmente presente en América Latina constituye uno de los elementos explicativos de la exclusión social, la reproducción intergeneracional de la pobreza, las desigualdades de género y la vulneración de derechos a las que se ven expuestos los niños, niñas y adolescentes de la región. Las manifestaciones de esta dramática situación estructural, cuya principal consecuencia es la pobreza extrema de gran parte de la población latinoamericana, llevan a que millones de niños, niñas y adolescentes sufran rezago y abandono escolar, incapacidad para la inserción social, explotación laboral, situación de calle, abuso de drogas, violencia sexual y, entre otras, la incorporación a las pandillas y maras.

En el caso de la incorporación a las pandillas y maras, en tanto grupos sociales con organización, pautas culturales y un quehacer disfuncional - pero quehacer al fin - los niños, niñas y adolescentes buscan “oportunidades” en una sociedad carente de ellas y buscan niveles de inclusión en una sociedad que es estructuralmente exclusiva.

Las pandillas representan la violencia visible y personificada de un grupo de niños y jóvenes que viven en una sociedad sin oportunidades y violenta. Esta última se manifiesta a través de diversas formas: violencia doméstica o intrafamiliar, violencia social, violencia política, violencia policial y en algunos casos terrorismo.

La herencia de las sangrientas guerras civiles sufridas en América Central y la influencia de las pandillas del sur de California son dos factores que, sin dudas, han contribuido a la formación de las pandillas violentas en la región. Pero ello ha sido posible por el contexto de pobreza, el desempleo, las corrientes migratorias del campo a la ciudad, la creciente urbanización, el derrumbe de la estructura familiar, la búsqueda natural de identidad de los jóvenes y la cultura de violencia presente en nuestras sociedades contemporáneas.

PANDILLAS: PERFIL DE SUS INTEGRANTES Y DINÁMICA INTERNA

Integrantes

Tal vez resulte oportuno realizar una primera diferenciación en la integración de lo que son las pandillas callejeras y las pandillas violentas o maras.

Las primeras tienen un perfil más homogéneo de sus integrantes, tanto en edad, como en su nivel socioeconómico. Provienen del mismo barrio, o van a la misma escuela secundaria, o pertenecen al mismo club de futbol, etc. Ello significa que, en general, responden a una identidad grupal ligada a un territorio, filiación deportiva, simbología local, etc. Estas pandillas se reúnen para compartir sus códigos comunicacionales, expresarse en torno a sus ideas y símbolos, pero no necesariamente para generar violencia (especialmente la delictiva y destructiva). Por ello, más allá de las rivalidades que puedan tener con otras pandillas similares, en muchas oportunidades son capaces de generar alguna propuesta creativa, principalmente en el área artística plástica o musical. Se ha descrito también su participación en algunas acciones solidarias en sus barrios o territorios ante emergencias sociales. Aunque la mayoría de sus integrantes mantiene vínculos con la familia y con la institucionalidad social, algunos pueden ser rezagados escolares, desocupados laborales, o aun desafiliados del sistema educativo. También se considera que estos últimos por estar más vulnerados en sus derechos a la familia, la educación, la salud, el trabajo, el bienestar, etc. se encuentran en mayor riesgo de vincularse a pandillas violentas o en su defecto a

Liderar su propia pandilla callejera hacia el estado violento y delictivo.

Los integrantes de las pandillas violentas o maras tienen una constitución más compleja y heterogénea, dependiendo incluso de la mara que se trate y de su vinculación a estructuras más organizadas y globalizadas como lo son las maras internacionales, el narcotráfico y las mafias organizadas para diversos delitos complejos.

Para simplificar esta descripción, comenzaremos describiendo la integración de una mara”modelo” aunque la misma pueda no ajustarse exactamente a todos los casos.

Perfil etario de los integrantes de las pandillas

Como en otras variables relativas a las pandillas, los resultados de los estudios varían y dependen de donde se realicen los mismos, de quiénes levantan la información y de cómo lo hacen.

De este modo, se pueden constatar diferencias significativas en los hallazgos según los informes provengan de los Estados Unidos o de América Latina.

En El Salvador, por ejemplo, se han realizado múltiples estudios sobre las pandillas violentas o maras y sus integrantes que indican que las mismas están integradas por niños, niñas, adolescentes y jóvenes, con una progresiva participación de niños y niñas en relación a los adolescentes y jóvenes. A modo de ejemplo, Chávez Escoba informa que los pandilleros violentos salvadoreños son en su mayoría menores de edad, con un 51.9% entre 11 y 15 años; un 46.1%

Entre 16 y 25 años y un 2.0 % entre 7 y 10 años

Perfil de edades en las maras salvadoreñas

Como puede observarse en este ejemplo, casi el 54% de los integrantes tiene entre 7 y 15 años.

Ello significa que son niños en la segunda infancia, preadolescentes y adolescentes.

Si los más pequeños ya están desescolarizados y han roto sus vínculos con sus familias, verán seriamente comprometido su desarrollo cognoscitivo y psicoafectivo. El paso de las operaciones concretas del pensamiento a la adquisición del pensamiento formal abstracto (herramienta cognitiva indispensable para la adecuada inserción al mundo adulto) se verá obstaculizado por la carencia de estímulos y de ejercitación de la actividad intelectual misma. A ello debe sumarse que la estabilidad afectiva, la sensación de protección y de valoración que debe recibirse del ámbito familiar, no existe y, por tanto, las herramientas para la adaptación serán precarias, inadecuadas e insuficientes.

Con este precario panorama, estos niños, niñas y adolescentes, son presa fácil de la influencia de los líderes mayores, quienes ocupan el lugar de las figuras de identificación y filiación, por lo que en la búsqueda

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