Mi opinión sobre la adolescencia

Resumen

La adolescencia es una etapa de cambio en las personas que empieza desde los 11 años y culmina a los 21, esto último puede variar según la conducta de cada adolescente. Existen tres características esenciales, denominadas “tareas”. Primero se encuentra el paso de la dependencia a la independencia, luego sigue el establecer su identidad mientras que, finalmente, ocurre una creciente importancia de las relaciones significativas fuera del hogar.

En esta edad resulta difícil distinguir patologías de lo que es normal, por lo que estos cambios pueden ser confundidos con anormalidades. Los cambios se producen tanto psicológica como fisiológicamente, estos son procesos revolucionarios y, en algunos casos, se puede adelantar para los hombres por conflictos familiares, o para las mujeres por ausencia del padre biológico.

Existe una desincronización entre el aparato físico, que está preparado para la adultez, y, el intelecto y personalidad que no lo están, en consecuencia, existe un “duelo” por la pérdida de la infancia. Esta etapa es vital porque sobre ella se sientan las bases para la vida adulta y comienza con la pubertad, no sin antes que el cuerpo acumule grasa, permitiendo al cerebro afecte a distintos órganos por medio de la leptina que segrega. Aquí es cuando surgen los cambios producto de la abundancia de hormonas, testosterona para los hombres, y estrógeno para las mujeres. Estos cambios pueden ser catalogados como primarios y secundarios, los primarios abarcan el desarrollo y maduración de los órganos sexuales, órganos reproductores y genitales externos; los secundarios abarcan, en los hombres, la primera eyaculación, crecimiento del pene, voz más grave, vello facial, entre otros, mientras que, en las mujeres, estos abarcan el desarrollo de las glándulas mamarias vello en axilas y pubis, menarquia, voz aguda, entre otros. Durante esta etapa también ocurre una “evolución sexual”, que comprende desde el autoerotismo hasta la heterosexualidad, empiezan los contactos y caricias cada vez más íntimas, el primer enamoramiento, y, curiosidad sexual. En algunos casos los niños pueden llegar al orgasmo debido a contactos homosexuales, sin embargo, estas experiencias no deben considerarse patológicas mientras sean temporales y adaptativas.

Un segundo cambio ocurre en el desarrollo cognitivo, mientras que los niños se centran en lo concreto, los adolescentes lo hacen en posibilidades no presentes, lo real, lo posible, y, entre los 12 y 16 años, en lo concreto y lo abstracto. Aquí la persona asimila nuevos conocimientos, el mundo se convierte en una unidad orgánica con leyes, roles y funciones, la personalidad se desarrolla por intercambio de ideas; también, se presenta un crecimiento del lóbulo frontal. Por más que la adolescencia sea tormentosa, no significa que sea una crisis.

El tercer cambio se manifiesta mediante el desarrollo social, donde empieza un proceso de identificación; las personas están a la moda con costumbres, vestimenta, preferencias, entre otros.

El cuarto cambio es a nivel de desarrollo emocional, donde se presentan cambios de humor por miedo a lo desconocido. Inconscientemente se empieza a echar de menos los beneficios de la infancia, también surge vergüenza e incomodidad al sentir estímulos sexuales. Surge el deseo de ser adulto para poder tomar sus propias decisiones, pero también tienen miedo a crecer, este último pretende ser ocultado por la persona, de esta forma se utiliza la agresividad para protegerse del miedo y la tristeza de perder la infancia. Generalmente los adolescentes son conflictivos, puede tener un comportamiento maduro una semana, pero luego todo lo contrario. Usualmente se vuelven más dependientes de los padres debido a los cambios que experimenta. Por otra parte, empiezan a fantasear con amores platónicos como actores de cine o músicos; en esta etapa empiezan con el “negativismo” y los pretextos para mostrar que piensa diferente. En lo que respecta al sueño, este conforma una parte importante del desarrollo del cerebro, los cambios cerebrales requieren del sueño para madurar; empiezan a dormir tarde, pero les cuesta levantarse temprano, incluso pueden dormir 16 horas diarias para compensar la falta de sueño acumulado. Finalmente, el quinto elemento es un grupo de cambios, el cual lo conforman las fantasías como método de defensa frente a sus pérdidas, su creencia de ser un salvador, crisis religiosas, y, la dificultad para distinguir el presente, pasado y futuro.

Si bien antes se ha mencionado el duelo que tienen los adolescentes por la pérdida de la infancia, no se mencionó el duelo por la pérdida de los padres perfectos, esto puede generar enfrentamiento y enojo. Muchas veces este duelo se vuelve patológico, por lo que esta edad es la más sensible para recibir los impactos frustrantes de la realidad.

En lo que respecta a límites, son útiles para otorgar tranquilidad y alejarlos del caos y la angustia. Paradójicamente, lo que los adolescentes piden es libertad absoluta, pero si eso se les llegara a otorgar se sentirían abandonados. Cuando la persona se enfrenta a estos límites construye su personalidad, gustos, preferencias y autoestima; quienes interiorizan sus límites estructuran mejor su psiquismo y aprenden a manejar la frustración distinguiendo lo bueno y malo. Puede decirse que los límites son diques ante la ansiedad del adolescente, además, los padres no deberían sentirse culpables de enfrentar a sus hijos. En estos años la persona se vuelve muy dependiente para luego desear todo lo contrario.

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