Movimientos Antisistemicos

Reseña de Historia y Dilemas de los Movimientos Antisistémicos

Capítulo 1

Immanuel Wallerstein

Immanuel Wallerstein nació en Nueva York en 1930. Es sociólogo, historiador y científico social estadounidense. Inspirado en los trabajos de Fernand Braudel, ha desarrollado el concepto de «economía-mundo capitalista», en el que sostiene la necesidad de analizar el capitalismo de forma unitaria y con perspectiva histórica, (Universidad de Alicante, 2002).

En Historia y dilemas de los movimientos antisistémicos realiza un estudio en el cual presenta uno de los elementos que innovó el análisis de los sistemas-mundo: la concepción de movimiento antisistémico. Así que en el desarrollo de este análisis desentraña los rasgos originales y características que presentan a lo largo de la historia y en la actualidad los nuevos movimientos sociales surgidos a partir de 1789 a 1945.

Para empezar hay que tener en cuenta que en el siglo XVI, el sistema-mundo moderno vio a la luz la economía-mundo capitalista, y es precisamente esta economía, según Wallerstein, la que ha provocado siempre fuertes resistencias por parte de trabajadores, bajo formas diversas. Lo que generó que en el siglo XIX por primera vez se constituyeran movimientos antisistémicos políticos, organizados y durables; se generó un instrumento de cambio social.

Estos movimientos dice Wallerstein, surgen a partir de la Revolución Francesa ya que esta es la que determina las bases de los temas ideológicos del mundo moderno: Libertad, igualdad y fraternidad. Y es a partir de estas bases que se le confirió una forma laica e independiente de toda religión, una legitimidad social y finalmente una expansión mundial a los movimientos antisistema. Fue esto entonces la inspiración de los movimientos sociales y nacionalistas.

Wallerstein creo así un concepto en el que se incluía a la vez lo que se llamaba los movimientos sociales, socialistas, y los movimientos de liberación nacional, “tratando de demostrar cómo la misma rebelión, el desacuerdo, se trataba en diferentes partes del mundo de una manera ligeramente diferente, pero esencialmente se trataba de participantes de una gran onda de surgimiento popular, a partir básicamente de las comunidades” (Sosa, 1998).

Desde la primera mitad del siglo XIX los protomovimientos de la clase obrera desarrollaron en su seno todos los elementos destinados a mantenerse también como características de su época más madura: La capacidad de organización, lo intentos de construir utopías colectivas, la violencia y la reivindicación de reformar legislativas llevadas a cabo por el Estado. Después de este desarrollo, en la economía-mundo capitalista se han ido incorporando nuevas zonas y nuevos territorios, y de ello ha resultado su reestructuración política y la creación de nuevos Estados, Y a partir de esta incorporación Wallerstein concluye que la revolución nacionalista no es un proceso más sencillo que el de la revolución social, pues ambas deben cada una por su lado contar con la base para el triunfo: la necesidad de una organización política

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