Opinión de “Un violín suena en Caracas” de Daniel Carbonell

Opinión de “Un violín suena en Caracas” de Daniel Carbonell

En la columna Daniel coronel refleja la situación ajena-no ajena de Venezuela en base a una extensa charla que tuvo con un joven de 23 años que al igual que otro joven de 17 años era parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Venezuela, retratando su clamor en medio de las manifestaciones ya famosas por su nivel de violencia y la represión a toda costa del pueblo, frente a los cuerpos represivos empuño su violín y toco el himno de Venezuela siendo esta atacado por la fuerzas militar con objetos que le eran lanzados pese a su expresión artística, no violenta.

“Hay imágenes que marcan la historia y la memoria de la humanidad: un hombre cerrándole el paso a un escuadrón de tanques en la plaza Tiananmen en China, una niña desnuda que muestra las terribles quemaduras que acaba de sufrir por un bombardeo de napalm en Vietnam, un marinero que besa a una enfermera en Times Square para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial. En Venezuela acaba de surgir una de esas imágenes universales que quedará grabada al fuego en el recuerdo colectivo…El violinista heroico se llama Wuilly Moisés Arteaga, tiene 23 años, y como integrante de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas recorrió el mundo tocando su música y recibiendo aplausos. Unas horas antes de escribir esta columna hablé largamente con él sobre su vida y los motivos que tiene para exponerla, cada día, en las manifestaciones.”

Dada la situación de Venezuela se puede volver al texto de Alain Touraine y reconocer conceptos claves en esta situación:

“…Pero este representatividad supone también que las mismas demandas sociales se pretendan representables, es decir que acepten a las reglas del juego político y la decisión de la mayoría…Se trata de demandas que no encuentran respuesta del sistema político, sea porque este está limitado, paralizado o incluso aplastado por un Estado autoritario…Por un lado , las movilizaciones colectivas aparecen como un residuo, que no puede ser tratado por las instituciones; por el otro, manifiestan un empuje radical o revolucionario dirigido contra las instituciones que protegen intereses dominantes a los que solo la violencia puede echar abajo” Touraine, movimientos sociales y democracia - ¿Qué es la democracia? (pág. 87)

Es dada la situación tan precaria, la calidad de vida de las persona y la falta de representatividad de los intereses sociales que en Venezuela se podría estar hablando de un guerra civil sin precedente latinoamericanos, las movilizaciones y protestas son apenas un mecanismo, un residuo de la oleada de decisiones sin sentido común , pero con repercusiones sociales abismales que llaman a la población a la articulación, la cuestión es que esta situación no va a cambiar de la noche a la mañana (o quizá sí), y las muestres no van a reivindicarse, pero son el pan de cada dia a falta de pan del que si interesa al pueblo.

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