Organismos de control aeronautico

GRUPO #5:

-Gabriela Díaz.

-Roger Lavayen.

(Parte 5)

RECOMENDACIONES FINALES.

Desde este 1 de junio los vuelos comerciales se han vuelto a reactivar en casi todo el mundo, a menor escala, claro está. Pero aún la incertidumbre de los usuarios continúa, así también como la incertidumbre de la industria aeronáutica en general, ya que ahora se determinará con mayor claridad las secuelas que dejará esta pandemia.

Desde ya el sector turístico y aéreo en general se encuentran trabajando en hacer un cambio total o permanente a sus respectivas estructuras.

Es que la estrategia de la aeronáutica post Covid-19 será otra: los tipos de aviones ya no serán los mismos y el sector ya se está adelantando a ese cambio. Los fabricantes han anunciado que ya están trabajando para redimensionar y remodelar su negocio.

Por lo tanto, ante tal situación de crisis que se están viviendo se recomienda a los fabricantes adaptar las tasas de producción de aviones comerciales de acuerdo con la demanda de los clientes, y la concentración en la contención de efectivo en su estructura de costos a largo plazo para garantizar que puedan volver a las operaciones normales una vez que la situación mejore, así como ya ha mencionado que se ha empezado a hacer el CEO de Airbus.

Para el porvenir aeronáutico se estima que los aviones de cuerpo estrecho, pequeños, liderarán el camino hacia la recuperación, seguidos por flotas de cuerpo ancho, mientras las aerolíneas comiencen progresivamente a activarse. Esto, porque a ojos de los expertos, las aeronaves grandes de mayor alcance están destinadas a permanecer en tierra por un muy largo tiempo. Hoy se prevé que los vuelos internacionales se reduzcan drásticamente a la espera de una vacuna contra el Covid-19, siendo los aviones más pequeños, que sustentan vuelos más cortos o tráficos domésticos, los que den le el empujón a la debilitada industria.

Por tal motivo sería un movimiento inteligente por parte de Boeing, Airbus y Embraer dirigir toda su fuerza laboral ha crear en menor escala más de estos modelos pequeños y económicos, y los que ya tiene en uso deberían hacer cambios en su infraestructura ya sea con la reacomodación de asientos o la instalación de mamparas ya mencionadas que faciliten el distanciamiento social.

Algo que se está haciendo actualmente y es visto como un movimiento inteligente de parte de estas compañías es que se está investigando el comportamiento del nuevo coronavirus al interior de los aviones de pasajeros como parte de un esfuerzo de la industria para disminuir los riesgos que llevaron al tráfico aéreo al borde la paralización en primer momento. Dicha investigación incluye a académicos, ingenieros y expertos médicos que examinarán las nuevas medidas para prevenir el contagio de la enfermedad dentro de los aviones.

Boeing, por ejemplo, ha dicho que está desarrollando modelos computacionales que simulan el entorno de una cabina, con lo cual busca contribuir con información para la toma de decisiones de las aerolíneas, y autoridades de la salud y regulatorias, en cuanto a prevenir los contagios.

Se recomienda también que las tres manufactureras estén en constante diálogo con el CDC y la OMS ya que se está planeando instalar luces ultravioletas que permitan la eliminación total después de cada vuelo, y sería una gran ayuda si el uso de esta tecnología es aprobada por las entidades de salud antes mencionadas y así garantizar que no es dañina para los usuarios.

También, aunque sea visto en el peor de los casos como un mal necesario las compañías deberían reducir mínimo en un 10% su dotación de empleados ya sea con retiros voluntarios o despidos, medida que ya se ha anunciado por empresas como Boeing y Airbus quienes a finales del presente mes planean prescindir de los servicios de mas de 6.000 empleados cada uno.

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