Plan De Ayala

PLAN DE AYALA

Al estar hoy aquí presente en las instalaciones del Casco Viejo Exhacienda San Juan de la presidencia municipal de Tlaquiltenango, mis sentidos se llenan de energía y ante esta integración vengo a dejar presente cuales son las convicciones del “Plan de Ayala”, porque le continua recordando a México que hay que seguir forjando y construyendo los ideales de General Emiliano Zapata en la defensa de la tierra y la libertad.

“No señor Madero, yo no me levanté en armas para conquistar tierras y haciendas. Yo me levanté en armas para que al pueblo de Morelos le sea devuelto lo que le fue robado”

Distinguido miembros del jurado calificador, maestros, alumnos y público en general. Mi nombre es: _____________________________ Vengo ante ustedes a discernir con un pilar de la “Revolución Mexicana” el Plan de Ayala.

El 25 de Noviembre de 1911 se suscribió el Plan de Ayala elaborado en la comunidad de Ayoxustla, Puebla como respuesta tajante a las suavidades de Francisco I. Madero en materia de demandas sociales, lo cual fue, sin lugar a dudas, el incumplimiento del Plan de San Luis Potosí, del 5 de Octubre de 1910, a pesar que dicho plan sólo consideraba la revisión de los juicios del porfiriato sobre la tenencia de la tierra. Circunstancia que se interpretó como una clara traición a las causas campesinas y a las promesas de la Revolución Mexicana.

En ese momento, Emiliano Zapata llamaba a tomar las armas para restituir la propiedad de las tierras al pueblo, arrebatadas por caciques, hacendados y terratenientes, quienes aprovechando la Ley Lerdo, (que formaba parte de las Leyes de Reforma), declaraba que esas tierras de tipo comunal originadas durante el virreinato no tenían valor, de modo que resultaban legalmente fáciles para el despojo.

Al hablar del jefe supremo del movimiento revolucionario del sur, describo irremediablemente al eje principal del “Plan de Ayala” como hecho un histórico necesario e impostergable, entre sus entrañas lleva a un hombre que toma como estandarte la conciencias de las masas explotadas de nuestro pueblo y plasma entre sus renglones con la colaboración del profesor Otilio Montaño” al problema de la tierra como el máximo desafío del pensamiento revolucionario:

“Las tierras, montes y aguas usurpadas al amparo de la tiranía y la justicia venal, por los terratenientes, los políticos del régimen (los llamados “científicos) y los caciques, pasarán a manos de los pueblos y los ciudadanos”

En la máxima significación de la palabra el Plan de Ayala coloco al conflicto agrario en la columna vertebral de unos de los movimientos más importantes del siglo XIX. Y en el marco de este concurso de oratoria para la reflexión y el análisis, planteo la siguiente cuestión: ¿Qué he hemos hecho con la tierra?.... esta acción es una

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