Reflexiones filosóficas sobre la crisis de México

Reflexiones filosóficas sobre la crisis de México

Guillermo Hurtado en este documento de reflexiones sobre la crisis de México, nos habla primeramente de la pérdida del sentido de nuestra existencia colectiva, que se refiere a la falta de cohesión, dirección y confianza, hemos perdido el rumbo de a dónde queremos dirigirnos como sociedad, como nación; ese progreso que tanto buscamos los mexicanos, desde económico, político y social, no ha sido posible por la falta de dirección de nuestros representantes, pero sobre todo la falta de confianza que tenemos como una nación con personas fuertes y capaz de superarse a sí mismos.

Durante todo el texto, Hurtado remarca mucho el que hay que reconocer nuestros orígenes, saber de dónde venimos como sociedad, cuáles fueron las circunstancias o los eventos que dieron resultado a la sociedad en la que actualmente estamos integrados. Menciona que tenemos miedo y ese sentimiento de inferioridad prevalece en cada individuo.

Tenemos una ruptura de la historicidad, ese lazo estrecho que tenemos con nuestro pasado, con el paso de los años (a partir de los años 80’s), se ha debilitado y es cada vez más difícil y lejana la idea de recuperarlo; para los conservadores, México debía recordar su pasado para preservar lo mejor de él, mientras que los liberales era lo contrario, tenemos que dejar el pasado en el pasado y enfocarnos en el futuro. Los grupos en el poder se han encargado de darle a la sociedad un discurso que los beneficie a ellos, y por esa razón se ha perdido esa historia que nos identifica y, define nuestros valores, cultura y destino. Hurtado menciona, << No hay un discurso motivador y coherente, acerca del significado de estos acontecimientos y, en consecuencia, el significado de nuestra historia como nación. >>. La fractura de nuestra historicidad no sólo borra el pasado y le resta sentido al presente, sino que también anula el futuro. No tenemos futuro mientras no volvamos a tener un pasado.

Necesitamos empezar a actuar nosotros mismos ante esta crisis y, no dejar o más bien esperar, que las figuras públicas resuelvan estos problemas, ya que como ya he mencionado anteriormente, únicamente ofrecen un discurso que ellos quieren que escuchemos y sea de su conveniencia.

Cada quien debe poner de su parte para crear un nuevo sentido, una nueva síntesis de ideas, valores y aspiraciones, pero es una labor colectiva y, tiene que hacerse en los sitios donde convivimos con los demás: la escuela, el trabajo, el parque, las redes sociales, etc. Si se trabaja con disciplina con este nuevo sentido, podría llegar a haber un cambio significativo en la política y en la sociedad, con nuevos valores, y aspiraciones que tenemos en común en los diferentes grupos sociales. << El nuevo sentido tendrá que ofrecer una visión armónica que dé respuesta a las necesidades de las distintas generaciones. >>.

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