Reflexión filosófica

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Entendemos la filosofía como un desafío, una forma de cuestionarnos, un proceso de enseñanza-aprendizaje, desde la misma razón o sentido, nos encontramos bajo un desafío el cual los ojos empiezan a ver con sensibilidad o como se escucha. Sócrates decía que la filosofía no tiene que ver con el pensamiento, sino con la vida; enseñar filosofía es enseñar a vivir.

Como forma de enseñanza en la educación la filosofía, está determinada como forma de pensar, la filosofía está al servicio de filosofar. La filosofía no es una cuestión de experiencia sino una forma de dimensión del pensamiento, ya que no se necesita más que pensar; en este caso, los pensamientos son impredecibles o a los sentimientos.

Esa búsqueda del saber, por lo que gira en torno la filosofía, está ligada a un sentimiento. Cómo decía Deleuze " una filosofía que no entristece no es filosofía". La filosofía nos invita a buscar y nos ofrece y nos resultan preguntas.

Por eso hablar filosofía es hablar de todo lo que nos cuestiona como seres humanos habitantes de este mundo, esto nos ayuda como ejercicio transformador tanto a los niños para formular sus dudas acerca del mundo que los rodea, si bien la filosofía no nos da respuestas aseguradas nos habilitara ese nexo de la libertad de pensamiento y eso es lo que nos proponemos como futuras docentes, brindar un lugar dentro de las salas donde los niños puedan expresarse y ser escuchados.

A partir de esto, podemos tomar uno de los textos de Walter Kohan: “Una mirada filosófica acerca de la educación”, donde entiende a la filosofía como una forma de andar en el mundo, buscando una transformación en la otra persona. Asi mismo, Walter Kohan propone que “No hay filosofía sin sensibilidad” ya que practicar la filosofía nos propone una apertura a los otros y al mundo, como transformación en reciprocidad y no como algo que simplemente se deposita en el otro.

Esto nos interpela en nuestra practica como futuras docentes, ya que a través de la idea de que todo el tiempo los alumnos están en constante cambio y aprendizaje, de manera que nos invita a nosotras a trabajar sobre nuestra labor diaria y tomar en cuenta nuestra práctica docente, buscando ser esa forma de transformación, ocupando un rol problematizador y reconociendo la dimensión ético-política de la educación. Ante esta situación de presión se podrá mejorar la calidad de la educación, buscando asi una alternativa de quienes dirigen la política pública es modificar la duración de las jornadas escolares. Otra posibilidad es maximizar el aprovechamiento de los periodos disponibles para el aprendizaje en la escuela. Se trata de la necesidad de establecer un vinculo entre docentes y alumnos.

Retomando lo que vimos anteriormente acerca de la filosofía, dentro de la infancia, se busca apuntar a revolucionar la filosofía y sentir que la propia infancia a que se pueda problematizar y transformar la idea que se tiene de la infancia y la filosofía y el modo por el cual es empleado o llevado a la práctica. Entendiendo a la filosofía como un encuentro con la imaginación y la creatividad del mundo que nos rodea.

Además, se apertura la posibilidad de tener un desplazamiento en el mundo que sea conjunto; pues se logra formar un vínculo en el mismo mundo, valorando la afectividad, pudiendo incorporar esta dimensión buscando alejar de perspectivas reduccionistas donde las personas se definen por un único y exclusivo rasgo generalmente asociado a la razón como oposición a la dimensión afectiva y nos permite tener una visión integral de los seres humanos. También significa valorar el lugar que ocupan las emociones y sentimientos en el aprendizaje y contribuir al desarrollo de capacidades afectivas como la empatía, la solidaridad, el respeto.

Hoy en día es importante valorar la verdad, "La verdad siempre se consideró como un valor ético, pues da sentido al respeto ante los demás hombres, ante una sociedad, ante uno mismo. Es el pilar básico donde se orienta la conciencia moral y abarca la confianza a esa sociedad; donde todos nos necesitamos para vivir en verdad". Entendiendo que esa verdad que nosotros pensábamos puede resulta distinta para un niño, ya que ve el mundo con otros ojos.

Cuando nos referimos a la palabra saber hacemos referencia a nueva tecnología de poder y en nuestro caso como futuras docentes entendemos que si tenemos un saber tenemos un poder para ejercer. Las nuevas tecnologías se identifican por un lado con la anato política; como el poder que tiene que propagarse en forma de red, llegando así al cuerpo de las personas y para eso primero las encierra en las instituciones de encierro, como ser la escuela y por otro lado la biopolítica que es el poder sobre la vida de la población; por ejemplo, el panóptico (sistema de vigilancia). Nosotras como futuras docentes tenemos el deber de formar ciudadanos críticos, responsables e interesados por el futuro que nos espera, pudiendo revertir estas situaciones en donde se vulnera el poder.

Es por eso que, para M. Foucault, el saber es un modo en el que se ejerce el poder en las sociedades europeas durante los siglos XVII y XVIII. La disciplina es la creación conceptual de Foucault, una invención teórica que permite pensar cómo funcionan algunas instituciones modernas, cuáles son los mecanismos que regulan el estatuto y el régimen que adquieren las relaciones entre el saber y el poder en las sociedades que cobijan tales instituciones donde circulan infantes: La “disciplina” no puede identificarse ni con una institución ni con un aparato; ella es un tipo de poder, una modalidad para ejercerlo, que comporta todo un conjunto de instrumentos, de técnicas, de procedimientos, de niveles de aplicación, de blancos; la disciplina es una “física” o una “anatomía” del poder, una tecnología. La disciplina es, entonces, un modo de ejercer el poder, una tecnología de poder que nace y se desarrolla en la modernidad. El poder disciplinar se ejerce en diversos espacios sociales: en instituciones especializadas (como las cárceles o los institutos correccionales), en instituciones que la usan como instrumento esencial para un fin determinado (las casas de educación, los hospitales), en instituciones que la preexisten y la incorporan (la familia; el aparato administrativo), en aparatos estatales que tienen por función hacer reinar la disciplina en la sociedad (la policía).

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