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SEQUÍA POR EL FENÓMENO DEL NIÑO EN COLOMBIA.


Enviado por   •  7 de Marzo de 2016  •  Ensayos  •  694 Palabras (3 Páginas)  •  171 Visitas

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SEQUIA POR EL FENÓMENO DEL NIÑO EN COLOMBIA

Colombia es un país privilegiado en materia orográfica y de ello se derivan muchas ventajas, entre otras la riqueza hídrica que se desprende de sus cordilleras y que corren en todos los sentidos la superficie nacional. El principal cuerpo de agua dulce lo constituye el rio Grande de la Magdalena o río Magdalena, como se le identifica comúnmente, que nace en el Páramo de las Papas, en el Macizo Colombiano y desemboca en el Mar Caribe, más específicamente en el punto conocido como Bocas de Ceniza, que alude en su nombre al color de las aguas y entrada al puerto marítimo y fluvial de Barranquilla. Con el Magdalena, son muchas las corrientes de agua dulce que bañan el territorio nacional, hoy víctima de sequía, atribuida por el IDEAM (organismo meteorológico oficial) al denominado Fenómeno del Niño, cuya fatal y principal característica es precisamente la ausencia de lluvias, fuente de enriquecimiento de los ríos, lagos, caños, etc.

¿Es realmente el Fenómeno del Niño el causante de la sequía que tiene padeciendo a más de media población en Colombia? Indudablemente, la ausencia de lluvias contribuye al detrimento del caudal de los ríos y demás cuerpos de agua, máxime cuando el fenómeno se extiende por casi un año, causando estragos en la economía nacional, ya que no sólo se trata del surtimiento de agua para el consumo humano sino que, además, este líquido es fundamental para la mayoría de las actividades económicas que se desarrollan en cualquier comunidad, en cualquier país del mundo. De ahí que las consecuencias sean no sólo la escasez de agua y la sed que agobia a muchas regiones, sino la pérdida de cultivos y de animales domésticos e incluso especies mayores, como el ganado bovino, que sucumbe ante la falta de agua y, también, la falta de su alimento básico: el pasto. No se olvida que, también, los cultivos destinados al consumo humano sufren el impacto de la sequía, el cual se manifiesta en baja producción, baja calidad y precios elevados, muy por encima del valor que se paga normalmente por ellos (Portafolio, 2015).

Se planteó anteriormente un interrogante: ¿todo es atribuible al Fenómeno del Niño? Y es que resulta extraño que, ante la emergencia que se vive, el gobierno nacional no haya tomado medidas que, obviamente, son nocivas para la economía pero que, en un orden de prioridades, es recomendable tomar. Se hace referencia a la minería y explotación de hidrocarburos, actividades estas que requieren enormes cantidades de agua y que no han sido suspendidas ante la emergencia; peor aun: ni siquiera se oye una alusión oficial a estas actividades, salvo para referirse a la “minería ilegal” y a la “caída del precio del petróleo”, argumentos que se orientan a justificar la difícil situación fiscal que atraviesa el país en la actualidad. Resulta elemental pensar que, si en el orden de prioridad, la vida de los humanos y de la actividad agropecuaria ocupan el primer lugar, deberían ser preferidas a la actividad de la explotación ilegal de minas (que de paso contamina con mercurio los cuerpos de agua, tal como hoy se denuncia públicamente en relación con el envenenamiento que sufren los niños en los Llanos Orientales) y si el petróleo ha caído a límites que tornan su explotación irrentable, entonces la decisión debe dirigirse a disminuir esas actividades ilegales e irrentables y evitar, de paso, que  contribuyan a agudizar más la escasez de agua que padece el país y, con él, sus habitantes.

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