Secuestro
MarieFarrera6 de Septiembre de 2013
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ANTECEDENTES HISTORICOSLa etimología de la palabra secuestro proviene del vocablo latino « sequestrare
» que significa apoderarse de una persona para exigir rescate o encerrar
ilegalmente a una persona. Se conoció en la antigüedad con la denominación
de « plagio », algo así como red de pescar.
En la antigüedad
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, el secuestro era una forma normal de sometimiento o
comercio de personas, pues la superioridad era dada por las artes bélicas y
quien vencía tenía el derecho de tomar para sí el territorio conquistado, además
de las personas derrotadas.
Por las múltiples guerras entre los pueblos, se empezó a comerciar con las
personas libres caídas en cautiverio. Así nació la esclavitud. Los fenicios
plagiaban a doncellas y mancebos griegos y exigían por ellos un rescate o les
enviaban a Delos, una isla del Egeo, centro internacional de este tipo de
negocio.
En esta época ocurre el famoso rapto de la bella Helena, realizado por París, el
cual provocó la guerra de Troya. Ambos huyen y Menelao, el esposo burlado,
viaja con su ejército para obligar a su mujer a que retorne a su lado. Esta
histórica confrontación, que duró más de doce años, Es eje de la Iliada una de
las obras poéticas de Homero.
En el mundo romano se practicaba el crimen plagium, que consistía en el rapto
de esclavos para apropiarse de éstos. El secuestro era utilizado por el imperio
para derrotar a sus enemigos, pues capturaban a las principales personas de un
reino para cobrar rescate por ellas. Es famoso lo ocurrido al joven Julio Cesar,
quien fue secuestrado en una isla del Mediterráneo. Cuando el futuro cónsul
romano se enteró de la suma exigida por sus plagiarios- veinte talentos-, ésta le
pareció poca, dada la posición que él tenía, y la hizo ascender a cincuenta,
advirtiendo que cuando quedara en libertad los crucificaría a todos. Cuando le
entregaron los cabecillas, decidió decapitarlos.
Los judíos, por su parte, vivieron muy de cerca el secuestro, especialmente el
de José, hijo de Jacob, quien fue vendido por sus hermanos a los egipcios,
simplemente por ser el hijo preferido por el Gran Patriarca.
Unos 2.500 años antes de Cristo, el código de Hamurabi trataba en forma
especial el caso de la esclavitud y a pesar de que la institucionalizaba se
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Carlos Pulido.El secuestro.contemplaban sanciones para el plagio, en el caso de deudores secuestrados por
el acreedor.
Moisés, 500 años después señaló a la esclavitud los límites más estrechos que
se podía imaginar en aquella época, pero el anatema definitivo contra la
reducción de un hombre a la servidumbre de otro fue sancionado por el
cristianismo merced a la proclama de la personalidad humana, del origen divino
del hombre y de la unidad de progenie. Al propagarse el cristianismo la
esclavitud tuvo que desaparecer donde quiera que la luz del evangelio rompía
las tinieblas de los viejos errores.
Abolidos los mercados en que se vendían criaturas humanas, perseguidos los
mercaderes y traficantes de hombres que, al decir de Plauto pululaban en
Roma más que las moscas en verano, el delito del plagio fue haciéndose
rarísimo hasta el punto que solo perdurará en las legislaciones debido a las
diversas transformaciones sufridas.
El «Exodo» nos cuenta como los hebreos sancionaban el plagio con la pena de
muerte, Jenofonte, en su libro «De dictis et factis» señala que los griegos
sancionaban éste delito con la pena de muerte y posteriormente con la
amputación de las manos.
«Le droit payen et le droit chretien» es el título de una obra escrita por
Carpentier en que cuenta como en la antigua Francia se sancionaba el plagio
con la pena de muerte.
Las penas germánicas lo castigaban con la muerte, según el derecho
consuetudinario de Culm que regía para todas las provincias septentrionales de
Rusia, a lo largo del Vistula.
En la Edad Media, especialmente en Alemania, el secuestro era considerado un
robo y se castigaba como tal. Durante las cruzadas, Ricardo Corazón de
León, uno de los generales cristianos, fue retenido, no precisamente por los
moros, sino por un aliado suyo, el Duque, quien le puso precio a su libertad.
Tenemos que deducir obligatoriamente que el secuestro no es privativo de
nuestra época, sino que ya en siglos pasados, en diversos países entre ellos
España, Inglaterra y Francia, se sucedieron numerosos casos de secuestro,
ocupando sitio preferencial en la historia el de María Estuardo, tal vez por los contornos de dolor
y salvajismo que lo rodearon.
El primer secuestro de la historia colombiana sucedió en los tiempos del
conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada cuando éste, en el año de 1537,
secuestró al zaque Quemuanchatocha, en la localidad de Hunza, hoy Tunja. El
conquistador para liberar al zaque, les exigió a sus súbditos la entrega de sus
tesoros, el codiciado y mítico Dorado. No obstante, de haber recibido grandes
cantidades de oro y esmeraldas, los aliados de Jiménez de Quesada torturaron
cruelmente a Quemuanchatocha hasta darle muerte.
Vale la pena mencionar igualmente los secuestros de Montezuma y Atahualpa,
privados de la libertad por Cortes y Pizarro respectivamente para dominar a
México y el Perú y conseguir la entrega de sus tesoros.
Ya en los siglos XVI y XVII era muy frecuente en el Mediterráneo, la captura
de cristianos por piratas moros o mahometanos, quienes para liberarlos exigían
siempre un rescate. También surgieron órdenes religiosas que ayudaban a
recolectar el dinero.
Miguel de Cervantes Saavedra, autor del famoso Don Quijote, estuvo cautivo
bastante tiempo, luego de ser tomado como prisionero de guerra en la famosa
batalla de Lepanto.
En la Inglaterra del siglo XVIII aparecieron los press-gangs, bandas de
secuestradores que operaban a favor del ejército y la marina, que obligaban a
los hombres a alistarles en las filas de los regimientos británicos. En la China
del siglo pasado era muy frecuente el shanghaien o secuestro de personas a
quienes drogaban para obligarlas a subir a barcos especializados en comercio y
tráfico de esclavos.
El zar Nicolás II fue secuestrado y asesinado, junto con toda su familia, el 16
de julio de 1918 en Ekaterinemburgo (Rusia).
En mayo de 1932 una noticia conmovió a los Estados Unidos y llegó a los más
recónditos lugares del mundo: el secuestro del niño Charles Augustus
Lindbergh, hijo de Charles Lindbergh. Este famoso aviador estadounidense era
un héroe popular por haber sobrevolado el Atlántico desde los Estados Unidos
hasta Europa. Bruno Hauptaman, su captor, lo asesinó a los pocos días y por
esta acción fue condenado a muerte y ejecutado.
En la Alemania de Hitler muchos judíos tuvieron que pagar rescate para poder
escapar de los campos de concentración.
En la Alemania de Hitler muchos judíos tuvieron que pagar rescate para poder
escapar de los campos de concentración.El 23 de febrero de 1958 en la Habana (Cuba), el argentino Juan Manuel
Fangio, cuatro veces campeón mundial de automovilismo, sintió por primera
vez un susto diferente de aquellos que vivía cotidianamente, a más de 300
kilómetros por hora. Un revólver fosforescente estaba clavado entre su camisa
sudorosa. El secuestro del famoso corredor resultaría ser un audaz golpe de
publicidad para el movimiento 26 de julio. FFué quizás el primer campanazo
mundial de lo que venía detrás: el desembarco del «Gramma», Fidel Castro, la
Sierra Maestra, la celebrada revolución y luego, el terrible contraste, cuando
todo giró bruscamente y Cuba se convirtió en el polo comunista a 100
kilómetros de Miami. La carrera programada fue una tragedia. Armando García
Cifuentes, piloto inexperto, tuvo un colosal accidente, mató a cuatro
espectadores e hirió muchos más. El famoso argentino no condujo su automóvil
Maserati, pero si recibió de la guerrilla, su premio de 5.000 dólares. Además, lo
vio todo por televisión, cómodamente instalado en un apartamento lujoso.
Firmó autógrafos a los hijos de los secuestradores y entabló largos diálogos
durante su cautiverio de 36 horas con Faustino Pérez, jefe del comando que
estaba al mando de la operación.
Una vez pasada la carrera, los secuestradores entraron en pánico debido a la
gran operación de rescate montada por Batista, y el mismo Fangio sugirió que
lo entregaran en la embajada argentina. El incidente terminó felizmente y los de
esa época nunca lo olvidaron. Cuando se cumplieron 25 años, a Fangio lo
invitaron sus secuestradores a la Habana para celebrar el aniversario.
Fué quizás el primer campanazo
mundial de lo que venía detrás: el desembarco del «Gramma», Fidel Castro, la
Sierra Maestra,
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