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Trabajo Social

brn_96922 de Mayo de 2012

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TEMA 1. TEORÍA Y TRABAJO SOCIAL: DIFERENTES PERSPECTIVAS.

El Trabajo Social aunque históricamente hace su aparición junto con otras ciencias sociales (sociología, psicología…) sigue siendo una ciencia nueva, joven y poco desarrollada. Las razones pueden ser las que se describen a continuación:

 El sentido práctico del Trabajo Social hace que a la validez teórica (en términos epistemológicos y metodológicos) se le sume una validez práctica.

 Los científicos sociales quieren entender el mundo y los trabajadores sociales cambiarlo: demandan soluciones prácticas para ayudar a resolver los problemas humanos y los científicos sociales encajar todas las piezas que resuelvan el puzle de lo humano. De alguna manera los científicos sociales se abstraen del mundo y los trabajadores sociales se implican en él.

A continuación se describen las relaciones entre Trabajo Social y teoría para dar cuenta de esa relación problemática.

1. LA TEORÍA Y EL TRABAJO SOCIAL: UNA RELACIÓN DINÁMICA.

Howe (1999) define la teoría como una forma de ver el mundo y de explicar cómo se comportan las personas y las situaciones. Desde esta perspectiva un Trabajador Social es un teórico ya que debe conocer las características de las personas y las condiciones sociales de los grupos de población para poder definir aquellos grupos que se hallan o se pueden encontrar en situación de riesgo social, conocer las necesidades reales y potenciales tanto individuales como colectivas, analizar los elementos causales que pueden generar determinadas condiciones de dificultad social.

La teoría proporciona un camino para definir y ordenar acontecimientos y hechos complejos que permitan al Trabajador Social comprender y describir mejor aspectos de la realidad.

La percepción de los problemas, las valoraciones que se llevan a cabo, metas que se formulan y métodos y técnicas que se adoptan varían en función de la postura teórica que se adopte. Por ello la teoría es importante pero a la vez genera tensión y discusión entre los profesionales. Coulshed distingue las siguientes fuentes de conflicto internas al Trabajo Social:

• Se ha relativizado la teoría por restar frescura dinamismo y espontaneidad a la práctica profesional ya que la teoría implica distanciamiento y objetividad, lo cual contrasta con la cercanía y subjetividad de la práctica profesional del Trabajo Social

• Dificultad de su medición. Los científicos pueden comprobar sus teorías en un laboratorio mientras que los trabajadores sociales no trabajan bajo condiciones fácilmente controlables, su práctica se da en el contexto de “caos” que supone un problema.

1.1. Dificultades para obtener la teoría: el cambiante mundo del Trabajo Social, la incertidumbre y la ambigüedad de la práctica del Trabajo Social.

Pueden mencionarse las siguientes dificultades para la sistematización teórica y racional del Trabajo Social a través del empirismo (Sheldon, 1978):

• Teoría y práctica provienen de dos subculturas diferentes: una académica y otra basada en el trabajo, praxis profesional.

• El curriculum del trabajador social tiende a potenciar el eclecticismo. Se acude al “supermercado de las teorías” dónde todas son tratadas con igual estatus y valor.

• La cultura profesional del trabajador social no dispone de una fuerte tradición investigadora, lo que hace que los trabajadores sociales no reflexionen acerca de la intervención ni la evalúen

• Condiciones de incertidumbre y ambigüedad con las que tiene que enfrentarse habitualmente el trabajador social

• Raíces morales del Trabajo Social

En relación a este último punto es importante señalar que el origen del Trabajo Social (inicios del s. XIX) tiene un fuerte componente religioso, en convicciones religiosas sobre la naturaleza humana y acerca de los problemas derivados de los profundos cambios sociales y económicos de aquella época. En el centro de esas convicciones se encontraba la creencia en la capacidad humana para su transformación personal y en las oportunidades que se requerían para conocer las necesidades humanas.

Este origen, que genera un planteamiento humanista, se confronta con la tradición científica basada en el empirismo, la cual rechaza estos planteamientos. Ello generará una doble sensibilidad en el seno del Trabajo Social: quienes quieren mantener una orientación moral-práctica y quienes quieren dotar de un estatus científico al Trabajo Social mediante una orientación racional-técnica.

En las últimas décadas parece que se ha dado un predominio del enfoque técnico-racional, lo cual plantea una serie de dificultades prácticas. Los problemas con los que trabaja en el TS no se pueden resolver solo desde una perspectiva técnica y racional ya que los problemas son complejos, cambiantes e inciertos para los que no existen asideros teóricos sino que solo pueden ser contestados desde la práctica y la subjetividad personal del profesional.

La dualidad de ambas orientaciones adquiere mayor relevancia a la hora de formar a los futuros trabajadores sociales. Ya desde mediados desde los años 80 del siglo pasado, hay una cierta lucha en los centros de formación de trabajadores sociales en Europa a la hora de conjugar la aceptación y fortalecimiento del estatus académico del TS (nutrido desde la ciencia) y responder a las demandas originadas de la práctica diaria. En síntesis se da una difícil coexistencia entre una ecléctica disciplina científico social por un lado y una forma de entrenamiento vocacional por otro.

Schon, señalando la importancia de la racionalidad técnica, también identifica una serie de factores que cuestionan esta racionalidad. La epistemología de la práctica profesional que ha dominado el pensamiento como la obra de diferentes profesiones se basa en la racionalidad técnica, la aplicación del conocimiento basado en la investigación para la solución de problemas. La práctica profesional es el resultado de una investigación rigurosa que ha utilizado técnicas y elementos medibles, probables, evaluables y que se basa en un conocimiento teórico y objetivo. El TS se conceptualizaría y desarrollaría como la aplicación de una ciencia social rigurosa.

No obstante la aplicación de esta racionalidad al TS tiene sus límites. Este enfoque no capta como los profesionales operan y resuelven en la práctica aquellos problemas que no se ajustan y no pueden ser explicados desde la estricta aplicación del modelo técnico-racional. Los problemas del mundo real “no están bien construidos”: son indeterminados e inciertos. El profesional los entiende interactuando con ellos lo “extraordinario” del problema y desarrolla una teoría nueva que le ayuda a interpretarlo y a actuar. Ese saber práctico deriva de una reflexión en acción que subraya la interacción con el problema.

Este conocimiento aporta reflexiones más acertadas entre teoría y práctica, a la vez que es más flexible y adaptable que la propuesta de la racionalidad técnica. Los profesionales no son sólo teóricos sino que son prácticos, concretos e intuitivos, incorporando elementos del ARTE además del razonamiento disciplinado.

La conceptualización del TS como arte es tratada por Jerons: “una ciencia enseña a conocer, un arte a obrar”. Moix señala que el arte más que una nueva aplicación implica una adaptación y por ello requiere una capacidad, una maestría, con la virtualidad de acomodar mejor las ambigüedades y la incertidumbre.

Esta propuesta parecería más acorde para un mundo más complejo y sofisticado, dónde la incertidumbre, la ambigüedad la indeterminación son características esenciales, y al que el TS construido desde los años 70 del s. XIX en términos de predicción, cálculo, evaluación y fiabilidad no da todas las respuestas.

2. LA RELACIÓN TEORÍA-PRÁCTICA VERSUS PRÁCTICA-TEORÍA EN EL TRABAJO SOCIAL.

Volviendo a tomar contacto con la teoría en la práctica, el trabajador social necesita tener conocimiento de qué está ocurriendo y por qué, lo que implica que necesita pensar teóricamente. El trabajador social se pregunta la “razón de por qué” una mujer sigue con un maltratador, una persona sigue durmiendo en la calle, una persona sigue consumiendo abusivamente…

No hay consenso acerca de las teorías que mejor explican situaciones particulares, si acuerdo en que profesionales que desarrollan ofrecen interpretaciones sobre qué está ocurriendo son quienes mejor llevan a cabo su orientación profesional y compromiso personal. A través del análisis de la práctica y de la reflexión sobre las necesidades y relaciones de las personas, los trabajadores son capaces de desarrollar sus propias teorías, las cuales les sirven de guía y orientación para la intervención.

También se puede dar la vuelta a este proceso. Así cómo es posible inducir la teoría desde la práctica y la observación, igualmente es posible deducir desde la teoría qué hay que hacer y qué hay que observar. Conocer diversas teorías que expliquen el comportamiento humano, influye en la práctica profesional en estos elementos:

 Observación: qué observar y cómo hacerlo.

 Descripción: vocabulario conceptual y marco teórico que ordene y clasifique las observaciones.

 Explicación: relacionar las diversas observaciones realizadas y ofrecer posibles relaciones causales.

 Predicción: indicar lo que puede ocurrir después.

 Intervención: sugiere caminos de actuación para conseguir el cambio.

En la ciencia del trabajo social muchas de las ideas y conocimientos teóricos son

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