Turismo espacial "¿Un Viaje Hacia el Deterioro Ambiental?"

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ARTÍCULO DE OPINIÓN

“Turismo Espacial”

PRESENTADO POR:

Aymar Marklin ANAHUA LAYME

TURISMO ESPACIAL

¿Un Viaje Hacia el Deterioro Ambiental?

El auge del turismo espacial despierta preocupaciones medioambientales globales. Por un lado, según Infobae (2023) indica que, el turismo espacial solo representa el 3% del total de lanzamientos anuales, lo cual podría ser un cero a la izquierda en el contexto global. Al respecto, esto sugiere que su impacto actual es relativamente menor en la contaminación espacial. Asimismo, la tecnología espacial está avanzando hacia soluciones más sostenibles, aunque a duras penas parece enfrentar el verdadero problema. Por otro lado, González (2023) informa que, la propulsión de cohetes contribuye a un 5% de emisiones nocivas en la atmósfera, lo cual pone el dedo en la llaga. Por consiguiente, el turismo espacial incrementa el riesgo de contaminación atmosférica, echando leña al fuego en cuanto a los desafíos medioambientales. Además, la creciente frecuencia de viajes espaciales podría agravar este problema. Ante este tópico o problema, hay personas a favor argumentando, que la industria espacial impulsa la innovación tecnológica, pero en este caso, no se andan por las ramas en cuanto a los riesgos ambientales. Sin embargo, otros argumentan que, el turismo espacial acelera el daño al medio ambiente. Ante ello, surge la siguiente pregunta controversial ¿Consideras que el turismo espacial sí tendrá un impacto significativo en el medio ambiente? Sin pelos en la lengua, considero que el turismo espacial sí tendrá un impacto significativo en el medio ambiente. A continuación, presentaré la defensa de mi tesis con argumentos sólidos.

Considero que el turismo espacial sí tendrá un impacto significativo en el medio ambiente porque la demanda de combustibles para cohetes contribuye a la explotación de combustibles fósiles, lo cual es echar leña al fuego en la crisis climática. En cuanto a lo argumentado, es importante definir "combustibles fósiles". Esto consiste en fuentes de energía no renovables, formadas a partir de restos orgánicos prehistóricos, como petróleo, carbón y gas natural. Es decir, estos combustibles, al ser quemados, liberan grandes cantidades de CO2 y otros gases de efecto invernadero, lo que pone el dedo en la llaga de su impacto ambiental. Por lo tanto, su uso intensivo en el turismo espacial incrementa la huella de carbono y acelera el cambio climático, actuando como un ave de mal agüero para el futuro del planeta. Con el propósito de ilustrar esta aceptación es importante conocer una información relevante. Según un estudio realizado por EU Mediterránea (2022), en Alemania, un solo lanzamiento de cohete puede emitir hasta 300 toneladas de CO2, lo que claramente no es pan comido cuando se trata de mitigar las emisiones.. Al respecto, esto demuestra que el turismo espacial, aunque tecnológicamente avanzado, tiene un alto costo ambiental, sin andarse por las ramas en su impacto. En acuerdo a ello, se vuelve imperativo buscar alternativas más sostenibles para la exploración espacial, en vez de buscar tres pies al gato con soluciones que no aborden el núcleo del problema. Por lo expuesto, el turismo espacial, sí tiene un impacto significativo en el medio ambiente.

Considero que el turismo espacial sí tendrá un impacto significativo en el medio ambiente porque la producción de tecnología espacial involucra procesos altamente contaminantes, metiendo así la pata en términos ecológicos. En cuanto a ello, la manufactura de cohetes y satélites genera una considerable cantidad de desechos tóxicos y gases de efecto invernadero, agregando leña al fuego de la crisis ambiental. Al respecto, un informe de El Tiempo (2023) indica que más del 70% de los materiales utilizados en la construcción de satélites son no reciclables y potencialmente dañinos para el ambiente, poniendo el dedo en la llaga sobre el problema del desecho. Lo que significa que, con el crecimiento del turismo espacial, se incrementará la producción de estos materiales, agravando el problema de la contaminación y la gestión de residuos, sin andarse por las ramas en su efecto nocivo. De manera que, la innovación tecnológica en el sector espacial a menudo descuida las consideraciones ecológicas en favor del progreso y la exploración, actuando como un ave de mal agüero para el medio ambiente. Por consiguiente, este enfoque produce un impacto ambiental negativo que va más allá de las emisiones de los cohetes, lo que claramente no es pan comido para resolver. Es así como, según un estudio de Hernández (2021) indica que, en Australia, la contaminación generada por la industria aeroespacial está afectando gravemente a ecosistemas sensibles, con un incremento del 40% en los últimos cinco años, poniendo en jaque a la biodiversidad. En otras palabras, la industria espacial no solo afecta la atmósfera, sino también la biodiversidad y la salud de los ecosistemas en la Tierra. Además, la falta de regulaciones estrictas en cuanto a la sostenibilidad en la industria espacial exacerba estos problemas, lo cual no es buscar tres pies al gato, sino reconocer una realidad alarmante. En consecuencia, la creciente industria del turismo espacial ocasiona una carga ambiental que no puede ser ignorada y requiere una atención urgente. Por lo tanto, queda en evidencia que el turismo espacial sí tendrá un impacto significativo en el medio ambiente.

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