Una Historia De Vida
isabella_caste24 de Noviembre de 2012
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¿Yo docente?
¿Yo docente? Fue la pregunta que me hice cuando estaba en sexto de preparatoria, pero iniciare por el principio. Nací el 29 de noviembre de 1994, de lugar extranjero, viví mi infancia felizmente, ingrese a la primaria Ramón Corona en el 2000 y todo iba bien, excepto, cuando en tercer grado mi maestra me detecto dislexia, eso afecto mi desarrollo en la escuela, así que en la primaria no era nada aplicada y me costó mucho trabajo entender las lecturas e ir al ritmo de mis compañeros. Con el cambio en la política todo dio un giro en la educación, y aunque en ese momento no me diera cuenta en mi subconsciente la docencia llamo mi atención.
La secundaria llego, esta etapa de mi vida, fue la mejor de todas. En esta etapa ser docente era ¡la última cosa que quería ser! Ya que en mi familia no existían, Docentes, llego a tercero de secundaria, y conozco a alguien que estudia en “La benemérita y centenaria escuela normal de Jalisco” y me empieza a contar como era el ambiente, las materias que llevaban, lo que hacían, los beneficios. A pesar de eso yo quería ser Aeromoza.
Me ofrecen trabajar en una estancia infantil como maestra de pree Kínder con niños de 2 años y algunos meses, acepto, el primer día que fui estaba ¡horrorizada¡ no sabía qué hacer. Niños corriendo por todos lados, nadie me hacía caso, y recuerdo bien que llegue y le dije a mi madre -“en mi vida quiero ser maestra de kínder”. Al día siguiente dispuesta a renunciar, mi compañera me tranquilizo y me dio “tips” para llamar su atención fue ¡el mejor día de mi vida! Me sorprendió la facilidad con la que los niños aprenden y estar con ellos me lleno de vida, gracias a estas experiencias me ayudaban a definir mi carrera.
Al concluir la secundaria ingreso a una preparatoria técnica con la carrera de informática, poniendo en duda si quería ser aeromoza o Ing. En sistemas. En abril del 2009 viaje en avión por más de 18 horas y me di cuenta que viajar, no era lo mío. 2010 Bicentenario de México, me emociono el saber que México, ¡cumplía cien años! Y que a pesar del tiempo transcurrido no avanzábamos mucho en la educación, pero quería ser parte de este cambio pero, ¿Cómo iba hacer parte del cambio? Si, mis maestros no, nos inculcaban valores, moral, no nos dejaban enseñanzas ni nos motivaban a emprender nuestras luchas! Lo hacían por obtener recursos económicos, no por cambiar su país.
Me decepcionó la idea que eran pocas las personas, que yo conocía, que les interesara su país.
Pero, hay que empezar por ti para querer hacer el cambio. Sexto semestre de preparatoria, aun no decidía que carrera iba a elegir, realmente me confundía todo eso y lo único que exigía era mi año sabático. Pero me decidí. Analice que era lo que más me convenía y por fin me decidí, quiero ser docente porque quiero cambiar mis país, quiero que los niños, que me toque enseñarlos hacerlo con entrega, hacer lo que mis maestros no pudieron hacer conmigo, que sean autónomos, emprendedores, investigadores. ¡Me emociona! El saber que yo! Puedo hacer el cambio.
Quiero dar lo mejor de mí, siendo una maestra responsable, eficaz y competente para formar niños capaces, autónomos y con valores para que se desarrollen fructíferamente en sociedad.
Hago trámites para la escuela de educadoras de Guadalajara, no soy admitida, ingreso a la escuela normal nueva Galicia donde empiezo a formarme como docente, y en mi primera observación, me decepcione un poco porque descubrí que no tengo vocación, pero que puedo ser una excelente profesionista y como leí en Tenti “Vocación y profesión no son términos contradictorios sino, complementarios” (2008,3) pero al final es algo, que me propuse y que quiero ser.
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