Árbol De Las Tres Raices
milagrosquintero21 de Agosto de 2012
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IDEARIO SOCIOPOLÍTICO LATINOAMERICANO
EL ÁRBOL DE LAS TRES RAÍCES
Nombre que se le da al triangulo filosófico conformado por tres de los más
grandes pensadores de América Latina y por supuesto del país. Estos tres
pensadores son: Simón Rodríguez o Samuel Robinson, Simón Bolívar (Nuestro
Libertador) y Ezequiel Zamora (El General del Pueblo).
De este modo, se puede afirmar que el análisis e interpretación del Árbol de las
Tres Raíces compuesta e integrada por los pensadores anteriormente
mencionados tienen vigencia y gran significación aún en la actualidad, ya que es
necesario retomar algunos de los más insignes pensamientos de dichos seres y
adaptarlos a nuestro contexto histórico.
Dentro de este orden de ideas, es menester resaltar que la trama y vida de los
seres humanos que conforman el árbol de las tres raíces se define en tres
aspectos fundamentales:
1) Lo Epistemológico: los tres pensadores hablan de romper esquemas, de
romper paradigmas, de darle ruptura a lo tradicional, de darle ruptura al
discurso colonialista y ahora en la actualidad se busca romper con el discurso
oportunista por un lado, y por el otro el discurso ambiguo de gran parte de la
sociedad y de los actores que dirigen las estructuras de poder.
2) Lo Filosófico: la necesidad y urgencia de tener un pensamiento propio,
original. De allí la frase que es y será historia viva del gran Robinson “o
inventamos o erramos”.
Aun en la actualidad, es perentorio construir un modelo de desarrollo propio de los
venezolanos y venezolanas, retomar nuestra cultura autóctona y nuestras
tradiciones aborígenes conceptualizadas al entorno actual para acabar con tanta
transculturización y dejar de copiar modelos políticos, económicos, sociales y
culturales de otras latitudes que no se corresponden con nuestra idiosincrasia, con
nuestra particularidad como país y con nuestras características propias como
nación.
3) Lo Ético: uno de los pilares más importantes dentro del pensamiento que
abarca el árbol de las tres raíces y su composición, puesto que los tres
pensadores comentan en sus escritos la ingente necesidad de crear al hombre
nuevo, al nuevo republicano, lejos de vicios y que este supeditado a los
intereses del pueblo y de las mayorías.
Por otro lado, este último aspecto resalta lo referente a los principios y valores que
debe reunir la república y todo hombre (género) que en ella habite y que además
el estado debe garantizar a la ciudadanía. Esto último, contextualizado a la época
que vivimos en los actuales momentos tiene mayor vigencia debido a la necesidad
de impulsar cada día más la democracia bajo la perspectiva de ser participativa y
protagónica dentro del marco del nuevo modelo de desarrollo del siglo XXI.
De allí surgen los pensamientos del general del pueblo Ezequiel Zamora al querer
garantizar a través de su lucha “tierras y hombres Libres” y la lucha inalcanzable
de nuestro inolvidable padre “mi opinión es legisladores que la igualdad debe ser
establecida y practicada” (Discurso Congreso de Angostura 15 /Febrero / 1819).
Finalmente se concluye que el estudio del Árbol de las Tres Raíces es
fundamental para una mayor compresión tanto del pasado como de la historia que
vivimos actualmente, ya que los pensadores que forman parte de este instrumento
filosófico dejaron un sin fin de legados en sus obras a las generaciones futuras,
entre esas la nuestra para contribuir al desarrollo de la originalidad de los pueblos,
de la libertad sin fronteras, de la justicia con probidad, del amor por la patria
grande y la humanidad, del desprendimiento de lo material, de colocar la figura
humana por encima de cualquier otro valor, sobre todo en lo material y/o
monetario. Aunque debe señalarse, que no se debe caer en el error de interpretar
frases, escritos, obras, entre otros, de los mencionados pensadores sin analizar el
contexto histórico y la ubicación específica en la cual lo dijeron o escribieron, ya
que se tergiversaría la información, ya que el tiempo y las circunstancias del
momento actual son totalmente diferentes y distintas.
1. Primera raíz: Simón Rodríguez
“El Curso natural de las cosas es un torrente que arrastra con lo que se encuentra y vuelca lo que
se le opone. Esta fuerza es la que hace las revoluciones. Los hombres que figuran en ellas son
instrumentos de la necesidad”.
Simón Rodríguez, Sociedades Americanas
Simón Rodríguez fue un gran pensador venezolano, latinoamericano y universal,
precursor y protagonista de las gestas de nuestros libertadores. Se caracterizó por
un sentido estricto de la honestidad y por la trascendencia revolucionaria de sus
ideas sociales, políticas y de educación. Además de ser maestro del Libertador, se
nutrió de las ideas libertarias de su época para desarrollar un pensamiento
original, centrado en la necesidad de hallar un camino propio para los pueblos
latinoamericanos.
El objetivo y aspiración de toda su actividad intelectual fue servir a la liberación de
los pueblos sometidos por el yugo del imperio español y a su integración en
hermandad. A través de sus métodos para una educación liberadora, propugnó la
emergencia del nuevo hombre americano y la creación de Repúblicas de hombres
y mujeres libres.
Simón Rodríguez utilizó a menudo el seudónimo de Samuel Robinson, por lo que
su sistema de pensamiento es conocido como robinsoniano. Debido a su
originalidad, puede considerarse como fundador de la historia de la filosofía
política libertadora venezolana. De él, Simón Bolívar llegó a decir que era “el
hombre más extraordinario del mundo”. En una carta al Libertador Santander,
afirmó:
“Fue mi maestro, mi compañero de viajes, y es un genio... Cuando yo lo conocí
valía infinito”.
Educación popular para todos y todas
“Los Pueblos de hoy quieren mejorar su suerte, porque es mala, pueden mejorarla, porque nada se
opone, y dicen [con mucha razón] que a la instrucción todos tienen derecho - y que el fin de la
sociedad es oponerse al abuso de la fuerza física”
Simón Rodríguez
El pensamiento innovador y la acción ejemplarizante de Simón Rodríguez brilló
especialmente en el campo de la educación. Para él, la finalidad de la educación
no era formar aristócratas, sino hacer de todos los habitantes verdaderos
ciudadanos al servicio de la República. Las herramientas para lograrlo son una
educación liberadora, el trabajo dignificante y la participación activa en los
procesos de transformación política. Así, preparó el terreno para el concepto de
democracia participativa, al afirmar: “Hacer leyes para los pueblos no es tan difícil
como se cree. Hacer un pueblo legislador es obra muy laboriosa y ésta es la que
ha emprendido la América española”.
Criticó ácidamente las concepciones excluyentes que prevalecían en su época,
defendiendo la idea de que “sin educación popular no habrá verdadera sociedad”.
Afirmó entre otras cosas: “No puede negarse que es inhumanidad el privar a un
hombre de los conocimientos que necesita, para entenderse con sus semejantes,
puesto que, sin ellos, su existencia es precaria...”. Consecuente con esta máxima,
dedicó gran parte de sus esfuerzos a la profesión docente y al desarrollo de
propuestas innovadoras para una educación integral e inclusiva.
En tiempos en que el acceso a las escuelas formales era un privilegio de la
oligarquía, defendió la necesidad de brindar educación a todos los hombres y
mujeres de Venezuela, independientemente de su posición económica u origen
étnico.
Tras alcanzar la independencia de Perú, Bolívar lo nombró director general de
educación de Lima. Rodríguez imprimió una dirección libertaria a su gestión,
fundando múltiples escuelas en pueblos y ciudades, donde compartían la
enseñanza niños indios, cholos, blancos y negros. Esta posición quedó
testimoniada en el lema: “Escuela para todos, porque todos son ciudadanos”.
La utopía americana
“No es sueño ni delirio, sino filosofía... ni el lugar donde esto se haga será imaginario: su utopía
será en realidad la América”.
Simón Rodríguez
El pensamiento político de Simón Rodríguez se caracteriza por la defensa de un
proyecto de futuro para las naciones americanas y la integración entre las nuevas
repúblicas. Planteó la necesidad imperiosa de buscar caminos propios para la
emancipación de nuestras sociedades, creando modelos políticos apropiados que
no se basaran en los modelos impuestos por los colonizadores.
Sin embargo, no proponía partir de cero, sino tomar en cuenta lo bueno de otras
latitudes a la hora de enriquecer un modelo original para estas tierras. En su libro
Sociedades americanas (1842), Simón Rodríguez dejó sentada la necesidad de
los pueblos latinoamericanos: “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América
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