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Enviado por   •  24 de Marzo de 2014  •  5.740 Palabras (23 Páginas)  •  471 Visitas

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ANALISIS MACROECONÓMICO DE LA ECONOMÍA CHILENA

Introducción

Mucho se dice acerca de las ventajas y desventajas de los tipos de cambio existentes en muestro mercado y por lo mismo podemos encontrar voces a favor y en contra de de cada una de las opciones mencionadas.

Sin embargo, muy pocas veces podemos analizar el tema para poder llegar a fondo en las verdaderas incidencias que conlleva a un país utilizar un tipo u otro de cambio, pues la verdad no nos informamos a fondo acerca del tema y por lo mismo sólo lo vemos aplicado al hecho de favorecer o no las exportaciones, importaciones y, a lo más, de la efectividad en las políticas económicas que tanto el Banco Central como el gobierno intentan implementar en la nación.

Pues bien, en este análisis nos enfocaremos más a fondo en el tema, para poder entender y aclarar algunos conceptos que no los relacionábamos con el tema, como son la tasa de inflación, el desempleo, el equilibrio en la cuenta corriente y otras variables que no pensamos que nos iban a afectar.

Este análisis está enfocado directamente al caso Chileno, sobre todo a visualizar los efectos que ha tenido la implementación de ambos sistemas cambiarios en el país, sus ventajas o desventajas como las consecuencias que trajeron consigo en la economía al llevarlas a la práctica en conjunto con otras políticas, como son, la Política Fiscal y la Política Monetaria, las cuales obviamente influyen en todos nosotros de manera interna, pero también de manera externa, sobre todo ahora que estamos frente a un mundo globalizado ,también en ámbito económico.

Reseña

Comenzaremos dando a conocer los hechos más importantes que ha vivido nuestra economía en las últimas décadas. Es así como es imposible no señalar lo ocurrido durante el año 1982, pues esta crisis, posiblemente ha sido el shock más importante que ha sufrido la economía Chilena desde la depresión de los años 1930. Pues, aunque se habían realizado importantes cambios estructurales, los que incluían la apertura comercial y parcialmente la financiera, fue esta crisis la que cambió definitivamente la óptica de las autoridades, y en general la de todos los agentes económicos respecto del manejo de las políticas económicas.

Entre las causas externas de la crisis de 1982 se puede destacar la recesión internacional que contrajo de manera apreciable (20%) los términos de intercambio para Chile, el aumento de las tasas de interés internacionales, y la crisis de confianza de la banca internacional tras la declaración de moratoria de México en octubre de 1982. Si bien estos elementos podrían gatillar una recesión en cualquier país en desarrollo, es necesario reconocer que parte sustancial de la crisis se debió a problemas internos de manejo de política económica. De hecho, Chile había entrado en recesión cerca de 6 meses antes del comienzo de la crisis; a principios de 1982 el ritmo de actividad económica se detuvo y la entrada de capitales, que había financiado niveles record de déficit de cuenta corriente, cesó completamente. La extraordinaria apreciación del TCR en el período de tipo de cambio fijo (1978-81) redujo fuertemente la rentabilidad de exportaciones y alimentó un prolongado boom de importaciones. El financiamiento externo de dichos déficit, mayoritariamente con préstamos al sector privado contraídos a tasas de interés flotantes y sin una adecuada evaluación del riesgo, elevó la deuda externa a cerca de US$20 billones en 1981 (50% del PGB). Otro elemento de importancia en este período pre-crisis es la mantención de una alta tasa de interés real; en 1981 la tasa anualizada de depósitos alcanzó a 28%. La crisis de balanza de pagos de 1982 implicó tanto el fin de la política de tipo de cambio fijo como de la opinión que una devaluación nominal resultaría ineficiente, como proponían quienes estaban a favor de este enfoque monetario, por cuanto ésta se traduciría en último término en una aceleración de la inflación. Entre 1982 y 1983 las autoridades impusieron una serie de medidas -incluyendo una devaluación nominal de más de 50%- a fin de aliviar la difícil situación externa del país, contenerlas importaciones, expandir las exportaciones y hacer frente al creciente costo de servir la cuantiosa deuda externa contraída durante el período 1978-1981. Además de la devaluación, se reintrodujo los controles cambiarios (cuota de divisas), y se permitió un aumento en el nivel y la dispersión de los aranceles, llevando la tarifa máxima a 35%. A pesar que el efecto de la crisis económica sobre los sectores productivos fue importante en términos del aumento en quiebras y desempleo, sin lugar a dudas fue el colapso financiero el elemento que dejó mayores secuelas en la economía. La quiebra generalizada de la banca -la cual se encontraba sobre endeudada y cargada con un portafolio de activos de dudosa recuperabilidad implicó un costoso rescate por parte del Banco Central. La combinación de compresión de consumo e ingresos, caída de la riqueza financiera de los ahorrantes, y aumento del desempleo desató una fuerte ola de protestas y demandas por protección y tratamiento preferencial. Si bien el gobierno debió ceder en parte frente a las presiones sociales, el modelo de economía de mercado no fue jamás cuestionado por las autoridades y las medidas de emergencia fueron, desde un principio, declaradas transitorias. Ello evitó el desmantelamiento de las reformas de los años setenta, manteniendo las bases para una posterior recuperación; no obstante, durante el período 1983-84 la conducción económica resultó errática en la medida que las autoridades carecían de una propuesta consistente de desarrollo económico. No fue sino hasta fines de 1985 que el gobierno presentó una estrategia basada en el desarrollo del sector exportador (en particular el sector no-cobre), a través de un tipo de cambio real alto y un conjunto de incentivos tributarios.

Análisis del Tema

El contar con un régimen cambiario adecuado es fundamental para la estabilidad económica y el crecimiento de una economía. Chile ha abandonado recientemente su política de bandas para adoptar un tipo de cambio libre, proceso que ya había comenzado tiempo antes, en forma gradual, con el ensanche de la banda cambiaria y la des-regulación de las operaciones en moneda extranjera.

Desde una perspectiva histórica podemos observar que las economías tanto desarrolladas como emergentes han ido paulatinamente modificando sus sistemas de tipo de cambio, proceso que se inicia con el abandono del sistema Bretton Woods de tipo de cambio fijo, durante los primeros años de la década del 70, en donde el valor de la moneda local estaba anclada al valor del dólar

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