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Biografia De Los Niños Heroes


Enviado por   •  3 de Marzo de 2013  •  4.088 Palabras (17 Páginas)  •  1.873 Visitas

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JUAN DE LA BARRERA

Su nombre completo era Manuel Juan Pablo José de la Barrera e Inzaurraga. Nació en la Ciudad de México el 26 de junio de 1828. Ingresó al Colegio Militar cuando aún no cumplía los 13 años, el 15 de febrero de 1841, y el 18 de diciembre del mismo año recibió el ascenso a subteniente de artillería. Esto le causó la baja del plantel escolar y alta en la primera brigada de artillería, a donde fue adscrito a la cuarta compañía. Para 1843 solicitó su ingreso al Colegio Militar para continuar sus estudios, con la intención de convertirse en ingeniero militar, lo cual fue concedido el 1° de diciembre de ese mismo año. Para el 30 de enero de 1845, su aprovechamiento y buenas calificaciones le merecieron el grado distintivo de subteniente alumno. El 11 de agosto de 1847 recibió su ascenso a teniente de ingenieros y dejó de pertenecer al Colegio Militar, destinado al batallón de zapadores. No pudo incorporarse porque esa corporación se disponía a combatir en la batalla de Padierna, en la que la unidad quedó destrozada. Por esta razón, aún sin pertenecer al Colegio Militar, continuó en Chapultepec a las órdenes directas del general Monterde, quien lo asignó a la construcción del “hornabeque” levantado al inicio de la calzada de Tacubaya, donde el 13 de septiembre enfrentó a los invasores.

Nadie lo vio morir y nadie relató su muerte, seguramente porque quienes estaban con él tampoco sobrevivieron, arrollados por la marea de invasores. Se sabe, eso sí, que el general Nicolás Bravo destacó al “hornabeque” a 160 soldados mexicanos y buena parte de ellos sucumbieron ante la embestida estadounidense; los partes de batalla estadounidenses consignan que allí se libró la más sangrienta acción militar de toda la batalla. Los poquísimos soldados mexicanos en sobrevivir corrieron hacia el norte, rumbo a la calzada de la Verónica, y se incorporaron con las tropas del batallón Matamoros de la guardia nacional de Morelia, perteneciente a la brigada del general Rangel, quienes se retiraron para defender las garitas de la ciudad.

Nuestros tres testigos –Molina, Noris y Cuéllar casi nada dicen sobre Juan de la Barrera, porque ellos combatieron en el castillo. Molina hace una pequeña referencia a él, más bien sobre la cercanía y trato frecuente de los cadetes con De la Barrera, quien apenas un mes antes era todavía alumno del colegio: “Habiendo concluido su carrera, prestaba ya sus servicios en el batallón de zapadores, son que por ello hubiera dejado de asistir diariamente al plantel ni de hacer vida íntima con todos nosotros.” Lo único que supo Molina fue que De la Barrera “murió dignamente en su puesto, desempeñando la comisión del servicio de fortificaciones”.

Juan de la Barrera tenía, al morir, 19 años con tres meses de edad.

Tomada del libro de José Manuel Villalpando, Niños Héroes, México, Editorial Planeta, Grandes Protagonistas de la Historia Mexicana, 2004, pp. 67-69.

http://13septiembre.bicentenario.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=44&Itemid=48

AGUSTÍN MELGAR

Su nombre completo era Agustín María José Francisco de Jesús de los Ángeles Melgar Sevilla. Nació probablemente el 28 de agosto de 1829, porque su fe de bautizo certifica que recibió el sacramento al día siguiente, día 29. Huérfano de padre, el 4 de noviembre de 1846 solicitó ser admitido al Colegio Militar “deseoso de pertenecer a la gloriosa carrera de las armas a la que mi padre sirvió y murió”. Acompañó a su solicitud el certificado del profesor de primeras letras quien hizo constar que Agustín sabía leer, escribir y las cuatro reglas de aritmética, así como el del médico, quien no encontró “en su naturaleza vicio corporal ni enfermedad aguda que lo inutilice para la carrera militar”. Como seguramente su madre se quedó en Chihuahua, en la Ciudad de México una hermana suya, de nombre Merced, se comprometió ante las autoridades del colegio a que Agustín se presentaría al plantel “con la decencia necesaria”. La solicitud fue aprobada y Agustín Melgar sentó plaza de alumno el 7 de noviembre de 1846.

Un hecho cierto –elevado a la novela y al cinematógrafo con el nombre de El cementerio de las águilas–, es que Agustín Melgar desertó del Colegio Militar el 4 de mayo de 1847 y causó “baja del plantel por haber faltado al acto de la Revista de Comisario y no haber justificado su ausencia”. La fantasía ha suplido la falta de información y se ha atribuido la deserción a la romántica exigencia de una novia o bien al extravío de una juvenil aventura que terminó mal. Se desconoce lo que haría Melgar entre los meses de mayo y principios de septiembre, pero el día 9 de ese mes, se presentó de nuevo en el Colegio, pidió ser admitido y se le recibió en calidad de “agregado”. Esta conducta, sin duda meritoria, ha sido calificada como la más pura expresión de amor a la patria.

En Chapultepec, el 13 de septiembre, Agustín Melgar fue uno de los cadetes que, siguiendo la inspiración de demostrar su valor y su honor, decidió quedarse en Chapultepec a las órdenes del sargento de alumnos Ignacio Molina. Es indudable la razón de su proceder: había desertado antes y no tenía otra posibilidad para reivindicarse que batirse denodadamente con el invasor. Peleando hombro con hombro con sus compañeros cadetes, Melgar resistió hasta el final y fue, quizá, él último en caer acribillado por las balas del invasor. También sería el último en morir días más tarde.

Sobre la actuación de Agustín Melgar en Chapultepec abundan los testimonios, aunque contradictorios. Por ejemplo, Teófilo Noris dice lo siguiente: “Agustín Melgar se negó a rendirse alegando que aún le quedaban tres cartuchos. Como el oficial no podía obligarlo, lo dejó en libertad para hacer lo que gustara; entonces Melgar se separó de las filas y se metió a un cuarto de la misma finca que servía de biblioteca; cuando los estadounidenses abrieron la puerta les hizo fuego y mató a uno; en seguida le dispararon varios tiros”. Luego, como Melgar, aunque mal herido todavía vivía, los estadounidenses lo condujeron al hospital, donde le amputaron una pierna. Según Noris, Melgar falleció durante la intervención quirúrgica.

Ignacio Molina cuenta que al final de la batalla quedaban ocho cadetes, de los cuales dos se “posecionaron de la sala central, que nos había servido como dormitorio; uno de ellos fue el simpático Agustín Melgar”. Más tarde, cuando los seis acompañantes de Molina se vieron forzados a rendirse por estar rodeados cerca de la escalera, “oímos disparos

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