Biografía Sigmund Freud

Sigmund Freud

Nació en Moravia, actual República Checa, el 6 de Mayo de 1856, a los 4 años se mudó a Viena, una vieja campesina le dijo a su estaba destinado a vivir un destino de “grandeza”. Era el único miembro de la familia que tenía su propia habitación que podía estudiar y leer, y como fruto, era un académico excelente, obteniendo las mejores notas en la escuela judía.

A los 12 años leía a Shakespeare, y hablaba 6 idiomas con bastante fluidez, guardaba una descripción detallada de sus sueños, se creía que era el futuro interpretador.

En 1873 ingresa a la escuela de medicina en la Universidad de Viena, investigó acerca de los órganos sexuales de las angilas, quería realmente ser un investigador científico, pero los judíos no tenían cupo en esta parte, así que estudió medicina.

En 1884 comenzó a investigar la nueva droga llamada “cocaína”, pensando que esta la llevaría a la gloria, precipitadamente comenzó a recomendar a pacientes esta droga, como tratamiento terapéutico, sin saber que tenía propiedades adictivas, siendo un usuario, incluso le envió a Martha, su futura esposa, durante el envío de cartas.

Un colega suyo descubrió que la cocaína servía como anestésico en cirugía oftanmológico, en la Hospital General de Viena era un especialista en enfermedades nerviosas, como por la histeria, Freud estudió con autoridades mundiales en trastornos nerviosos, entre ellos Charcot, quién utilizaba el método de la hipnosis.

El 5 de Abril de 1886, abrió su propia consulta, inició como hipnotizador, inspirado con Charcot, esperaba llegar a la segunda mente de sus pacientes para detener la histeria, pero no funcionó.

Utilizaba los remedios terapéuticos, como las aguas minerales, la hidroterapia, la electroterapia, incluso el magnetismo, ya que practicaba con pacientes a los que transfería síntomas de una parte del cuerpo a otra, al fracasar, Freud se metía mucho más para saber el porqué.

Fue cuando su colega, Josef Breuer le habló acerca del tratamiento del habla, que posteriormente sería la base de todo tratamiento terapéutico, con el caso de Anna O, cuyo nombre verdadero fue Bertha Pappenheim, quién poseía una formación intelectual alta, y se dedicaba a cuidar a su padre enfermo.

Durante este tiempo, Anna O fue desarrollando una tos fuerte sin explicación orgánica, tenía dificultades para hablar, incluso terminó con mutismo completo, luego decía expresiones en inglés y francés en vez de su lengua natal (alemán).

A la muerte de su padre, rechazaba comida, perdió sensibilidad en manos y pies, parálisis parciales y espasmos involuntarios, alucinaciones visuales, todo esto sin una causa física clara.

Presentaba fantasías, cambios dramáticos de humor e intentos de suicidio. El diagnóstico de Breuer fue: “histeria”, lo que significaba que tenía síntomas en el cuerpo de origen psíquico. Durante las noches, Anna se sumía en estados de hipnosis espontáneas, en los cuáles Breuer se dio cuenta que en ese estado, Anna O, podía hablar de sus fantasías y otras experiencias y posteriormente se sentía mejor.

Freud con ésta experiencia, pensó

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