ENSAYO COMPLETO PAPU

La teoría Gaia, concebida por el químico ingles James Lovelock al final de la década de los sesentas, propone que nuestro planeta se comporta como un organismo viviente. Desde su incepción, la teoría ha impulsado el mquehacer científico y encendido el fuego de la imaginación de incontables mentes.  Estudiando la composición atmosférica de la Tierra y de planetas vecinos mientras trabajaba para la NASA, Lovelock observó que las atmósferas de Venus y Marte se encontraban en equilibrio químico, mientras que la de nuestro planeta parecía encontrarse en un alto estado de desequilibrio.    La homeostasis es la autorregulación de los parámetros físico-químicos de un organismo por él mismo. La hipótesis Gaia de Lovelock y Margulis considera a la Tierra como un organismo de tamaño planetario que tiene sus propios mecanismos de autorregulación. Hay bastante datos que apoyan la hipótesis, pero otros no de ajustan tanto. Por ello, a día de hoy Gaia es una hipótesis, no una teoría.

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Hipótesis Gaia La Tierra es un complejo sistema, en el que tienen lugar un conjunto de interacciones entre los elementos que la componen, relaciones internas y externas, llevadas a cabo con el medio, formando parte por tanto de un sistema abierto más complejo aún en donde tiene lugar la entrada y salida( principalmente de energía) con el entorno. Como en todo sistema, existe una jerarquía entre sus componentes y este caso no es la excepción, tomando como ejemplo la composición de la atmósfera, tienen mayor relevancia y usado como criterio para agrupar u organizar los compuestos, más bien las funciones que desempeñan que la cantidad en que se encuentren contenidos los elementos.  La Tierra nuestro sustento y base para sobrevivir y de la cual obtenemos todos los recursos indispensables para desarrollarnos, esta siendo afectada por una serie de agentes naturales y culturales que han ido modificando su estructura. Hoy se habla de un cambio climático que afecta a nuestro planeta, sin embargo es importante saber que toda problemática ambiental debe visualizarse y analizarse en su totalidad, con una visión integral y no fragmentada en partes como lo haría un enfoque reduccionista. La importancia de un estudio así reside en la implicancia de un elemento notablemente a corto o largo plazo en otros, debido a la dinámica y lo sistemático del ciclo planetario. Cuando se estudia una o alguna de las partes de un fenómeno en forma aislada nunca podrá llegarse a explicar el todo, ya que al ser un sistema sinérgico deben estudiarse también las interacciones entre dichas partes. Y esto debido, por otro lado a que la delimitación de un sistema es muy ambigua, es decir, no existe una frontera tangible o explicita que señale hasta donde abarca o incide  un sistema en otro. Además como la Tierra forma parte de un sistema vivo (Gaia) y a la vez abierto, esta está continuamente importando, transformando y exportando energía, un proceso continuo (ciclo de actividad), por tanto dentro de él, el problema puntual de la contaminación incide no solo en los residuos (salida), sino también en lo que entra del entorno, porque al final todo el ambiente esta degradándose en forma homogénea. Ahora toda esta problemática ambiental, después de haber leído la Hipótesis Gaia y otros textos, me dan a entender que dichos inconvenientes ocurren en Gaia a nivel solo superficial y derivado de la inadecuada conducta de cada uno de nosotros, es decir, estos no son cambios de forma significativa o no repercuten notablemente, puesto que Gaia posee la capacidad de autorregularse y como todo sistema mantenerse en equilibrio, “la biosfera es una entidad autorregulada con capacidad para mantener la salud de nuestro planeta mediante el control, el entorno químico y el físico”.  La vida es capaz de reducir su entropía interna, tal cual un ser humano para mantenerse vivo y evitar la máxima entropía debe alimentarse, beber, descansar, así el planeta necesita de radiación solar, oxígeno y otros elementos indispensables, vitales para mantenerse estable y sobrevivir al desorden que conlleva la entropía y más específicamente la segunda Ley de la Termodinámica, respecto a la creciente entropía interna, ya que  mientras más complejo es el sistema, más energía se requiere para la entropía. Esta disminución de la entropía en un sistema es común a todas las formas de vida, que no quieren llegar a la destrucción, a la muerte. De esta manera Gaia tiende a permanecer en equilibrio, dinámicamente a través de la Homeostasis y de otros mecanismos de control. Para ello la Tierra cuenta con la cibernética, un sistema autoajustado por retroalimentación que le permite ser capaz de mantener sus características esenciales a pesar de la continua intervención del Hombre, pudiendo conservar las condiciones óptimas para la vida. Todo mediante el control a través de la homeostasis, el feed-back (retroalimentación negativa) y el feed –before (sistema anticipatorio). Como así también la plasticidad, la capacidad de adaptarse a situaciones antes no vistas y los avisos de los posibles desvíos del objetivo; esta es una de las principales tareas de Gaia. Todos estos mecanismos en su conjunto permiten que Gaia, sea un sistema sostenible en el tiempo y espacio, ya que puede mantener su composición y organización interna, independiente del medio externo y a pesar de que mantenga un intercambio con este.  Tal cual por ejemplo se mantiene la temperatura del cuerpo a pesar de estar en la Antártica o en el Desierto, es decir, a pesar de las diferencias del medio externo, comparativamente la temperatura de la Tierra si bien ha crecido a sido muy poco en todo este lapso de tiempo o el clima también que no ha sido nunca desfavorable para el desarrollo de la vida. Mecanismos tan complejos y tan simples como el oscurecimiento que realizo la Tierra en un determinado período para mantener su temperatura, asegurando así las condiciones ambientales adecuadas, son las características esenciales de Gaia.  Por otro lado Gaia recibe el adecuado aporte de uno de los componentes del planeta que ayuda de cierta manera a dar vida; la atmósfera, la cual se dedica a una minuciosa función; la de ser junto a otros fluidos una cinta transportadora de materias primas y productos de desecho, lo cual va renovando y limpiando el aire de productos dañinos para la salud, ya que tiene como papel ir conservando las características para dar existencia a los seres vivos. Esta conserva gases con funciones esenciales para la cibernética de Gaia, elementos imprescindibles para la vida que se encuentran suspendidos desde los orígenes de la existencia planetaria, sin excepción de ciertas modificaciones.   Cada uno de sus gases componentes cumple para Gaia una función indispensable en cuanto a conservar  la regulación se trate. Todo insertos en un complejo sistema interactúan para lograr el propósito clave de la vivencia de dicho sistema; permitir la existencia de la vida en forma sustentable, atacando o disminuyendo a los componentes agresivos para la mantención equilibrada. Como por ejemplo, el Amoníaco que controla el nivel de pH o el Óxido Nitroso que regula el Oxígeno y el Ozono. Ya que para asegurar la vida es necesario la estabilidad adecuada del aire que se consume como parte de la energía de entrada a nuestro sistema humano y planetario.  Sin duda Gaia ha ido modificándose, pero como ya mencione no considerablemente, aunque tampoco podemos negar que hoy se están dando fenómenos (algunos insisten en señalar que naturales) que antes nuestros abuelos, por ejemplo, jamás imaginaron ver. El derretimiento de los glaciales,  las alzas en los últimos años de la temperaturas llegando incluso a los 50º C, dan cuenta de ello.  No podemos hacer oídos sordos a una naturaleza que nos ha sustentado y que hoy nos reclama vida. Si ya no lo podemos hacer por nosotros, eso no quiere decir que no tenemos en nuestras manos hacerlo por las futuras generaciones que merecen vivir en un ambiente tan saludable como el que alguna vez respiramos.   Hay que pensar a largo plazo porque quizás hoy no nos veamos tan afectados pero ¿quién sabe como va a repercutir esto en unos cuantos años más? .En el texto se señalaba que “la contaminación (…) es una consecuencia inevitable del desenvolvimiento de la vida.” Y afirmada también por la termodinámica al plantear que al adquirir un cierto nivel de organización un sistema necesariamente deben excretar desechos al exterior. Ciertamente, pero no debemos basarnos y dejarnos descansar sobre la hipótesis de que la Tierra será capaz de solucionar con capacidades autónomas toda la contaminación que día a día vamos generando inescrupulosamente, eso sería desligarnos de nuestra propia responsabilidad.  Lo que debemos de hacer como humanidad conciente es adoptar responsabilidad y compromiso que nosotros como parte de Gaia tenemos con nuestro ambiente, aquel que nos da los recursos fundamentales para vivir, establecer un compromiso Tierra-Hombre, ya que ambos son interdependientes, no podemos quedar de manos cruzadas esperando que Gaia con su capacidad autorreguladora vaya tras de nosotros solucionando los errores que dejamos en el camino. Una concientización por la naturaleza y autoanalizarnos en cuanto a nuestro comportamiento, ya que somos parte de este sistema, no formamos un organismo invasor o aislado como muchas veces se ha señalado. Nos creemos superiores cuando en realidad la naturaleza es la que nos puede dominar. Podemos ser considerados una especie capaz de modificar su entorno, pero también debemos admitir que no somos superiores a ella y por tanto sin el ecosistema no sobreviviríamos, pues de ella adquirimos todos los elementos que nos permiten mantenernos equilibrados frente al desorden al inevitable estado de destrucción

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