Edward Deming

El Principio de Instituir el Liderazgo

Instituir el liderazgo

Generar un liderazgo eficaz, especialmente el autoliderazgo, es un requisito principal en la cultura de la calidad. Se torna más importante cuando en una organización se establecen grupos de trabajo, aparentemente independientes de la alta dirección, para trabajar en problemas de calidad.

Apuntar al liderazgo

El objetivo de la gerencia debería de ser el de mejorar el rendimiento de las personas, maquinas y dispositivos, mejorar la calidad, aumentar la producción, y simultáneamente brindarles un sentido de orgullo a la fuerza laboral por el trabajo que realizan. La supervisión de la gerencia se ve en la necesidad de ser revisada, al igual que la supervisión de los trabajadores de producción. El objetivo del liderazgo no es solamente encontrar y registrar errores de la fuerza laboral, sino eliminar las causas del error: ayudar a las personas a realizar un mejor trabajo con menos esfuerzo.

Específicamente, un líder debe aprender cuando tiene datos importantes a la mano mediante cálculos, o sino mediante el juicio, para determinar cuál de sus trabajadores se encuentra fuera del sistema, ya sea de manera positiva o negativa, y por lo tanto necesitan ayuda individual en caso de ser negativa o se merecen algún tipo de reconocimiento en caso de ser positiva.

El líder también tiene la responsabilidad de mejorar el sistema, de hacerlo posible de una manera continua, de que todos realicen un mejor trabajo con una mayor satisfacción.

Una tercera responsabilidad es la de obtener una mayor consistencia sobre el rendimiento dentro del sistema, para disminuir continuamente diferencias aparentes entre las personas.

El Principio de Desterrar el Temor

Erradicar el miedo, para que todos trabajen efectivamente para la empresa

La cultura de la culpa debe dar vía libre a la cultura de resolución de problemas. Esto significa que las sugerencias de mejora deben ser tomadas positivamente y que debe evitarse la respuesta de la dirección, escasa de apoyo. Las burocracias establecidas parecen ser los peores ofensores, que discriminan contra “libres pensadores” y otras personas, a quienes les gustaría hacer algo positivo sobre su situación en el trabajo, pero se encuentran con trabas y el propio miedo de la dirección a las consecuencias.

En ambientes donde prevalece el miedo a equivocarse debido a los malos tratos y reprimendas que conllevan los errores, las personas tienden a ocultarlos o a dejarlos pasar haciendo que las consecuencias sean mucho más graves para la empresa en general, y hasta para los mismos clientes. Erradicar el miedo, significa generar ambientes de confianza en donde la gente pueda compartir todo aquello que le está afectando

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