El Amor Como Forma De Vida

Establecimientos de hospedaje en México

En México surgen los primeros establecimientos de hospedaje aproximadamente en el año 1500, cuando los aztecas, construyeron los coacallis, edificaciones de un solo piso localizadas cerca de los mercados o a la entrada de las poblaciones, con acceso directo desde la calle. Tenían un patio central con un altar dedicado a Yacatecutli, "Señor que guía", y a su alrededor se distribuían las habitaciones para los viajeros y las crujías destinadas a guardar sus mercancías y pertenencias, dichas construcciones contaban con baños, disponiendo a las clases superiores los temascallis o baños de vapor y al pueblo únicamente los baños de agua fría. Los coacallis eran propiedad del Estado, por lo tanto, eran gratuitos en lo que corresponde al alojamiento y la alimentación corría a cargo del viajero. La administración de estos lugares estaba a cargo de estudiantes egresados de los tepochcalli o escuelas especiales donde se les enseñaba a administrarlos. (De la Torre, 2007).

Con la llegada de los españoles, México recibió una fuerte influencia europea y con el paso del tiempo empezaron a implementarse los mesones y las ventas (establecimientos que brindaban hospitalidad en aquella época en Europa), que fueron utilizados por los mercaderes, muleros y carreteros. En el caso de los nobles, altos dignatarios, civiles o eclesiásticos, solían alojarse en casas particulares con familiares y amigos o en los conventos.

Es en el año de 1525, en donde se tiene registro del surgimiento de los primeros

mesones, entre los que sobresalen el mesón de Francisco de Aguilar, instalado en la ciudad de México y que tras abrir un segundo establecimiento, sentó las bases de lo que posteriormente serían las cadenas hoteleras en México. Y la venta de Doña María, propiedad perteneciente a doña Marina Gutiérrez Flores.

En el año de 1818, se estableció el "Hotel de la Gran Sociedad" en las calles del Refugio y del Espíritu Santo, en lo que antes había sido la Posada del Espíritu Santo, sus dueños Francisco Solares y Francisco Coquelet decidieron construirle un segundo piso, diversificar los servicios que se proporcionaban e implementar cuartos privados, por lo que decidieron llamarlo hotel. Aunque no prestaba un servicio de alta calidad, se ganaron el título de primer hotel de América. A partir de ahí, siguieron otros establecimientos como el Hotel de la Bella Unión y el Hotel Iturbide cuyo propietario fue el Sr. Francisco de Iturbide, quien inició formalmente la primera cadena hotelera en México.

A partir de 1921 resurgió la industria hotelera en México con 400 cuartos de calidad turística en todo el territorio nacional. En 1922, Lucas de Palacio creó la "Asociación de Administradores y Propietarios de Hoteles", que más tarde se convertiría después en la "Asociación

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