El Arte Barroco

Durante el siglo XVII en Europa se vivió una serie de cambios en diferentes ámbitos, desde lo político-social, desde lo económico, desde lo religioso y también desde lo artístico. Uno de los factores que llevaron al viejo continente a evidenciar estas guerras y conflictos religiosos es la reforma protestante, que tuvo un rol determinante en la conformación de este continente. Es aquí donde la Iglesia Católica jugó un arma relevante que se vincula principalmente con las temáticas que abarca el Arte Barroco, con esto mencionamos la Contrarreforma Católica, inspirados en los principios disciplinarios y dogmáticos, con el fin de erradicar cualquier tipo de herejía existente. Un ejemplo de esto, son las indulgencias que debían entregar los fieles al credo católico, materializándolo en dinero, el cual era una forma en que aquellos creyentes podrían pagar de alguna forma sus pecados cometidos, estos son algunos de los factores que en específico a Martin Lutero lo impulsa a realizar este levantamiento respecto a la Iglesia Católica.

Desde un punto de vista político, Europa atraviesa un periodo durísimo con respecto a conflictos armados, guerras devastadoras, generadas por tensiones de índole gubernamental, dividido entre monarquías absolutas y la nueva potencia económica de la burguesía. La religión fue otro de los elementos característicos de este periodo, pues las reformas institucionales internas de cada monarquía, en conjunto a el sentimiento emancipador en algunos puntos del continente marcan un nuevo accionar con respecto a un poder expansionista que se encontraba en un momento de búsqueda. Este era el panorama en el viejo continente, desde un punto de vista artístico todos estos elementos se ven reflejados en sus pinturas, murales, arquitectura, entre otros.

El Arte Barroco, en términos generales posee dos tipos de características, de índole temático y estético, elementos que lo distinguen de otras corrientes y al mismo tiempo unifican con otros, es decir, durante este periodo histórico los referentes artísticos varían, pues las fechas de instalación de periodos y corrientes artísticas se genera de una manera paralela, ya que también la posición geográfica determina algunas de las corrientes de la época, como conocemos a la Escuela Flamenca, el Renacimiento y la Época de Oro Holandesa.

Es por esto que quedan en la historia del arte figuras como Peter Paul Rubens, quien, al pertenecer a una misma corriente caracterizada por diferentes posiciones geográficas, ya que no solo nació en la actual Alemania sino también vivió en Amberes, lo que lo determina como uno de los principales artistas de Flandes, pues en torno a Rubens fue que giraba de alguna manera las creaciones y manifestaciones artísticas. En términos familiares, Rubens tuvo una infancia marcada y determinada por el accionar de sus padres, pues en el año 1568, su padre Jan Rubens es exiliado a Colonia producto de pertenecer a la Iglesia Protestante. Este hombre tenía aspecto muy resaltados en términos de laborales, fue consejero jurídico de un personaje de importancia, llamada Ana de Sajonia, esposa de Guillermo de Orange, se le vinculó amorosamente con esta mujer lo que generó que este hombre fuera preso y posterior a su encarcelamiento, llega su muerte lo que le permite a la madre de Peter Paul regresar a la ciudad de Amberes, donde nace esta joven promesa del Arte, todos estos factores se ven involucrados pues determinan el lugar de nacimiento y posterior formación de este artista.

(Imagen 1)

El Barroco se caracteriza en la historia del Arte por ser un estilo que incita a la culpa y el miedo, mediante obras que poseían una expresividad trágica y que evidencian un exuberante morbo en las escenas que se representaban en los cuadros. Una de las forman en que la Iglesia buscaba no perder fieles consistía en la acción amarrar socialmente con esta corriente artística, quedándose en esta por miedo a que alguno de los acontecimientos exhibidos en las obras fuera a sucederle a ellos mismos. En el caso de Rubens, ocupa una técnica de luminiscencia al difuminar en sus cuadros, que le dan una particularidad al momento de confeccionarlos, dando toques ambiguos entre lo divino y lo lúgubre. Para ejemplificar el concepto, si se mira el cielo de la obra, se puede identificar claramente una dualidad entre lo radiante y lo siniestro, porque hay oscuridad en la parte izquierda del firmamento, la cual se va difuminando hacia la luz. Esta obra retrata la imagen de un asalto de dos hombres montando caballos hacia dos mujeres que aparentemente trataban de escapar de ellos. Los puntos focales de esta pintura delatan a una mujer que corporalmente está posicionada entre una triangulización de miradas entre los dos hombres y la mujer situada más abajo, los cuales miran fijamente a la fémina, como una suerte de dominancia mezclada con acoso. El mensaje que proporciona tal situación alude a la misoginia, un tema muy contingente en la humanidad a lo largo de la historia, junto con hablar de la opresión del patriarcado hacia el sexo femenino, representando a nivel de elaboración del autor, una dominancia del hombre, sometiendo agresivamente a la mujer.

La mujer que está situada en la parte central de la pintura representa la esperanza, ya que esta no mira a ninguno de los personajes anteriormente mencionados, sino que mira hacia el cielo, justamente la parte más radiante de este, y con una de sus manos hace un ademán estirándola, como si tratara de alcanzarlo, aludiendo a un acto visual que inspira prosperidad, o más bien dicho, esperanza. Dentro de toda esta situación brutal, está ubicado por detrás del lomo de uno de los caballos, en el hemisferio izquierdo de la obra, una suerte de querubín, aludiendo a Eros, dios griego de la sensualidad y el erotismo, dándole una connotación sexualizada al acontecimiento, podría indagarse que dicho acontecimiento pudo haber sido ocasionado por una excitación por parte de los hombres presentes en el cuadro.

Por otro lado, también podría deducirse, al basarse en la expresividad facial del angelito presente, que está posicionado en la pintura para bajar la gravedad de la situación central que tiene el cuadro, ya que su rostro delata una serenidad, junto con hacer caso omiso a lo que está aconteciendo. En cuanto a corporalidad de los personajes vistos, se destaca una perfección idealizada sexualmente de ambos géneros a nivel físico, mostrando a la mujer como acinturada y delicada contra musculosos y recios hombres, generando una tensión física entre ambos sexos, se explicita un forcejeo y la clara imagen viva de dos fuerzas que se oponen y que acaba dominando la más fuerte. Es una anécdota con harto movimiento, es cosa de ver las posturas, que carecen totalmente de neutralidad,

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