Funcionario

Durante años los ciudadanos y las ciudadanas de este país estuvimos en manos de policías que no tenían la formación adecuada para actuar como tal. Específicamente en el caso de la Policía Metropolitana, estamos hablando de un cuerpo policial que surgió en 1969 por medio de un decreto presidencial y que graduaba funcionarios sin pasar por un proceso formativo. Tal parece que el objetivo en esos momentos era "mientras más policías mejor", sin importar la calidad.

Al carecer de formación policial y presentar graves falencias en cuanto al tema de derechos humanos, y tantos otros aspectos propios de la labor policial, quedábamos en presencia de instituciones policiales represivas que veían a las personas como enemigos a los que había que atacar, y no como ciudadanos y ciudadanas a los que debían proteger.

No fue necesario que pasara mucho tiempo antes de que se empezaran a notar las fallas de ese modelo policial reflejado en la PM y proyectado a todas las policías del país. Las denuncias por abusos policiales y malos procedimientos realizados, fueron aumentando. Por ejemplo, la ONG Red de Apoyo por la Justicia y la Paz realizó un informe caracterizando prácticas violatorias de derechos humanos cometidas por la Policía Metropolitana entre los periodos de 2000 a 2007, basándose en los casos recibidos por esta organización. Los resultados plasmados en ese informe evidencian que el segundo cuerpo policial más violatorio de derechos humanos a nivel nacional era este modelo de policía (en primer lugar se encontraba el Cicpc). De los 467 casos atendidos por la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz entre 2000 y 2007 en todo el territorio nacional, el 17% era responsabilidad de este cuerpo. De esas violaciones de derechos humanos, los dos derechos más vulnerados eran el derecho a la vida y el derecho a la integridad personal; casi la totalidad de las víctimas eran hombres entre 18 y 38 años de edad y mayoritariamente procedentes de sectores populares, con lo cual nuevamente destacamos cómo era criminalizada la pobreza en el viejo modelo policial.

No se puede esconder la realidad solo porque sea dura y a mucha gente le disguste. La realidad venezolana es que por muchos años vivimos en opresión por cuerpos policiales que trabajaban de espaldas a la gente y que respondía a los intereses represivos de las castas económicas y políticas de turno. Actualmente tenemos una nueva opción, un nuevo modelo policial construido con y por la gente, con una visión humanista y comunitaria, y es a ese modelo al que debemos apostar para solicitar al Estado que sea finalmente aplicado en todo el territorio nacional y se extinga por fin la huella perversa de ese modelo policial del pasado.

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