Herederos de una herencia. San Vicente de Paul
Acolitos ParroquialApuntes31 de Marzo de 2017
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Herederos de una herencia.
Comprender la herencia de San Vicente de Paul es entender que en nuestras manos tenemos la responsabilidad de dar espacio a la evangelización de tantos y tantas que no conocen el amor de Dios Padre, y que debemos ser testimonio de vida y de servicio de sus enseñanzas.
El espíritu de San Vicente, estuvo abocado en la evangelización y el servicio de los más pobres, quienes desde su vida sembraron en él los valores humanos más profundos. Su búsqueda incansable por la justicia, la igualdad y la equidad de los derechos humanos trastocados por una sociedad individualista, fueron los objetivos trazados en su labor.
Para dar paso a esta comprensión es necesario identificar qué es lo que realmente nos compete como vicentinos en la actualidad, comprender cuales deben ser nuestras prioridades, mirarnos y mirar a nuestro alrededor para encontrar las necesidades más urgentes.
Con el fin de manifestar este espíritu, es de vital importancia conocer, entender e interiorizar los valores heredados, la responsabilidad, el respeto, la humildad, la sencillez, la caridad y la renovación. Estos valores son los que nos ayudaran a comprender cómo es el Cristo Vicentino y cómo hacerlo presente en nuestra comunidad.
Un Cristo que se refleja en el rostro del que más lo necesita y no tan solo en el ámbito material sino en el área de lo afectivo, de lo espiritual y de lo cognitivo. Debemos ser capaces de atender con amor, con cariño, tal como lo haría Cristo mismo en mi lugar, con el fin de dar las bases para la autonomía.
“Las obras de Dios tienen su momento, es entonces cuando su providencia se lleva a cabo y no antes ni después…Aguardemos con paciencia y actuemos por así decir, apresurémonos lentamente”
San Vicente de Paúl.
San Vicente siempre buscó la promoción de los pobres, es decir, debemos comprender que nuestra labor es entregar lo mejor de cada uno, con el fin de que nuestros atendidos sean capaces de realizar su vida por si solos, fomentando el desarrollo personal, sin pisotear al otro, sin buscar el afán de protagonismo ya que vivimos en sociedad y fuimos creados bajo el amor de Dios quién desea que nos amemos los unos a los otros, por lo tanto espera que podamos vivir en comunidad.
Vivir este espíritu, esta herencia manifestada a través de un carisma espiritual, dentro y fuera de una comunidad es ser testimonio de que la misión de Vicente fue realmente significativa y que se cumple su deseo más profundo de amor por Cristo y por los pobres, sus amos y señores a pesar de los años.
San Vicente sin duda y tal como se describe fue “El Santo de la Caridad” ya que fue capaz de organizar, planificar y ejecutar un plan de acción para que los más desvalidos vivieran una vida digna y armoniosa.
De esta manera logro dar fundamento a sus palabras a través de la coherencia de su acción.
“¿Quién es el que más merece? ¿El que ama a Dios pero descuida al prójimo o el que descuida a Dios por amor al prójimo? ¿Cuál de esos dos amores creéis que es el más puro y desinteresado?”
San Vicente de Paúl.
Desde este punto es entonces donde la reflexión es lo más importante; Analizando de qué manera San Vicente de Paúl se hacer presente en mi comunidad y de qué manera puedo difundir la buena nueva de Jesucristo.
A lo mejor la respuesta a ello es más simple de lo que pensamos y es el mismo Vicente quien nos la entrega, pues “El amor es inventivo hasta el infinito”, con amor y por amor el mundo puede dar un giro trascendental, y tras un deseo de amor esparcir la buena noticia de la resurrección, de compartir la alegría de un Cristo vivo, un Cristo feliz.
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