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Historia Del Castellano

Juanlovatic15 de Mayo de 2013

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

U.E.N. “Alberto Isaac Padra”

4° año. Sección “B”

El Sombrero, edo. Guárico

Profesora: Alumno:

Nairobis Campos Juan Ascanio

Alfredo Huesca

Diciembre-2012

ÍNDICE

N° Página

Portada…………………………………………………………………………… 1

Índice……………………………………………………………………………… 2

Introducción……………………………………………………………………… 3

Juan Ruíz Arcipreste……………………………………………………………..4

Giovanni Boccaccio……………………………………………………………4-7

Garcilaso Dela Vega………………………………………………………….7-10

Fray Luis De León…………………………………………………………..11-13

Santa Teresa De Jesús…………………………………………………….13-15

San Juan De la Cruz………………………………………………………..15,16

Francisco De Quevedo……………………………………………………..16,17

Baltasar Gracián…………………………………………………………….17-20

Lope Dela Vega…………………………………………………………………20

Conclusión……………………………………………………………………… 21

Bibliografía…………………………………………………………………….. .22

INTRODUCCIÓN

El nacimiento de la literatura latina suele colocarse en el 240 a.C. En los juegos romanos de ese año, los magistrados encargaron a Livio Adónico (primer autor de la literatura latina que tradujo la Odisea de Homero al latín en verso saturnino) que tradujera o adaptara una comedia y una tragedia griegas para ofrecerlas al pueblo como un espectáculo más de dichos juegos. Nace, pues, la literatura romana con obras del género dramático y que no son otra cosa que traducciones o adaptaciones de obras griegas.

Las primeras obras literarias de que tenemos noticia son de Nevio con La guerra púnica escrita en versos saturninos y que está muy relacionado con la época de exaltación nacionalista que se vivía en Roma en ese siglo.

En la aparición de la poesía épica latina, fue decisivo el descubrimiento de la literatura y de la mitología griega por parte de los romanos. Tras un periodo de nueva traducción e imitación en el siglo II a.C., se puede hablar de una asimilación de las características del género épico griego por parte de los poetas romanos que abandonaron el verso tradicional latino (verso saturnino) y adaptaron el hexámetro dactílico, propio de la épica griega desde Homero. El primero poeta romano que utilizó este ritmo, fue Ennio en su poema épico histórico Annales.

De las dos tendencias posibles en el género épico, el poema de asunto mitológico y la epopeya nacional (concebida como la exaltación de la historia), los romanos se inclinaron por la epopeya. Sólo Virgilio consiguió armonizar los dos modelos.

En el desarrollo de la siguiente rigurosa investigación analizaremos otros de los muchos poetas, los cuales, han quedado grabado en la historia.  

Juan Ruíz Arcipreste (1283-1350)

Pocos datos se conocen del escritor del Libro del “Buen amor", y los que se conocen vienen principalmente derivados de las propias estrofas de su obra. Parece ser que Juan Ruiz nació en el año 1283 en una localidad llamada Alcalá, suponiendo algunos que se trata de Alcalá de Henares (Madrid) y otros Alcalá la Real (Jaén). Incluso se baraja Guadalajara como su posible lugar de nacimiento. Su padre puso ser el palentino Arias González de Cisneros, aunque esta hipótesis no está confirmada. Sus estudios los llevó a cabo en la ciudad de Toledo, ocupando con posterioridad el cargo de Arcipreste en Hita, una población situada actualmente en la provincia de Guadalajara. Estaba bajo la diócesis de Toledo y la disposición del arzobispo Don Gil de Albornoz. Se cree la posibilidad de que el escritor estuviese en prisión entre 1330 y 1343 por mandato del citado Arzobispo de Toledo, como así se indica en sus propios textos. Fue en la cárcel en donde Juan Ruiz redactó el famoso "Libro del buen amor", una obra escrita mayoritariamente en cuaderna vía que narra las divertidas aventuras eróticas del propio Arcipreste. A través de estas diversas peripecias autobiográficas se aprecia la amplia cultura y la perspicaz sátira detentada por su autor, convirtiendo a este libro en una de las cimas de la literatura española. La fecha exacta de su fallecimiento se desconoce, pero se supone que debió de morir en 1350, ya que en ese año ocupó el cargo de Arcipreste de Hita un clérigo llamado Pedro Fernández.

Giovanni Boccaccio (1313-1375)

Giovanni Boccaccio nació en junio o julio de 1313, hijo ilegítimo del mercader Boccaccio (Boccaccino) di Chellino,agente de la poderosa compañía mercantil de los Bardi. Nada se sabe con certeza acerca de la identidad de su madre. Se discute dónde nació Boccaccio: pudo haber nacido en Florencia, en Certaldo o, incluso, según algunas fuentes, en París, lugar al que su padre debía desplazarse a menudo por razón de su trabajo. Se sabe que su infancia transcurrió en Florencia, y que fue acogido y educado por su padre, e incluso continuó viviendo en la casa paterna después de 1319, cuando el mercader contrajo matrimonio con Margherita dei Mardoli. Boccaccio vivió en Florencia hasta 1325 o 1327, cuando fue enviado por su padre a trabajar en la oficina que la compañía de los Bardi tenía en Nápoles.

Como Boccaccio mostrara escasa inclinación hacia los negocios, el padre decidió en 1331 encaminarlo hacia el estudio del derecho canónico. Tras un nuevo fracaso, se dedicó por entero a las letras, bajo la tutela de destacados eruditos de la corte napolitana, como Paolo da Perugia y Andalò di Negro. Frecuentó el ambiente refinado de la corte de Roberto de Anjou, de quien su padre era amigo personal. Entre 1330 y 1331 el poeta Stilnovista Cino da Pistoia, enseñó Derecho en la Universidad de Nápoles, quien tuvo una influencia notable en el joven Boccaccio.

La mañana del 30 de marzo de 1331, sábado santo, cuando el autor tenía diecisiete años, conoció a una dama napolitana de la que se enamoró apasionadamente —el encuentro se describe en su obra Filocolo—, a la que inmortalizó con el nombre de Fiammetta («Llamita») y a la que cortejó sin descanso con canciones y sonetos. Es posible que Fiammetta fuese María de Aquino, hija ilegítima del rey y esposa de un gentilhombre de la corte, aunque no se han encontrado documentos que lo confirmen. Fiammetta abrió a Boccaccio las puertas de la corte y, lo que es más importante, lo impulsó en su incipiente carrera literaria. Bajo su influencia escribió Boccaccio sus novelas y poemas juveniles, desde el Filocolo al Filostrato, la Teseida, el Ameto, la Amorosa visión y la Elegía de Madonna Fiammetta. Se sabe que fue Fiammetta la que puso fin a la relación entre los dos, y que la ruptura le causó a Boccaccio un hondo dolor.

En diciembre de 1340, después de al menos trece años en Nápoles, tuvo que regresar a Florencia a causa de un grave revés financiero sufrido por su padre. Entre 1346 y 1348 vivió en Rávena, en la corte de Ostasio da Polenta, y en Forlì, como huésped de Francesco Ordelaffi; allí conoció a los poetas Nereo Morandi y Checco di Melletto, con los cuales mantuvo después correspondencia.

En 1348 regresó a Florencia, donde fue testigo de la peste que describe en el Decamerón. En 1349 murió su padre, y Boccaccio se estableció definitivamente en Florencia, para ocuparse de lo que quedaba de los bienes de su padre. En la ciudad del Arno llegó a ser un personaje apreciado por su cultura literaria. El Decamerón fue compuesto durante la primera etapa de su estancia en Florencia, entre 1349 y 1351. Su éxito le valió ser designado por sus conciudadanos para el desempeño de varios cargos públicos: embajador ante los señores de Romaña en 1350, camarlengo de la Municipalidad (1351) o embajador de Florencia en la corte papal de Aviñón, en 1354 y en 1365.

En 1351 le fue confiado el encargo de desplazarse a Padua, donde vivía Petrarca, a quien había conocido el año anterior, para invitarlo a instalarse en Florencia como profesor. Aunque Petrarca no aceptó la propuesta, entre ambos escritores nació una sincera amistad que se prolongaría hasta la muerte de Petrarca, en 1374.

La tranquila vida de estudioso que Boccaccio llevaba en Florencia fue interrumpida bruscamente por la visita del monje sienés Gioacchino Ciani, quien lo exhortó a abandonar la literatura y los argumentos profanos. El monje causó tal impresión en Boccaccio que el autor llegó a pensar en quemar sus obras, de lo que fue afortunadamente disuadido por Petrarca.

En 1362 se trasladó a Nápoles, invitado por amigos florentinos, esperando encontrar una ocupación que le permitiese retomar la vida activa y serena que había llevado en el

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