JUAN RULFO

JUAN RULFO

(Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno.)

Dicen que las personas actúan de acuerdo al ambiente, vivencias, situaciones o momentos que los marcaron cuando eran niños, la personalidad es definida de acuerdo a cada suceso tanto negativo como positivo.

Juan Rulfo creció en un pequeño pueblo de San Gabriel, aquella villa rural era dominada por las supersticiones y el culto a los muertos, en aquel lugar sufrió las consecuencias de un ambiente turbio, lleno de peligro, calles oscuras, testigas de Muertes sin sentido, allí en este lugar vivió una experiencia la cual lo marcaria por el resto de su visa, el asesinato de su padre. Esos primeros años y sucesos de su vida, habían de conformar parte de su universo desolado la cual reflejo en su breve pero brillante Obra.

Fue influenciado por su abuela, al haberlo puesto en un orfanato, el cual ella fue destinada por el cura del orfanato como administradora de la biblioteca, teniendo Rulfo a los 8 años acceso a cada uno de los libros.

Debido a las circunstancias por las que tuvo que pasar las obras de Juan Rulfo se caracterizan porque indirectamente hablan de muerte, dolor y soledad; sin perder detalles, romanticismo ni sensibilidad. Debido a que no pudo continuar sus estudios Juan Rulfo se dedicó a viajar a comunidades en donde estuvo en contacto con personas que aún conservaban sus tradiciones; esto de cierta forma lo apasionó motivo por el cual lo retoma en sus obras.

Su Obra más conocida “PEDRO PARAMO” muestra la realidad que se vivía en su país, en un universo donde abundan los misterios y lo real, obteniendo una de las mejores obras conocidas a nivel literario.

“Hay muchos silencios en mi vida -dijo Rulfo alguna vez-. Y también en lo que escribo.”

Rulfo ha recordado que albergó Pedro Páramo en su interior muchos años antes de que supiera cómo escribirla. Más bien redactaba cientos de páginas que después desechaba: alguna vez calificó su novela como un ejercicio de eliminación. “La práctica de escribir los cuentos me dio disciplina -señaló-, y me hizo darme cuenta de que era necesario desaparecer y dejar que mis personajes fueran libres de hablar como quisieran, lo que causó, al parecer, una falta de estructura. Sí hay estructura en Pedro Páramo, pero es una estructura hecha de silencios, de hilos sueltos, de escenas cortadas, en la que todo ocurre en un tiempo simultáneo que es un no tiempo”.



Pedro Paramo, es el asombro del realismo mágico y de la literatura mexicana. Básicamente narra la asombrosa trayectoria y/o viaje que realiza el personaje principal que no solo responde a un mundo imaginario sino que además desarrolla una naturaleza nativa y originaria de las raíces del personaje. Hay que agregar que petrifica y reencarna lo que se hace llamar la revolución mexicana.

De tal manera hablar de Pedro Paramo es hablar de la revolución mexicana (1910-1917) y sus distintas facciones del rostro mexicano, no quiere decir que la historia hable de la revolución como tal. Lo que pretendía Juan Rulfo era situar los determinados personajes geográficamente, es decir, involucrarlos en una región e incluir así mismo los acontecimientos de la revolución mexicana en la narración. En conclusión en la obra no predomina un trasfondo histórico, pero si resalta distintos factores como lugar y situación histórica, de la revolución mexicana.

Su relato trata los mismos temas pero esta las rodea desde una atmosfera macabra y poética, también tiene una redacción peculiar y original debido a la complejidad que introduce con el cambio de tiempos y el cambio de persona que narra la anécdota, este cambio se da porque para ir estructurando la historia los personajes van de un lado para el otro dentro de los escenarios que el autor crea.

El lenguaje del libro de Juan Rulfo es estético porque maneja una serie de términos, el lenguaje que hace que la historia se vuelva artística, debido a la forma en como narra la historia de los personajes, es una forma peculiar e innovadora en la forma de redacción, pues es una forma confusa y didáctica de ir desglosando la historia.

Es realista porque refleja la verdadera forma de vida de la mayoría de las personas comunes

También tiene una redacción peculiar y original debido a la complejidad que introduce con el cambio de tiempos y el cambio de persona que narra la anécdota, este cambio se da porque para ir estructurando la historia los personajes van narrando su propia vida en desorden (combinando los tiempos).

La relación entre la vida y la muerte son un elemento fundamental en la novela, la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos parece confusa, La muerte por si sola es un tema que cobra mucha importancia cuando la vida es tan pesarosa, que no tiene valor, la muerte se concibe como una liberación.

Pedro Páramo heredó una hacienda llamada “La media Luna”. De su padre don Lucas, asesinado por un peón. Pedro crece envenenado por el odio y aquella comunidad comenzó a temerle. Ese Pedro era un jovenzuelo calavera, ambicioso, violador de muchas (hasta con la mirada, como también aun sucede). Movido por el odio que lo corroe, hace de la hacienda el centro de la violencia. Comienza a sobornar, a expulsar a sus vecinos para quedarse con sus tierras, cometiendo toda clase de arbitrariedades y atropellos. Lo anterior muestra cuan marcado quedo Rulfo por cada uno de los sucesos ocurridos en su infancia y en el transcurso de su vida.

Para terminar diré que esta novela es un muestrario, un escaparate de todos los valores y antivalores del campo y de su gente humilde, de los amos poderosos y de sus ambiciones, de sus mujeres y su falta de resignación, de su religiosidad astutamente interpretada o realmente degenerada. Pedro Páramo es Rulfo, es el mexicano de campo (y de ciudad también).

Aquí está la raza mexicana en toda su dimensión de tristeza, como si hubiera sido amasado con lágrimas calientes y barro moreno, como si los mismos adobes derruidos y gastados de sus casas rezumbaran de dolor.

Claro que Rulfo después de todo exagera. El mexicano no es triste, aún en las peores tragedias; es fatalista, pero siempre aflora en su dolor o su decepción y su desencanto en un chiste o en una carcajada. Hasta se ríe de la muerte, pero para disimular lo contrario, tratan de mostrar la dureza, pero como dicen por hay, “las palabras son el idioma del corazón” y en este autor se aplica muy bien esta frase.

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