Jorge Saldaña

Jorge Saldaña es periodista, escritor, compositor, cantante, decano de los talk shows y estos oficios los ha desempeñado orgullosamente desde el amateurismo, pero antes que ello es un tipo incómodo para los oídos que desde el poder están acostumbrados a escuchar palabras dóciles.

Despedido una decena de veces por Emilio Azcárraga de sus empresas y en definitiva de Imevisión al llegar la privatización, Saldaña (Banderilla, Veracruz, 5 de enero de 1931) aún mantiene su contacto con el público a través de la radio, pero alguna vez fue el hombre más crítico de una televisión que se ahogaba a sí misma en la censura.

Perteneciente a una generación saliente en la televisión, el conductor tuvo en algún momento hasta tres emisiones diferentes por semana en forma permanente, se recuerdan las Anatomías tanto de Telesistema Mexicano como de Imevisión, su Sopa de Letras, los Sábados de Saldaña (que tuvo más de dos nombres), su participación en la barra A la Misma Hora y Nostalgias, un insistente proyecto musical a mediados de los ochentas se transmitía todas las noches sabatinas.

Hoy, Saldaña tiene en su oficina un estudio de radio y un sistema que le permite estar al día a través de internet y su programa "Aquí entre nos" de ABC Radio lo transmite igual desde este punto que desde su residencia en Banderilla.

Pero no siempre fue así, en las anécdotas que cuenta a cada momento inicia con una vieja suposición de su vicio por estar a cuadro en las pantallas de televisión.

"Creo recordar muy vagamente que mi mamá, doña Lolita, me ponía en la ventana de la casa para que la gente del pueblo pasara a verme, entonces psicoanalíticamente creo que ahí comencé mi trabajo en televisión (...) no es tan descabellado pensar lo que pudo haber sido", cuenta.

Esta fue una costumbre materna que "lo deformó para toda su vida".

Los primeros contactos con los medios de comunicación fueron en los años 40, cuando a través de un viejo radio de su abuelo escuchaba la XEW de la ciudad de México.

"Ahí me aficioné por la música y los locutores que por aquella época eran unas personalidades, vacas sagradas de aquel México y ahí me aficioné por el arte de decir las cosas".

Este primer contacto lo llevó a conseguir trabajó en la estación XEKL de Xalapa y a ganar un concurso nacional de oratoria para después viajar a Francia y mantener el oficio en Radio Televisión de Francia (RTF).

El contacto con las grandes ligas en México llegó a través de su amigo, el compositor, Rodolfo Mendiolea quien le presentó a Emilio Azcárraga.

De este modo Saldaña comenzó a enviar reportajes culturales para la W desde Europa.

"Trabajaba en RTF, eran cápsulas sobre música popular francesa y cosas culturales ligeras y quedaban muy bien. Los enviaba a través de la embajada", explica.

Esos programas se transmitieron cerca en 1958 a través del programa "La Hora de Carlos Píquerin".

"Para nosotros los viejos llegar a la XEW era una obsesión patológica fuerte, venir a México era impensable no ir, antes que a La Villa, a la XEW, y vislumbrar a Pedro de Lille, a Ramiro Gamboa, a Luis Ignacio Santibáñez, a Carlos Píquerin, a Manuel Bernal, para nosotros eran héroes míticos", dice entusiasmado.

El acercamiento con la gigante de la radio fue casual, Emilio Azcárraga Milmo se casó en Europa con Pamela de Surmont y fueron a dar la vuelta al mundo mientras el empresario dejaba encargado con Saldaña a su padre, Emilio Azcárraga Vidaurreta en París.

"Él (Azcárraga Vidaurreta) se quedó un mes y como que me lo encomendó o me encargó, y dijo 'aquí tienes a este muchacho que te puede ayudar a todo papá', y entonces anduve como un mes con don Emilio y me enseñó muchísimo, me acuerdo que Azcárraga Milmo me dijo 'te voy a dejar a mi papá, sólo una cosa te tengo que decir: no lo contradigas en nada, porque a ti te gusta decir cualquier cosa', y este cuate fue el que me lo pidió cuando a quien no se podía contradecir era a él (Azcárraga Milmo).

De regreso a México, a finales de los 50, el mismo Azcárraga le dio trabajo como asistente del ingeniero Roberto Keny, que dirigía el canal 2.

"Ahí no había mucho que aprender, había un alto grado de analfabetismo y un buen día dije, voy a dirigir el programa. Estamos hablando de 'Puerta al suspenso', 'El programa de Dorian Iris' y cosas de esa naturaleza".

Su primer participación en TV fue un programa especial sobre Francia "y desde ese día me aficioné y tomé gusto a estar en la pantalla que es una adicción difícil de quitar, y ya hice el primer programa, "La Hora de Francia" y me nombré a mi mismo mi director de cámaras".

Uno de los programas de mayor relevancia en la carrera de Jorge Saldaña es Anatomías, un concepto retomado para los ahora conocidos talk shows.

Cuenta el conductor: "todo fue accidental, Luis de Llano Pálmer me dijo, hay una hora a las 12:30 de la noche, no hay presupuesto, ahí está el estudio a ver qué haces, entonces lo único que puedo hacer, si no tengo dinero y no me lo das, voy a llamar a mis amigos a conversar, y llevé a unos folcloristas".

El éxito del programa fue tal que al tercer programa que abordaron el tema de los Beatles hubo una fuerte polémica por algo que Saldaña dijo y el concepto "prendió fuerte".

"Por principio de cuentas, era impensable, yo di la espalda a la cámara como presentador, yo me hice la filosofía que lo que importa aquí es la persona que estoy entrevistando y el público, ¿qué carambas tengo que hacer yo?".

Recuerda que a los seis o siete programas ya era un programa popular hasta que lo quiso quitar De Llano.

"Por primera vez me atreví a decirle 'tu quitas el programa, pero eres injusto' y me salí de su oficina, yo creo que se quedó pensando y lo restableció, pero después era un programa que les causaba una gran escozor, tanto así que lo cambiaron y pasé los siete días de la semana".

Después de ese programa vinieron otros como Laboratorio del arte, La Hora Francesa, pero rescata que el primer programa de todos a cuadro fue una reseña mundial de cine que se hacía como relleno para cubrir un horario específico destinado a películas.

Tras unas diez veces que resultó despedido por Azcárraga Milmo, en 1972 finalmente salió de la ya fusionada Televisa.

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