Juego De Honor

Juego de honor es una película deportiva, cuyo relato está centrado en la vida del entrenador Ken Carter y su equipo estudiantil de basquetbol de la escuela pública de Richmond, conjunto que hizo historia, más que por sus triunfos por el sentido educativo que Carter le asignó a la práctica del deporte. Hombre con metas claras y voluntad a toda prueba, logró que sus discípulos jugaran al baloncesto como campeones y que se comportaran como tales fuera de la cancha y especialmente en los estudios. La idea del atleta integral, aquel que combina el desarrollo del cuerpo y la mente, guió a Carter, quien no se dejó amilanar ante las adversidades: estudiantes flojos, al filo de la delincuencia y las drogas, maestros endebles e instituciones frágiles.

El alto contraste

Se trata de un drama intenso con aires de epopeya y una progresión muy bien trabajada, que explota las posibilidades de un guión predecible pero con mucha sustancia. Desde el punto de vista estrictamente dramático, es una película de alto contraste, en la que el protagonista no tiene fisuras, su dignidad está por sobre las fuerzas antagónicas. El casting, es decir, la selección de los actores, es de lo más destacable, ya que las tipologías físicas y psicológicas de los personajes son plenamente coherentes con el relato, asignándole una gran cuota de realismo a la producción.

También el estilo montaje con historias paralelas mediante el cual el espectador conoce a los jugadores del equipo, consigue transmitir la dimensión social de los hechos. Lo cotidiano y coloquial se va alternando con los ideales puestos en tensión, logrando que el relato mantenga el interés sin disgregarse.

Un actor de carácter

Samuel L. Jackson debe ser uno de los actores con mayor actividad en este momento. A sus más de ochenta largometrajes y series de televisión se suman cuatro proyectos en preproducción que hablan claramente de su vigencia. Le ayuda su estampa de tipo duro que le ha permitido interpretar a militares, policías y líderes de todo tipo. Aquí brilla su talento para el drama a través de un personaje que parece escrito para él. Sin duda hay mucho de Carter en Jackson o viceversa, cuestión que le imprime al filme una interpretación vigorosa y sin medias tintas.

Los temas de fondo

Disciplina, honor, respeto, integridad son conceptos poco comunes en el cine de hoy. En una industria que debe acudir a trasnochados superhéroes para reciclar la ilusión del líder, se agradece la exaltación de personas que miran más allá de su propia nariz y para quienes la vida está hecha de desafíos personales por alcanzar. Recomendable para quienes trabajan con jóvenes y niños en cualquier campo y para recordarnos que hay valores que distinguen a los seres humanos del

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