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La Politica


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2012  •  4.780 Palabras (20 Páginas)  •  292 Visitas

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Mayo de 1994

CAMARADAS DEL SECRETARIADO. CAMARADAS COMANDANTES DE LOS BLOQUES, MIEMBROS DE LOS ESTADOS MAYORES DE LOS FRENTES, MANDOS EN GENERAL Y COMBATIENTES DE LOS DIFERENTES FRENTES DE TRABAJO DE LAS FARC.

Reciban un gran saludo fraternal y revolucionario, deseándoles muchos éxitos en el desarrollo de todos los planes emanados de los organismos superiores, porque todo marche bien, tal como es nuestro deseo. De luego para hacerles algunos comentarios en forma breve.

El día 27 de Mayo estamos cumpliendo 30 años de fundadas las FARC, con una trayectoria de lucha revolucionaria muy importante en el escenario político y militar del país.

El 28 de Mayo, cumplimos años también, dado que por primera vez logramos un «Cese el Fuego» con el presidente Belisario Betancourt, fecha que también es de gran importancia para todos los colombianos, si tenemos en cuenta el nuevo proceso que comenzaríamos a vivir, después de largos años de confrontación.

Desde que comenzó la «Operación Marquetalia» (27 de Mayo de 1964) aprobada por el Parlamento y ejecutada por el presidente, Guillermo León Valencia, los altos mandos militares con la asesoría de oficiales de los Estados Unidos, para exterminar a los combatientes de la anterior lucha partidista liberal - conservadora; haciendo utilización del anticomunismo como arma de combate, producto de la «Guerra fría» desencadenada por las potencias, y, muy especialmente, por los Estados Unidos.

Los marquetalianos estábamos dedicados a crear nuestro patrimonio, para bien de nuestras familias y abastecer la población de los pueblos más cercanos como Gaitania,, Planadas y Neiva. Pero la política desarrollada por el Frente Nacional, dirigida por los partidos Liberal y Conservador, en cabeza del Presidente de la República y con el beneplácito de algunos parlamentarios, entre los que figuraba Alvaro Gómez Hurtado, quien fue promotor de los grandes debates contra las llamadas « Repúblicas Independientes», que no existían y que sólo servían para justificar la agresión y darnos el calificativo de bandoleros a los habitantes de la región.

Cuando nosotros fuimos informados por varias fuentes, muy serias, sobre la inminente operación militar de la región, nos dirigimos a todo el pueblo colombiano, a través de los representantes en el Parlamento, al Gobierno Nacional, a los gobernadores, a la Iglesia, a las organizaciones sindicales, a los movimientos cívicos, a los intelectuales franceses, a la Cruz Roja Internacional, en fin a todas las personalidades democráticas y progresistas. Mejor dicho, golpeamos en todas las puertas para que nos escucharan y así impedir la guerra que a nadie le convenía, mas aún cuando apenas acabábamos de terminar una larga lucha partidista (etapa de la Violencia de 1946 a 1953), con un crecido número de muertos y con grandes pérdidas para la economía nacional. La única que intentó visitarnos, atendiendo el llamado, para comprobar que éramos trabajadores, fue la Iglesia, pero los altos mandos se lo impidieron. Y fue así como todos los esfuerzos por evitar la guerra fueron inútiles.

Los campesinos de varias regiones también se movilizaron pidiendo una salida distinta a la confrontación. Con todo ello el gobierno resolvió declarar la guerra oficialmente. En seguida autorizó a los altos mandos militares para que ocuparan la región de Marquetalia, y El Pato y eliminaran a todos los habitantes que no compartieran la política oficial. Y fue así, tal como en un lugar llamado El Dorado, cerca de Planadas, fusilaron a centenares de campesinos acusados de bandoleros, colaboradores del bandolerismo y del comunismo. Era el «San Benito» para acabar con el descontento y así negar las garantías que todos los ciudadanos necesitábamos.

Nosotros queríamos evitar esta confrontación, para bien de todo el pueblo colombiano, pero no tuvimos la fuerza necesaria para evitarla. Hoy, los únicos responsables de lo que está pasando son: el alto mando militar, el Parlamento, el Presidente Guillermo León Valencia; porque estaban enseñoreados con los éxitos en la lucha contra el «bandolerismo». Porque confundir a ex- combatientes con bandoleros era carecer de toda responsabilidad y análisis de las verdaderas realidades que estábamos viviendo en la región; cuando combatientes y habitantes de todas las regiones nos confundíamos unos y otros en la lucha por lograr que el gobierno nos facilitara toda clase de créditos y ayudas para mejorar las condiciones de vida de toda la comunidad; nosotros teníamos relaciones con el comercio, para venderle y comprarle; algunos pertenecíamos a juntas de mejoras públicas, otros a juntas pro-carreteras, otros trabajábamos en obras públicas, juntas pro-construcción de casas parroquiales. En fin, todo el mundo trabajaba en su propio bienestar y mejoramiento de las condiciones de vida de sus familiares.

Esto fue lo que equivocaron los altos mandos militares cuando decidieron atacarnos, prestando oídos sordos al clamor de la gente, para que no lo hicieran. Actuaron dizque a nombre de la Constitución y las leyes, que por la independencia, como si se tratara de luchar contra un país que les había quitado un pedazo de tierra.

Por eso izaron la bandera de Colombia, en medio de una ceremonia con gran despliegue en todos los periódicos, y con grandes aplausos de los reaccionarios y los grandes monopolios nacionales y extranjeros como si se estuviera logrando el triunfo sobre otro país.

Con los dineros invertidos en la guerra contra los 48 hombres en Marquetalia, el gobierno pudo haber mejorado las condiciones de vida de los habitantes de la región y rehabilitar las poblaciones, en forma considerable, de Gaitania, Planadas, Sur de Ata, Santa Rita, Praga, Chapinero, San Luis, Aipesito, Organos, La Estrella y otros. Pero primaron las fuerzas reaccionarias y dieron comienzo a un nuevo capítulo de la violencia, que hoy estamos viviendo en todo el territorio nacional, patrocinado por el Frente Nacional, en cabeza de los dos partidos (Liberal y Conservador). De manera que es muy fácil revisar todas las estadísticas y encontraremos a los verdaderos responsables de las calamidades que hoy sufre el pueblo por culpa de esos dirigentes.

La ocupación de Marquetalia se produjo con la disponibilidad de 16.000 hombres, para tender el cerco a los alrededores de Marquetalia en los departamentos de Huila, Valle del Cauca, y el Sur del Tolima y de esta manera ir estrechando el cerco hasta lograr la aniquilación del núcleo revolucionario, el cual, más tarde, se convertiría en guerrillas móviles para empezar a dar respuesta a la agresión militar.

Nos reunimos el 20 de Julio, en medio de la confrontación, en una Asamblea para trazarnos las primeras líneas tácticas y estratégicas de guerrillas móviles dando planes muy concretos para continuar la lucha en el área y comenzar el crecimiento, puesto que no éramos mas que 48 hombres y hasta mal armados y sin recursos suficientes, al mismo tiempo, la Asamblea aprobó el programa de los guerrilleros y nos declaramos firmes luchadores en defensa de los intereses del pueblo colombiano en general. Por ello pedimos el apoyo para continuar nuestro proyecto.

Al cabo de tres meses todos los recursos estaban agotados y dimos comienzo a los planteamientos de guerrillas móviles, sin que el enemigo hubiese logrado éxito alguno.

Esta acción se convirtió, para los mandos y el gobierno en un rotundo fracaso, contra un pequeño movimiento que de nuevo tomaba las armas para defenderse y comenzar a crear las condiciones para una contienda superior, con el apoyo de las masas, que sabían de la justeza de nuestra lucha. Así nos lo manifestaban algunas organizaciones obreras, campesinas, de intelectuales, demócratas y progresistas. Al tiempo otros grupos también comenzaron la lucha, como el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y más tarde el EPL (Ejército Popular de Liberación) y el M-19.

Los planes del gobierno, no sólo tenían en cuenta a Marquetalia, sino que estaban dispuestos a continuarlos en Riochiquito, El Pato, Guayabero, Sumapáz, Los Llanos Orientales, Antioquia y más tarde caerían sobre las organizaciones sindicales con el fin de acabar con el descontento que había con los partidos tradicionales y la cúpula que impedía el ejercicio de otras corrientes distintas al Frente Nacional como el Partido Comunista, etc. Además de una serie de medidas de carácter económico que entrabaron el desarrollo de la sociedad.

Cuando nos volvimos a reunir para balancear una serie de planes y poner en práctica otros, nos encontramos que ya habíamos crecido a 100 hombres, esto ya era algo satisfactorio para continuar con el desarrollo de nuestros planes. Realizamos toda una serie de reuniones con dirigentes de varias regiones como Riochiquito, Natagaima, Oriente del Tolima y Marquetalia, para intercambiar experiencias.

Llegamos a la conclusión de que con los representantes de las regiones en mención, crearíamos el Bloque Sur. Con esa orientación comenzamos a trabajar y muy pronto realizamos la reunión que oficializó la creación del Bloque Sur, donde nos trazamos planes de acción contra el enemigo, organización y crecimiento en todo el Bloque.

El accionar por estos días fue bueno, en medio de una situación de crisis, porque era implacable la acción del enemigo, pero la movilidad nos permitió golpear sin ser golpeados.

Después de una serie de intercambios entre los dirigentes, resolvimos convocar a la Conferencia Constitutiva de las FARC, la que tiene el nombre de Segunda Conferencia. Claro está, habíamos logrado un crecimiento superior a los 250 hombres y esto era mucho decir.

La Segunda Conferencia trazó nuevos planes y despliegue para nuevas áreas, como el Huila, Caldas, Norte del Tolima, y el mismo Marquetalia; y si ello fuera posible, el Caquetá, porque los de Guayabero y el Pato no habían tenido presencia en la Conferencia, pero después de informarles los resultados, ellos se unieron conforme lo señalaba el plan.

El programa de los guerrilleros, sufrió algunas modificaciones favorables, se creó un Estado Mayor para todo el movimiento, con unas mismas normas para todos por igual.

Después de la Segunda Conferencia, el comando que le correspondió Caldas cometió una serie de errores por no aplicar los planes, incluida la movilidad. Fuimos golpeados duramente, perdimos el 70 por ciento de la fuerza creándose un gran vacío para el cumplimiento de los planes generales, que por cierto eran muy ambiciosos para el triunfo de la revolución.

Al analizar el fracaso, concluimos que los comandantes Ciro Trujillo y su reemplazante, alias «Arrayanales», habían concentrado varias comisiones que no les correspondían, además de permanecer en un solo lugar, permitiendo la entrada de muchísima gente, sin control alguno. Esto le permitió al enemigo golpearlos.

La Tercera Conferencia examinó a fondo el fenómeno; se elaboraron nuevos planes, se trazó un crecimiento para comenzar la reconstrucción y ponernos a la altura del momento. A pesar de que estábamos viviendo una situación difícil en el campo político, porque todos nuestros aliados habían terminado siendo gobiernistas y muy pocos nos apoyaban. Las masas estaban casi marginadas y poca atención prestaban a nuestros señalamientos.

Esto ocurrió en el gobierno del presidente López (1974-78) y parece que en materia de economía cafetera, el gobierno había logrado muy buenos resultados y la gente estaba muy desinteresada de la política. Claro está que la ofensiva era permanente contra todos los comandos desplegados en varias partes.

Algunas comisiones fueron destinadas para visitar regiones de antiguos combatientes y reclutar personal con muy buenas recomendaciones para seguir adelante. Esta política fue un gran acierto, porque muy pronto logramos reponernos sin mayores contratiempos.

Creo necesario resaltar, sin hacer referencia, a la Cuarta, Quinta y Sexta Conferencia, que también fueron muy importantes. En ellas pudimos mejorar todos los mecanismos necesarios para una buena marcha del movimiento, claro está que ya habíamos logrado progresos muy importantes, como el objetivo de ir creando bases económicas para el sostenimiento de un pequeño ejército, teniendo en cuenta que la situación política ya no era la misma y tampoco la militar.

Las masas ya habían vuelto los ojos sobre la guerrilla y tenían la certeza que sólo con la lucha se producirían cambios de importancia en todas las viejas estructuras del Estado.

Para mejor conocimiento de todos los combatientes, los materiales de estos tres eventos, de los cuales no estoy detallando, están en manos de un buen número de comandantes; estos los conocen y, además, se hace necesario estudiar toda la historia de las FARC, para un mejor conocimiento de las realidades que estamos viviendo.

La Séptima Conferencia tiene la gran importancia y el mérito de haber logrado plasmar en sus conclusiones el Plan Estratégico, que se convertiría en guía de trabajo para todos los combatientes en el desarrollo del proceso revolucionario. Se elaboran planes tanto en lo político como en lo militar para poder responder a cualquier situación que se nos presentara, en caso que se produjeran cambios de parte de algunos de los gobiernos o por quien resultara electo. En esa fecha, Mayo de 1982, estaban en marcha unas elecciones para presidente de la República.

Esta Conferencia mando crear todos los mecanismos necesarios para la formación de un Ejército Revolucionario, se diseñaron planes de crecimiento y de consecución de armas, escuelas de especialidades y muchas otras cosas necesarias. Mandó crear 48 Frentes en todo el territorio nacional, como parte del Despliegue Estratégico. Lo que más tarde se convertiría en una fuerza importante para comenzar a desarrollar una serie de planes indicados por la Conferencia.

La Conferencia ordenó crear todos los mecanismos de comunicaciones, publicitar nuestros boletines y, si ello era posible, la emisora para poder tener bien informadas a las masas en el campo y en los centros urbanos, en donde se plantearan los principales problemas que afectan la sociedad, buscando resolverlos.

En el plano internacional: buscar el reconocimiento para desenmascarar la política oficial de represión y violencia, especialmente la violación de los Derechos Humanos.

La Conferencia, mandó a la nueva dirección, si las condiciones lo permitían y los cambios políticos permitían un rumbo favorable, a buscar una salida política al conflicto armado social, donde el movimiento pudiera hacer sus planteamientos políticos, económicos y sociales, y crear las condiciones para una verdadera paz duradera y con justicia social, de tal manera que los principales problemas que azotaban a la sociedad fueran resueltos en su conjunto y aclimatar las condiciones para una completa paz, tomando en cuenta que era necesario modificar la vieja Constitución.

Prácticamente quedaron las puertas abiertas para unas negociaciones de paz con quien resultara electo y si así se estimaba necesario, hablar con el nuevo gobierno. La verdad es que en todos los anteriores gobiernos, a nadie se le había ocurrido hablar de una salida política al conflicto social y armado, porque estaban plenamente influidos por los altos mandos militares que les garantizaban el éxito sobre las guerrillas.

Creemos que lo anterior le sirvió al nuevo gobierno para no seguir el mismo camino de los anteriores y buscar una salida distinta a la de la guerra. La verdad es que a nosotros también nos interesaba buscar mecanismos que nos permitieran encontrar los contactos, logrando el objetivo en medio de una tremenda situación de violencia y represión en ciudades y campos.

Lo cierto es que todos los mandos de los Estados Mayores y combatientes en general, conocen los resultados de las gestiones hechas por el Secretariado con el Señor Belisario Betancourt (1982-86), y las reales causas por las cuales no se logró el objetivo final de la paz; muy especialmente por la interferencia de los altos mandos militares que nunca cesaron los operativos en cada uno de los Frentes, alegando que ellos persiguen a todos los que están fuera de la ley, desconociendo así la orientación del señor Presidente que había pactado con nosotros un «Cese el Fuego» el 28 de Mayo, con base en los anteriores acuerdos de La Uribe. Así que la responsabilidad la tienen los Altos Mandos militares y el señor Presidente, que no se amarró los pantalones.

Otro de los factores fue que los señores parlamentarios, dentro de sus proyectos de ley, con base en los «Acuerdos de La Uribe», no tuvieron en cuenta la modificación de muchos Artículos de la Constitución, para crear un medio ambiente en donde lográramos la paz y un completo cambio político, donde todos los partidos distintos a los tradicionales, contaran con iguales garantías y derechos para hacer proselitismo en campos y ciudades. Mejor dicho, no hubo suficiente voluntad para que se produjeran cambios fundamentales, tal como era nuestro planteamiento y, terminar de una vez por todas con la guerra, cuando terminara el hambre, el desempleo, la inseguridad, establecer una reforma agraria completa, donde los autores y responsables de la violencia fueran llamados a juicio, las garantías fueran para todo el mundo.

Todas estas, eran una serie de reivindicaciones de carácter político, económico y cultural que no fueron resueltas por el Parlamento, ni las Instituciones gubernamentales; por ello no se logró la paz.

Porque los gobiernos no han tenido en cuenta que es necesario producir cambios fundamentales, y quieren que las cosas sigan como antes, esperando que los combatientes se desmovilicen sin lograr sus objetivos.

Con todo ello, podemos decir que este gobierno no dejó todo el país en guerra, quedaron algunas posibilidades, a pesar de la oposición de los Generales para la solución política con reformas.

Esta última parte el señor Virgilio Barco (Presidente 1986-90) no la aprovechó, porque su equipo de asesores había elaborado una política muy distinta a la realidad y querían que todo terminara como el M-19, sin introducir cambios básicos para dejar el país en paz.

En el gobierno de Virgilio Barco fue donde más los paramilitares lograron asesinar a una buena parte de la oposición política como la Unión Patriótica y el Partido Comunista, más personalidades de otras tendencias, muchos periodistas fueron asesinados por el hecho de hacer las denuncias contra el paramilitarismo. Los operativos fueron más intensos en muchos Frentes, mejor dicho, lo poco que el pueblo había logrado con Belisario Betancourt, quedó congelado.

Las conversaciones no pasaban de ser un medio para hacer reclamos, sin solución alguna de la parte oficial, todo terminó en promesas sin efectividad.

En este tren de trabajo, perdimos ocho años sin lograr los objetivos de cambio, así que ocho años de campamento también fueron duros para nosotros, claro está que de todas maneras logramos hacer conocer de la opinión pública nuestros planteamientos, aunque los medios de comunicación no se ocuparan de difundirlos. Lo que los medios si veían todos los días, eran la caída del socialismo en varios países para indicar que nuestra lucha había perdido vigencia, y que no tenía sentido seguir luchando, la verdad es que ellos no tenían en cuenta todos los problemas que afectaban a nuestra sociedad, puesto que aquí no están resueltos y por el contrario había que seguir adelante en la lucha, en donde nosotros estaríamos y estaremos presentes, para hacerla de acuerdo a las condiciones que se nos presenten.

Los dirigentes del M-19, del EPL, del PRT y del Quintín Lame, se desmovilizaron con base en las promesas oficiales; creyendo que con ello los principales problemas del país quedarían solucionados y así terminaría la confrontación armada y social.

Dijeron que era dizque para introducirle una mayor dinámica a su movimiento, con un fuerte apoyo de las masas, para tomar el poder por otros medios, olvidando que según la historia de la humanidad las revoluciones no han sido pacíficas porque los regímenes violentos lo impiden, teniendo en cuenta la misma caída del socialismo; pero esta es la hora en donde ni lo uno ni lo otro les ha resultado. Antes, por el contrario, la situación se ha complicado para gran parte de los desmovilizados.

Así que todos los que creen que con la desmovilización de la insurgencia las cosas mejorarán, están en un error, antes se complican, porque se acaba la oposición de los movimientos armados que aun que no son escuchados, sustentan una política.

De esta manera uno no puede interpretar los consejos de la oligarquía, que fueron útiles a sus intereses; y no faltaron quienes abandonaron sus principios a cambio de unas curules y carteras burocráticas, sin lograr cambios de ninguna naturaleza, pero provocándole graves daños a la revolución, por su traición a los intereses del pueblo, que hoy dicen defender o porque creen que así lo hacen mejor, sin sacrificio para nadie, pero no hay tal.

El Secretariado, en medio de todo, hizo cuanto se pudo para conseguir la paz, pero no fue posible; y ahora estamos enfrentados con gran valor en esta justa causa, con los combatientes y el apoyo del pueblo.

El presidente César Gaviria (1990-94) nos atacó en Casa Verde, sin antes habernos declarado la guerra, agotando las posibilidades de encontrar una salida política antes de la guerra, al tiempo que expertos en política, habían dicho que las condiciones para realizar conversaciones de alto nivel estaban dadas, para desempantanar la situación que se nos estaba presentando en varias partes con los operativos y el incumplimiento de los anteriores gobiernos.

La Octava Conferencia (3 de Abril de 1993), la realizamos en medio de la declaratoria de guerra del presidente Gaviria contra el pueblo colombiano para someterlo a la política neoliberal, en beneficio de las trasnacionales y en contra de los intereses nacionales.

Esta Conferencia examinó todos los documentos producidos hasta la fecha y después de hacer un completo examen de la situación nacional, del estado del movimiento y de sus condiciones, concluyó introduciendo algunos reajustes al Plan Estratégico, en lo político y en lo militar.

Introdujo algunas modificaciones al Régimen Interno, al Estatuto de los guerrilleros, a las Normas Internas de Comando y mejoró sustancialmente el Programa, plasmó en sus Conclusiones los Diez Puntos (Plataforma de un gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional) como parte del Plan Estratégico, aumentó el número de miembros del Secretariado a siete, señaló objetivos a cada uno de los Bloques de Frente, unificó criterios para el desarrollo de los planes a corto y largo plazo, mejoró los mecanismos de comunicación en todos los Bloques y Frentes, estableció Normas para todas las responsabilidades de cada uno de los Estados Mayores, reorganizó algunos Estados Mayores, desarrolló una política internacional acorde a la nueva realidad.

Ante todo, manda la Conferencia a crear mecanismos que permitan una más eficaz relación con la población civil, en todos los estamentos de la sociedad.

Aprobó un saludo para los demás movimientos armados, uno para el pueblo colombiano, un llamamiento para los soldados, suboficiales y oficiales, un saludo para el pueblo cubano que resiste el bloqueo económico de los Estados Unidos, al pueblo soviético y a algunos movimientos de América Latina.

Creó mecanismos para lograr intercambios con otras organizaciones y con personalidades de varias tendencias políticas y religiosas, llamó a movilizar a todas las fuerzas que más se pudiera, para promover un movimiento de respaldo a unas posibles conversaciones, cuando las condiciones fueran favorables.

La guerra integral decretada por el presidente Gaviria, con el apoyo de las instituciones, industriales, comerciantes, ganaderos, agricultores, transportadores, compañías petroleras, y una cierta parte de la Iglesia, de los partidos Liberal y Conservador, contando además con el apoyo de los Estados Unidos, encubierto en la lucha contra el narcotráfico. Aumentaron el poderío militar, con la creación de 18 Brigadas, 4 Divisiones, 3 Brigadas Móviles, 17 Batallones de Contraguerrilla, para anexarlos a cada una de las Brigadas.

El aumento de la Policía, de los servicios secretos, y el aumento de voluntarios para integrar las Brigadas Móviles, más los ofrecimientos de grandes sumas de dinero a los delatores; todo esto con el apoyo de los diferentes medios de comunicación, hablados y escritos, pero a pesar de estos esfuerzos hasta el momento no pueden decirle al pueblo que han ganado la guerra contra la insurgencia; estos todos los días hablan de bajas en las filas guerrilleras, hasta llegar a números increíbles, de la misma manera, de los prisioneros, diciendo que no bajan de 2.000; La gente de casi todo el país se han dado cuenta que los partes oficiales no corresponden a la realidad, y por ello los grandes contribuyentes para la guerra, están exigiendo resultados; mejor dicho, ya nadie cree que el poderío militar pueda dar los resultados señalados por el Presidente y su Ministro Pardo, junto con los Altos Mandos que aseguraron en 18 meses acabarían con la guerrilla, y ahora sólo les quedan dos meses de gobierno, así es que la felicidad se perdió y ahora les toca buscar caminos distintos a la guerra.

Los candidatos presidenciales, especialmente los dos más opcionados hasta el momento, no han hecho planteamientos favorables, tendientes a modificar la situación y adelantar diálogos con la insurgencia, para encontrar salidas distintas a la guerra.

Todos se han limitado a decir lo que siempre han dicho los antiguos gobernantes para buscar el sometimiento de los alzados en armas. Usar el anterior esquema para un nuevo tratamiento con la guerrilla, no puede ser, porque así no vamos a ninguna parte. No se puede ofrecer paz con una mano y con la otra dar garrote. La paz es la solución a todos los problemas que afectan a la sociedad.

El 7 de Agosto, día de la toma de posesión del nuevo gobierno veremos si hay condiciones para una salida política con la insurgencia, para lo cual nosotros ya tenemos nuestro planteamiento listo y, sobre esa base, enviaremos a los emisarios del Estado Mayor, dispuestos a hablar con los tres poderes y con una amplia representación del pueblo, que además servirá como testigo y contribuirá a los resultados.

Esto, siempre y cuando, el Presidente tenga la misma voluntad y ofrezca toda clase de garantías para podernos desplazar al lugar que mas convenga. No resulte que los altos mandos militares, con el cuento de que ellos ponen a buen recaudo a todos los que están fuera de la ley, y nos detengan.

Así no vamos a ninguna parte. Los altos mandos militares, tienen que ser los primeros en demostrar buena voluntad de paz porque no pueden seguir con el cuento chino de que por falta de tiempo, falta de presupuesto, falta de apoyo de los medios de comunicación, del Parlamento, de la Iglesia, de la sociedad en su conjunto, no han podido acabar con la guerrilla y que por lo tanto, es necesario que les den otra oportunidad. ¿Hasta cuándo?

Además el Presidente debe elaborar una serie de proyectos que deroguen todos los decretos de represión y violencia que le deja el presidente Gaviria, para así de esta forma, poder hacer efectivas las próximas conversaciones. A esto también tiene que enfrentarse el nuevo Parlamento si es que es verdad que quiere ser el representante de quienes lo eligieron.

Creo que todos estamos claros de la real situación política, económica, social y cultural que estamos viviendo, por ello no voy a hacer relación de estos gravísimos problemas por los cuales el pueblo clama una pronta solución.

Los politólogos dicen que nosotros llevamos 30 años luchando y hasta ahora no hemos podido tomar el poder, pero no pueden decir que nos han reducido, sino que antes hemos crecido y hoy tenemos presencia Nacional y gozamos de gran simpatía.

El Estado burgués lleva mas de 150 años gobernando y, hasta el momento, no ha solucionado los problemas, sino que antes por el contrario los ha agravado, nos encontramos en medio de una crisis irremediable de los partidos tradicionales y en las instituciones se llega a tal extremo, que lo que dicen los Ministros, no le parece constitucional a la Corte, o lo de la Corte no le parece bien al Presidente. Al presidente los altos mandos militares no le obedecen violan los Derechos Humanos, los peculados, los serruchos, los despilfarros y otras tantas cosas, que son suficientes para darnos cuenta, que no es cierto lo que nos dicen, que dizque son ellos los salvadores y el porvenir del pueblo; es la historia la que nos dice que ellos han sido violentos y represivos toda la vida para poder mantener su política y sus privilegios.

Quiero manifestarles que deben tener en cuenta todos los documentos producidos por la Octava Conferencia, para que sean aplicados en su plenitud, y de esta forma poder lograr los cambios fundamentales que requiere este país, conforme a las normas vigentes que rigen al movimiento. No olviden todos Ustedes que la burguesía siempre ha querido enseñarnos ha hacer la revolución.

Terminar con la dispersión, agrupar todas las fuerzas demócratas, progresistas, revolucionarias y de izquierda es una de las grandes tareas que nos espera, para ver como logramos unirlas a nuestro lado, teniendo en cuenta nuestros lineamientos políticos y militares, organizativos y programáticos.

Camaradas, es demasiado largo el historial de las FARC y no es fácil hacer una completa referencia en pocas líneas, debemos disponer de todos los documentos que tenemos para el conocimiento de todos combates militares y políticos que hemos librado en la historia de la confrontación.

Tenemos que recordar con amor y cariño a todos los combatientes marquetalianos, entre ellos a Jacobo Arenas, Hernando González Acosta, Isaías Pardo, Jesús Medina, Luis Salgado, Agustín Cifuentes, Miriam Narváez, Jaime Salinas, Israel Valderrama, Joselo Losada, José Domínguez, junto con otros muchos combatientes, sus esfuerzos, sacrificios, su pensamiento, sus aspiraciones siguen teniendo vigencia en el corazón de los mandos y combatientes de nuestro pueblo colombiano que nunca los olvidará y tendrá en cuenta en el desarrollo del proceso histórico.

De mi parte les doy a todos mis agradecimientos y quiero que por su intermedio me saluden a todos los combatientes farianos en los distintos frentes de trabajo, sin más, cordialmente, me despido de ustedes con un gran abrazo y hasta pronto.

MANUEL MARULANDA VÉLEZ

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