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Literatura


Enviado por   •  14 de Agosto de 2013  •  523 Palabras (3 Páginas)  •  158 Visitas

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Fierro, tal como se explicó en el punto anterior, es un gaucho perseguido (situación legal) e ignorado (situación social). Perseguido, por la “autoridá”; ignorado, por la sociedad.

En el pasado de Fierro se encuentran una mujer, hijos, una hacienda y una rutina de trabajo (este trabajo es una forma de perfeccionamiento que se desprende de una pertenencia a un grupo, que sirve para darle un sentido a la vida). Todo funcionaba perfectamente hasta que el destino decidió “que todo aquello acabara”: un día, tal era su costumbre, Fierro acude a una pulpería, en donde entretiene a la gente con sus coplas y aprovecha para emborracharse un poco. De repente, entra al lugar el Juez de Paz, con el objetivo de llevar a cabo la `leva' (apresar a criminales o maleantes). Todos los gauchos matreros huyen, pero Fierro, considerándose “manso”, se queda quieto y se deja agarrar, ya que alega que “no había por qué [escapar]” (v. 316).

El responsable de la leva es el Juez de Paz, quien, como cuenta Fierro, ya lo “tenía entre ojos” después de la última votación, porque él no había asistido a votar. Como a Fierro lo llevan reclutado `inocentemente', la explicación que él se da es, como dice en el Canto III, es: “A mí el juez me tomó entre ojos,/ en la

Berardi. 5º 3ª. Hoja 3

última votación:/ me le había hecho el remolón/ y no me arrimé ese día,/ y él dijo que yo servía/ a los de la esposición” (vv. 343-348)

Es así como lo llevan a un fortín, primero por seis meses, que se convierten en mucho más tiempo durante el cual sufre aberraciones y torturas en exceso. Supuestamente, la misión de los que estaban en el fortín de la frontera era combatir a los malones, y servir al gobierno. Sin embargo, la vida en el fortín estaba lejos de ser placentera o útil para este organismo: los gauchos y empleados del lugar sufrían castigos permanentes tales como la estaquiada (castigo que consistía en atar con cuero crudo las manos y los pies a cuatro estacas, para luego dejar secar al sol) o los azotes. Además de vivir en la pobreza, sin ropas decentes, con hambre y bajo el constante abuso de autoridad de sus superiores, Fierro no recibe un salario por su trabajo en la frontera, que describe cuando canta: “-`Esto sí que es amolar',/ dije yo pa mis adentros,/ `van dos años que me encuentro/ y hasta aura he visto ni un grullo;/ dentro en todos los barullos/ pero en las listas [de pago] no dentro'” (vv. 756-761). Su descontento se aprecia una vez más cuando retoma un discurso ajeno y dice: “Si eso es servir al gobierno/ a mí no me gusta el cómo” (vv. 431-432).

Al cabo de tres años de padecimiento, Fierro decide escaparse y cuando encuentra la oportunidad, desaparece. Esto se refleja

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