Nicolás Flores Rubio

Nicolás Flores Rubio

UN HOMBRE, UN REVOLUCIONARIO, UN GOBERNANTE QUE NO SE MANCHO NI CON ORO, NI CON SANGRE.

Nació en la cabecera municipal de Pisaflores, Estado de Hidalgo, el 10 de septiembre de 1873.

Pisaflores es un municipio creado en el año de 1863, anteriormente era parte de la hacienda de Tampochocho, perteneciente al español Gaspar Rubio.

Su padre de origen italiano, se llamaba Domenico Flori (Domingo Flores), quien contrajo matrimonio con Josefa Rubio de Jacala, con quien procreó siete hijos siendo el mayor Nicolás.

Nicolás, al igual que su padre, trabajó el cobre y fue agricultor. Desde su infancia se caracterizó como un hijo respetuoso, cariñoso y noble. La educación que recibió en la casa paterna lo mantuvo siempre vertical, leal a sus principios y equilibrado en sus juicios. Vivió con sencillez y toda su vida fue honesto y justo. Por su aspecto físico, los rasgos étnicos señalaban abiertamente su ascendencia europea. Era alto, musculoso, de tez blanca, ojos verdes, de cabello castaño. En ocasiones se advertía cierta dificultad para hablar sin que esto denotara lesiones que afectaran su intelecto.

Don Nicolás casó en primeras nupcias con la señora Dolores Sánchez y en sus dos matrimonios no dejó descendencia.

Por el año de 1896 las familias campesinas protestaron por las elevadas rentas por el uso de las tierras de la hacienda de Tempochocho; siendo él uno de los principales líderes, esta pugna provoco que fuera encarcelado en 1898 en Pachuca, amenazado de que su familia sufriría daño si continuaba con esta lucha. Opto por retirarse y emigrar al rancho de Zipatla, Municipio de Jacala, en ese lugar se dedicó al comercio y conoció a mucha gente que después le sería útil para sus movimientos revolucionarios.

Al llamado del Maderismo y con el estallido de la Revolución de 1910, es designado Jefe del Movimiento Revolucionario en la Sierra de Jacala, donde demuestra su valor y habilidad militar.

Con la traición de Victoriano Huerta en 1913 y al llamado del Constitucionalismo, se reintegra a la lucha armada, durante 18 meses por toda la región noroeste del Estado de Hidalgo (Zimapán, Jacala y Tlahuilpeta). En Mayo de 1914, en una junta de jefes Revolucionarios, es declarado Jefe de Operaciones Militares del Estado, el cual es confirmado por el nombramiento que Don Venustiano Carranza, máximo jefe constitucionalista.

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