Primer análisis del caso: The man from the earth.

Instituto Tecnológico de Costa Rica

Escuela de Ciencias Sociales

Introducción a la técnica, la ciencia y la tecnología

Leonardo Chacón Quesada

201211061

Primer análisis del caso: The man from the earth.

        No hay hombre que escape a su época, no hay ser humano que pueda saber más de lo que él mismo u otros como él hayan descubierto. En la película “the man from the earth” se presenta el curioso caso de un hombre que asegura haber vivido catorce mil años, lógicamente, un relato casi imposible de creer. La historia, sin embargo, se centra en cómo una serie de argumentos pueden probar su existencia aparentemente inmortal.

        Suponiendo que la historia pueda ser cierta, los científicos comienzan a cuestionar al protagonista sobre su pasado, sobre su vasto conocimiento acerca del mundo, de las culturas, de las religiones; la sorpresa fue que, a diferencia de lo que los científicos creían, la mayor parte del relato del protagonista eran datos ya conocidos en la actualidad.

        ¿Cómo es posible que alguien que haya vivido más de diez siglos no pueda decir mucho más de lo que los libros de historia cuentan? La respuesta es simple, él poseía la técnica, mas no la ciencia, el conocimiento.

        Como se ha estudiado, la técnica antigua se basaba en acciones que de alguna forma mejoraban la calidad de vida de las personas, sin embargo, no se cuestionaba su funcionamiento, no se interesaba en saber por qué sucedían las cosas, simplemente importaba que pasaran. Para el personaje principal, esta técnica se manifiesta en la forma de vida tribal en que vivía, para él no era importante conocer el porqué de las cosas, sino que con poseer la destreza era suficiente.

        Por ejemplo, él afirma que nunca guardó una herramienta antigua por el simple hecho de que no era relevante, no importaba el impacto histórico que podría tener, lo único importante era que funcionaran para lo que fueron diseñadas.

        Es imposible, por lo tanto, conocer algo antes de que suceda. Los humanos analizamos los hechos, conocemos después de haber investigado, no antes. Para el personaje la vida antigua era tal como la veía, ni los animales, ni las plantas, ni las herramientas, ni los procesos; nada había sido nombrado aún, simplemente eran, o sucedían, pero no existía la forma de clasificarlos como lo hacemos en la actualidad.

        Lo que llamamos “naturaleza empírica”, es el conjunto de acciones que poseen un fin, pero sin conocimiento científico. Es la técnica, es el proceso de ensayo y error hasta obtener un resultado favorable, sin detenerse a realizar un análisis de causas, consecuencias, o su funcionamiento en sí.  Además de cumplir el propósito de su creación, su utilidad radica en que presenta las bases para la ciencia: se necesita que un fenómeno suceda para poder investigarlo.

        Se puede concluir, entonces, que el conocimiento, la suposición y la prueba se encargan de transformar la técnica en tecnología. Cuando se realiza una acción por el simple hecho de que sirve para un propósito, se habla de técnica; pero cuando se conoce por qué ese proceso, o esa herramienta, sirven para un determinado trabajo, qué es lo que lo causa y cuáles son sus posibles efectos, hablamos ya de ciencia.

        Finalmente, es necesario recordar que los humanos estamos sujetos a nuestra ubicación sociocultural, y por ende, la ciencia también. Como se dijo al principio, nadie sabe más de lo que él u otros han investigado, nadie puede conocer algo que aún no ha pasado, o que aún no ha visto. Solo podemos aceptar lo que otras personas concluyeron, y suponer lo que está por ocurrir, sin llegar a tener certeza. Pero conforme se investigue, conforme avance la tecnología y se enriquezca la ciencia, seremos capaces de redefinir lo que damos por sentado, cambiar lo que hoy conocemos como “verdad”, y probar de nuevo que siempre habrá más por conocer.

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