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Ruben Jaramillo Velez


Enviado por   •  26 de Agosto de 2013  •  3.676 Palabras (15 Páginas)  •  391 Visitas

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El profesor Rubén Jaramillo Vélez ha impartido sus clases de filosofía por más de tres décadas en la Universidad Nacional. Su estatura intelectual va de la mano de su pasión docente y de su ethos civil. Consagró la mejor parte de su vida a la publicación de la Revista “Argumentos”, en la que se divulgó en nuestro país importantes obras de la Escuela de Fráncfort y la filosofía clásica alemana. Reproducimos un fragmento de una entrevista realizada por “Babel” de Medellín, 1995 –Víctor Bustamante Cañas, Juan Carlos Celis Ospina y Omar Urán– cedida generosamente a “Cuerpo de Letras”.

P - ¿En qué año se va usted para Alemania?

RJV - En 1965. Yo había estudiado en la universidad cuatro años alemán con una excelente profesora que también enseñaba en el Instituto Goethe. Para mí era muy importante aprender alemán, porque había estudiado filosofía y me daba cuenta de que las traducciones no daban la talla... Estudié con Danilo Cruz Vélez, quien también era un gran impulsor de la filosofía alemana, sentía por él una gran admiración y seguía sus cursos con gran interés... Ya había leído algunos autores alemanes. Leí mucho a Nietzsche, desde muy joven, comencé a leerlo a los 18 años, una experiencia muy significativa para mí. Antes de irme para Alemania ya había comenzado a leer en el original las primeras páginas del Zarathustra. Tuve una crisis muy profunda cuando me metí a un seminario sobre la Fenomenología del Espíritu de Hegel y no entendí absolutamente nada.

P - ¿Pero lo terminó o no?

RJV - Asistí durante todo el invierno al seminario, pero sólo después de que terminó el seminario me fui al “Apparat” –la biblioteca que organizan para cada seminario– y me puse a repasarlo, a leer todos los protocolos, las actas de las discusiones durante las sesiones. Leyendo a Hegel me tocaba dibujar las frases para no perderme respecto del sujeto, por ejemplo, o del predicado; para no perder nada de esa endemoniada sintaxis alemana… Tuve una crisis muy profunda, llegué a pensar que no iba a ser capaz. Pero además, es que yo llegué a Berlín exactamente en el momento cuando comenzó la revuelta…

P - ¿Y cómo fue eso?

RJV - Unos meses antes, tal vez en diciembre de 1964, habían organizado algunos estudiantes una manifestación frente a la sede del Concejo de Berlín contra Moisés Tshombe, el político congolés a quien se le adjudicaba la responsabilidad por el asesinato de Patricio Lumumba… Ese, me parece, fue el inicio del movimiento estudiantil en Berlín. Pero además, en la primavera del 65 los americanos comenzaron a bombardear el territorio de la República Democrática de Vietnam. Se produjo entonces una convergencia de diversos factores con los que afectaban específicamente a la vida académica, que condujo finalmente al estallido de la revuelta durante el semestre de verano. Justamente cuando llegué se inició, comenzaron a surgir Rudy, Rabehl y otros jóvenes que rápidamente se convertirían en los líderes de la misma.

P - ¿Era básicamente un movimiento de jóvenes, no se da una relación orgánica con otro tipo de partidos?

RJV - Se pueden registrar algunos antecedentes en el movimiento pacifista de la segunda mitad de los años cincuenta contra el rearme atómico (porque Adenauer había dicho que la bomba atómica no era más que “una artillería mejorada”). También en el movimiento contra la prohibición del partido comunista en el año 56. Había una izquierda liberal, los escritores daban expresión a cierto malestar… Marcuse dijo en una entrevista que le hicieron a raíz de mayo del 68 que el movimiento alemán había tenido unos siete años de preparación. En efecto, a comienzos de los sesenta, por ejemplo, empezaron a surgir los “asistentes”, individuos que habiendo terminado ya sus estudios le colaboraban a los ordinarios, a los profesores, y que jugaron un papel clave en la gestación del movimiento. Jóvenes académicos radicales, como Klaus Meschkat (que estuvo en Medellín, a comienzos de los setenta, como profesor de sociología); como Ekhardt Krippendorf, como Johannes Agnoly, asistente del profesor Kurt Flechtheim, el historiador del partido comunista alemán durante la República de Weimar… Fueron estos jóvenes intelectuales quienes comenzaron a luchar contra el olvido y contra las tendencias restauradoras, autoritarias, que impregnaron la “Era Adenauer”: se propusieron rescatar el pasado y propugnaron por una democratización de la sociedad y la universidad.

P - ¿Qué tiene que ver Daniel el Rojo? Él es de origen alemán...

RJV - Daniel Cohn-Bendit nunca tuvo ninguna importancia como ideólogo, como si la tuvo Rudy Dutschke, por ejemplo, que era un individuo de condiciones excepcionales, un tipo fuera de lo común... Una vez lo vi cuando llegaba a la biblioteca de la universidad a devolver nueve libros y a sacar otros tantos… Tenía todas las obras de Marx subrayadas en cuatro o cinco colores, conocía el ruso –incluso el ruso medieval– y trabajaba como asistente-investigador en el Instituto para la Europa Oriental de la Universidad Libre de Berlín… Otros dirigentes estudiantiles de gran formato eran Bernd Rabehl y Wolfgang Lefevre, a quien no lo querían dejar graduar porque polemizaba y tomaba partido contra Max Weber en su tesis…

P - ¿Conoció en algo la diferencia entre el movimiento juvenil alemán y francés?

RJV - No, nunca tuve suficiente intimidad con el movimiento francés. Los desarrollos de mayo del 68 en París los seguí a través de la TV. Pero en Alemania había comenzado tres años antes, en el 65.

P - ¿Eran mucho más maduros en Alemania?

RJV - Intelectualmente más maduro, la gente era mucho más sólida, mejor formada. Rudy Dutschke había crecido en la República Democrática Alemana (la comunista), de joven había querido ser periodista de deportes. Se vino de la RDA para Berlín occidental y no quería saber nada del marxismo. Pero lavando platos en el Hotel Hilton se encontró con un húngaro que había sido discípulo de Lukács. Fue ese húngaro el que le mostró la diferencia entre Marx y Stalin. Rudy, Bernd Rabehl, Klaus Meschkat, Wolfgang Lefevre, eran individuos sumamente serios, muy formados y estudiosos.

P - ¿Tuvo problemas Adorno con el movimiento estudiantil del 65 al 68?

RJV - Me atrevo a pensar que hubo algo de filisteísmo de su parte: él llamó a la policía para que ocupara el Instituto, inclusive su infarto se relacionaba con eso…

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