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ANALISIS DEL TLC PERÚ - EEUU.

Pilar CajánEnsayo12 de Mayo de 2016

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        UNIVERSIDAD SEÑOR DE SIPÁN        [pic 1]

ENSAYO

DERECHO DEL COMERCIO INTERNACIONAL

COQUIS CORTIJO, ROSA

NUÑEZ HERRERA, ALLY

[pic 2]

DOCENTE: MALDONADO GOMEZ, RENZO


ANALISIS DEL TLC PERÚ - EEUU.

Durante la época de 1950 el Perú vivía a espaldas de un mundo cada vez más globalizado; durante este tiempo el ingreso promedio de un peruano no era muy distinto del que registraba un mexicano, un chileno e incluso un portugués, sin embargo a inicios del siglo XXI las diferencias en ingresos eran enormes. ¿Qué ocurrió? ¿Qué dejamos de hacer? si las características tanto en tamaño como en cultura de estos países eran similares a las nuestras. Las respuestas a estas incógnitas se pueden resumir en que dichos países lograron abrir sus ec onomías al mundo haciendo uso de acuerdos comerciales, entre los que cabe mencionar a los Tratados de Libre Comercio, término que se ha vuelto más conocido para el mundo; pero muchas veces los beneficios que ofrece son tergiversados. Debido a este motivo el Perú quedó cincuenta años atrás en crecimiento económico.

Sucesivos gobiernos peruanos han asumido la necesidad de ingresar a mercados internacionales como un elemento que nos llevará automáticamente al desarrollo; en el afán de crecimiento se abandonaron las negociaciones en foros  multilaterales como la OMC (Organización Mundial del Comercio), que en principio resultaban convenientes puesto que incrementaban los beneficios en un contexto en el que gran parte de los países miembros eliminaban barreras al comercio, pero esto implicaba procesos extremadamente lentos y engorrosos. [pic 3]

Hace algunos años pudimos escuchar que si Perú firmaba un TLC con Estados Unidos, perjudicaría notablemente a las empresas nacionales; esto debido a que empresas norteamericanas tendrían un libre acceso a nuestro mercado y serian una amenaza por su capacidad productiva. Pero ¿sabíamos realmente en lo que consistía  el TLC Perú – EEUU?

Para poder entender cómo se llegó a tomar la decisión de firmar un TLC Perú-EEUU debemos saber un poco de Historia:

La primera relación que el Perú tuvo con EEUU fue La ley de preferencias Comerciales Andinas (ATPA); aprobada por el Congreso de los Estados Unidos el 4 de Diciembre de 1991 para apoyar la lucha contra las drogas. Brindaba acceso libre de aranceles a una parte muy importante de las exportaciones originarias en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.[pic 4]

La vigencia de esta ley era hasta el 4 de diciembre de 2001. Por ello, los sectores público y privado de estos países hicieron intensas gestiones para renovarla y ampliarla al resto de bienes, por ejemplo, en el caso del Perú, a los textiles y confecciones. Finalmente el 6 de agosto de 2002, Estados Unidos sanciono la Ley comercial, la cual contempla la renovación y ampliación de las preferencias comerciales andinas (ATPDEA) hasta el 31 de diciembre del 2006.

Dada la necesidad de establecer relaciones comerciales previsibles y estables una vez que concluyese el periodo de vigencia de la ATPDEA, Colombia, Ecuador y Perú comenzaron desde mayo de 2004 a negociar un acuerdo comercial con los Estados Unidos.

Dichas necesidades eran cubiertas por un TLC el cual es un acuerdo comercial vinculante que suscriben dos o más países para acordar la concesión de preferencias arancelarias mutuas y la reducción de barreras no arancelarias al comercio de bienes y servicios. A fin de profundizar la integración económica de los países firmantes, un TLC incorpora además de los temas de acceso a nuevos mercados, otros aspectos normativos relacionados al comercio, tales como propiedad intelectual, inversiones, políticas de competencia, servicios financieros, telecomunicaciones, comercio electrónico, asuntos laborales, disposiciones medioambientales y mecanismos de defensa comercial y de solución de controversias. Este acuerdo comercial tienen un plazo indefinido, es decir, permanece vigentes a lo largo del tiempo por lo que tiene carácter de perpetuidad.

En el 2004, cuando se inició la negociación del Tratado de Libre Comercio entre los países andinos (Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador) y los Estados Unidos, se afirmaba que el acuerdo no solo significaría un trato más justo e igualitario en el comercio con la potencia norteamericana, sino que, además, contribuiría a la integración regional, dado que el TLC sería consensuado, con posiciones comunes y un trato equitativo para todos los países andinos.

Sin embargo, una vez iniciada la negociación fue evidente que el debate se centró en los aspectos comerciales; mientras que la visión del TLC como mecanismo de desarrollo y de integración regional; con la prometida negociación conjunta y búsqueda de posiciones comunes; fue quedando de lado.

A pesar de ello, los gobiernos del Perú y Colombia decidieron avanzar sus TLC individualmente, cediendo en puntos clave sin considerar las posiciones de Bolivia y Ecuador, que reclamaban una negociación menos apresurada, quedando estos países marginados del proceso.

La razón alegada por el gobierno y los partidarios del TLC para apresurar la negociación, fue que los EE.UU podrían eliminar las preferencias comerciales otorgadas años atrás al Perú y otros países andinos bajo la Ley de Promoción Comercial y Erradicación de la Droga en los Andes (ATPDEA).

Así, nuestro país no solo debía acelerar la firma del TLC; además, tendría que asumir un fuerte costo; no para obtener mayores ventajas, sino apenas para seguir gozando de los que antes recibíamos libremente.

Este argumento ignoraba la realidad geopolítica de la región, asumiendo al ATPDEA como un favor de los EE.UU., cuando en realidad es parte de la compensación y apoyo debido a los países andinos por combatir el narcotráfico, que es alimentado por la demanda estadounidense.

Nadie reflejó mejor la precipitación para negociar que el entonces Presidente de la República, Alejandro Toledo, quien declaró que tendríamos un TLC con los Estados Unidos “sí o sí”, enviando a los negociadores estadounidenses un claro mensaje: el gobierno peruano estaba dispuesto a ceder tanto como fuera necesario para lograr el acuerdo.

Los resultados fueron imaginables: la negociación concluyó en el 2006 con el gobierno aceptando un acuerdo que no reconoció los derechos del Perú en temas fundamentales.

Más aún, dicho acuerdo fue ratificado por el Congreso en menos de un día, en una sesión casi clandestina, y, prácticamente, sin análisis ni debate. 

Más grave aún, fue que Alan García, quien como candidato presidencial se había comprometido públicamente a revisar el TLC “línea por línea” y renegociarlo; una vez que asumió la Presidencia en julio del 2006, no tuvo ningún problema en olvidar su promesa y firmar el acuerdo.

La ironía de esta historia es que el gran argumento para imponer el TLC a toda costa - asegurar al Perú contra la inminente eliminación del ATPDEA- resultó ser una cortina de humo. Hasta el día de hoy, Estados Unidos sigue concediendo y renovando los beneficios del ATPDEA, y aquellos países andinos que, como Bolivia, no suscribieron el TLC, siguen disfrutando de los mismos beneficios que el Perú alguna vez tuvo.

Lo sucedido en la negociación con los EE.UU. no fue excepcional. Similares arbitrariedades y precipitaciones se han visto en otros procesos, como el TLC con la Unión Europea, donde también tuvimos que hacer concesiones para poder mantener lo que ya teníamos bajo el Sistema General de Preferencias de la UE.

Igualmente, esa negociación se inició como un proceso andino, que luego se desintegró, producto de la presión europea y la desunión entre el Perú y nuestros vecinos, con el Presidente García amenazando con retirar al Perú de la Comunidad Andina, si esta se convertía en un impedimento para lograr el TLC con los europeos.

También ese acuerdo con la UE fue presentado como inevitable, replicando el “sí o sí” del TLC con los EE.UU., con lo cual nuestros gobernantes no solo debilitaron nuestra posición negociadora, sino que, además, renunciaron a explorar mecanismos alternativos de integración comercial donde nuestro país habría podido encontrar un trato más equitativo.

A pesar de todo esto firmar un TLC con países desarrollados tiene sus beneficios los cuales defiende el economista Jagdish Bhagwati. Él dice que si un país ya tiene una política de aranceles bajos, puede y debe buscar tener acuerdos bilaterales con sus socios comerciales más importantes. Por ello la necesidad de plantear el tratado de libre comercio con los Estados Unidos como un primer paso hacia una verdadera definición de la política comercial peruana.[pic 5]

Antes de comenzar el debate sobre los pros y los contras de firmar un TLC con los Estados Unidos, señalamos cuales fueron los principales beneficios que se pusieron en discusión para firmar dicho tratado de libre comercio:

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