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Abejas


Enviado por   •  25 de Junio de 2014  •  Informes  •  2.131 Palabras (9 Páginas)  •  256 Visitas

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Caracteres anatómicos: El cuerpo de cada abeja queda claramente dividido en tres partes:

- La cabeza: que lleva grandes ojos a los lados (dos compuestos y facetados, permitiendo la visión lateral y posterior, y tres simples), en su parte inferior la boca (trompa, mandíbula y maxilares) y en la anterior las dos antenas (órgano del tacto, olfato y oído).

- El tórax: a cuyos lados se asientan dos pares de alas, y, en su parte inferior, tres pares de patas. Las posteriores de la obrera poseen una cavidad para juntar el polen y el propóleo es retirado por las patas opuestas. El buche es elástico, almacena líquidos azucarados que luego han de constituir la miel.

- El abdomen: formado por ocho anillos distintos y contiene el aparato digestivo y respiratorio. En su extremidad se halla el aguijón que se comunica con una glándula venenosa.

Una vida social muy organizada:

Como las hormigas, las abejas son insectos sociales, no pueden tener una existencia aislada y necesitan vivir en colonia. Una colonia muy fuertemente organizada, siempre compuesta de obreras, de zánganos y de una sola reina.

Tipos de individuos:

Reina: En una colonia de abejas sólo puede haber una reina. Nace en un alvéolo real*, un alvéolo más grande que los otros de forma oblonga construido especialmente por las obreras para abrigar larvas reales. Para asegurar la perennidad de la especie la colmena tiene siempre varios alvéolos reales conteniendo cada uno una larva alimentada con jalea real y susceptible de volverse reina.

Nada más nacer la primera reina tiene como misión la de matar todas las larvas de las otras celdas reales. Debe reinar sin reparto sobre la colonia. Si una segunda reina nace al mismo tiempo, las dos reinas se entablan en una batalla a muerte y la que salga victoriosa será la que mande sobre la colmena. Tres a seis días después de su nacimiento, la joven reina emprende el vuelo para un vuelo nupcial único donde va a unirse cinco o seis veces a una decena de zánganos. El vuelo puede repetirse hasta que la espermateca de la reina -especie de reserva para espermatozoides- esté llena. Una vez fecundada vuelve a la colmena, dónde empieza su vida de ponedora. Jamás saldrá durante los 4 o 5 años que dure su existencia y tendrá una sola misión, poner sin descanso ¡hasta 2.000 huevos al día! (cerca de 1 huevo/minuto). Continuamente rodeada, protegida y alimentada por las obreras, es el objeto de todos sus cuidados.

Primero porque de todas las abejas es la única que tiene la función de reproducción siendo las obreras estériles. Pone a discreción huevos machos o hembras, según su fecundación: los huevos fecundados producen obreras, los que no son fecundados dan nacimiento a los zánganos.

Luego para determinar toda la vida de la colmena, segrega una sustancia química llamada feromona, específica de cada colmena, indispensable a la cohesión social. Las abejas tocan y lamen ésta secreción, de dónde sacan toda la información necesaria a la organización del trabajo.

-Zánganos: son los únicos machos de la colonia. Son solo un centenar, son más gordos, ojos muy voluminosos, más redondos y más peludos que las obreras. Son tolerados en el seno de la colmena como fecundadores potenciales de la reina y viven en primavera y en verano. No siendo capaces de alimentarse por sí mismos, son alimentados por las obreras. Como no tienen aguijón no pueden asegurar la protección de la colonia y su misión esencial es la de fecundar a la reina.

-Obreras: son exclusivamente abejas hembras, las más numerosas de la colonia (cerca de 30.000 hasta 70.000 por colmena). Trabajan sin tregua, y se encargan de todas las tareas inherentes al buen funcionamiento de la colmena. Son hembras que no ponen huevos. Durante los cuatros primeros días de su vida, la obrera limpia los alvéolos y la colmena. Del día 5 al día 11, es nodriza y ceba de jalea real las larvas de los alvéolos reales. Del día 11 al día 13, se convierte en almacenera: su papel consiste en almacenar el polen y el néctar en los alvéolos y en ventilar la colmena, agitando muy rápidamente sus alas, para mantener así una temperatura y humedad constante. Del día 14 al día 17 las glándulas productoras de cera de su abdomen ya desarrolladas, se vuelve cerera y edifica los panales. Del día 18 al día 21 es centinela y está de guardia a la entrada de la colmena para rechazar a los intrusos, avispas, mariposas e incluso a los zánganos. A partir del día 22 y hasta su muerte irá de flor en flor a cosechar néctar, polen y propolis : se vuelve libadora y trae la comida a la colmena.

La alimentación de las abejas:

Las abejas precisan dos tipos de alimentos. Las pecoreras, para la recolección y almacenado en sus depósitos buscan la miel, rica en materia azucarada y que proporciona al cuerpo de la abeja el material combustible, y el polen, rico en proteínas, alimento constructivo indispensable para el crecimiento. Ambos alimentos los recogen de las flores. Durante el invierno no pierden totalmente el apetito, pero entonces no hay flores. Por esto reúnen las abejas, durante la primavera y el verano un exceso de miel que almacenan en la colmena. Pero el polen no se acumula como reserva invernal más que la cantidad indispensable para la cría durante los meses de invierno. En las flores, en el fondo del cáliz se encuentra una diminuta gotita compuesta de agua azucarada llamada néctar. El estómago de las abejas es simplemente un saco de recolección, y lo introducido y contenido en él pertenece a toda la colmena. Durante la visita que la abeja hace a las flores, va pasando a su estómago, a través de la trompa y del largo esófago gotita tras gotita de néctar. Cuando la abeja tiene hambre abre un poco la válvula que enlaza es estómago “social” con el resto del conducto digestivo. Pero la mayor parte de lo recolectado pasa a la comunidad. El néctar recién recogido se distribuye al llegar a la colmena entre gran número de sus habitantes; estos lo regurgitan repetidamente, exponiéndolo al aire caliente de la colmena, con lo que sufre una concentración por pérdida de agua para finalmente ser depositado en una celdilla abierta donde se concentra más todavía. Así, en unos pocos días estará transformado en

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