Alquimia Oscura
Ram_Leyva11 de Marzo de 2014
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NIGROMANCIA & NECROMANCIA, la Alquimia Oscura
Por Raziel von Edler
Según los diccionarios, la Nigromancia es un conjunto de ritos y conjuros con los que se
pretende desvelar el futuro invocando a los muertos.
Pero añado: Es una rama de la Alquimia. Y sólo con esto, estoy diciendo la realidad.
En base a la distorsión e desinformación, la Nigromancia está considerada Magia Negra o
Diabólica. Pero, en realidad, como toda rama de la Alquimia, estudia la transformación de
cuerpos u objetos hacia otro nivel, superior o inferior (Arriba o Abajo). En este caso, la muerte,
la energía de la muerte y sus manifestaciones, su esencia, su fuerza, etc.
En este artículo, al que le he dedicado algún tiempo, trato de mostrar las distintas versiones
existentes hasta llegar a la definitiva y real de las Artes Arcanas Oscuras que no son blancas ni
negras: Nigromancia y Necromancia.
Espero que les guste el enfoque. Soy objetivo al máximo.
¿Pero hasta qué punto son ciertas las distintas versiones?
La Magia no tiene color, realmente. La Nigromancia y Necromancia, tampoco. El color lo
aporta el ejecutante. Puede darse el caso, de que basándonos en la primera definición, estos
ritos y conjuros invocando a los muertos sea para un acto, ¿digamos positivo? Pues en
realidad, SI.
Estamos de acuerdo, que la Nigromancia está considerada una rama de la magia y de la
alquimia; pero generalmente negra por distorsión. ¿Negra, diabólica cómo piensan muchos?
Esto último no es cierto, por el hecho que este arte está en las manos del nigromante, y estas
manos pueden ser blancas, negras o sencillamente, y lo más importante: manos alquímicas.
¿Por qué no? Podemos darle a la Nigromancia y sus practicantes el beneficio de la duda, ¿no?
Se dice que,
Un nigromante es un estudioso de la alquimia oscura, para ser más exactos. Un Necromante
aplica los medios (la magia) a su disposición para un determinado propósito.
La Magia, generalmente, usa las fuerzas de la naturaleza para obtener algún propósito. Pero se
basa, fundamentalmente en la creencia, en la Fe en uno mismo. La Nigromancia no usa las
fuerzas de la naturaleza pues su rango es superior, en poder. Es Alquimia. Por tanto, toda rama
de la magia que usa la invocación de los muertos, la sangre y otros objetos del género, es
considerada negra por definición.
En mi opinión, la Nigromancia, en buenas manos, deja de ser negra o blanca. Pero sus estudios
se basan en la muerte, en todos sus aspectos no físicos. En este mundo en el que vivimos, con
todos sus dogmas, sólo está bien visto el estudio de la muerte física.
Acaso, ¿centrarse en el estudio de los muertos, el control de la materia, espíritus, energías,
alquimia, etc implicaría realizar un acto diabólico? Si la respuesta es sí; entonces ¿qué son los
forenses? Por supuesto, magos no son, pero su estudio se centra en los cadáveres como
materia, por supuesto. Y esto los diferencia del estudio nigromante.
Y en este punto son los forenses, ¿diabólicos?
Y los antiguos egipcios ante el ritual funerario, también ¿eran diabólicos?
El Libro de los Muertos egipcio, ¿es un libro diabólico? NO. Es un libro que está en constante
estudio por parte de arqueólogos, erúditos, nigromantes, necromantes, magos, brujos, etc.
Leámos lo siguiente:
“La nigromancia es un tipo de magia, generalmente negra que busca la adivinación mediante
la invocación de los muertos. La nigromancia difiere del espiritismo en el momento en el que no
necesita un médium para contactar con los difuntos. Es un arte que mezcla la tradición de los
antiguos egipcios y la magia iraní, y por lo tanto existen dos clases de nigromancias: la
luminosa (que no sería magia negra) y la de las tinieblas... y por esto las evocaciones de cada
una se realiza de manera distinta, la primera se realiza mediante plegarias, pentáculos y
aceites, y la segunda se realiza mediante los sacrilegios y la sangre. No se conoce cómo eran las
ceremonias que realizaban las brujas tesalónicas o las Canídias romanas, pero si se sabe cómo
eran los ritos de los nigromantes medievales. En la Edad Media la nigromancia negra
profanaba las tumbas, y componía filtros y ungüentos con la grasa y sangre de los cadáveres,
mezcladas con acónito, belladona, hongos venenosos, polvos de sapos disecados y cenizas de
hostias consagradas. Se frotaban, los nigromantes, sienes, manos y pecho con ese ungüento;
trazaban el pentáculo inverso, y evocaban a los difuntos en cementerios abandonados. La
nigromancia negra ha ido cambiando a lo largo de su historia, ya que el concepto de demonio
ha cambiado. En el Antiguo Testamento el demonio era un ser secundario y que se podía
dominar siguiendo los ritos adecuados, pero en el Nuevo Testamento el demonio podía influir
en las personas y poseía más poder, por ello los ritos de los antiguos magos europeos tendrán
poco que ver con los ritos de los magos medievales. Los nigromantes medievales eran seres
alienados y locos, en sus ritos entraban en estado de paranoia, imaginamos que estas
alucinaciones serían fruto de los brebajes que tomaban. Decir que los ritos medievales no eran
regulares, no obedecían a ningunas normas estrictas, y aunque la base fuese la misma en
todos, iban cambiando según el capricho del líder que los protagonizaba.”
Habla de dos clases de Nigromancia, expresa lo que yo estoy intentando comunicar. Que este
arte no es negro per sé, sino que el ejecutante lo transforma según su voluntad y propósito.
Entonces, no se trata de clasificar un arte en negro o diabólico por el simple hecho de que
“todos” consideran que es. Es introducir en el mismo saco a unos y otros, es dar una versión
interesada que beneficia a algunos. Y antiguamente, los beneficiarios eran los Inquisidores.
Antes de hablar de la Santa Inquisión, quiero exponer el proceso de embalsamiento,
momificación en el ritual funerario egipcio.
Embalsamamiento en el Antiguo Egipto, un proceso funerario considerado el Origen de la
Nigromancia.
Los orígenes de la momificación en Egipto se deben a las condiciones climáticas y orográficas
de sus tierras. En tiempos prehistóricos se enterraba a los muertos en la arena del desierto
envueltos en pieles de animales o en esteras. El ambiente, seco y ardiente, absorbía el agua de
los tejidos de los cuerpos, que así se conservaban, convirtiéndolos en momias naturales.
Cuando al principio de la historia se comenzaron a construir tumbas y a enterrar a los muertos
en ataúdes, dejaron de existir estas condiciones naturales de conservación y los cadáveres se
descomponían. Pero según las ideas religiosas del antiguo Egipto, para que se diera vida en el
más allá era imprescindible la conservación del cuerpo terrenal, por lo que se empezó a
experimentar de qué forma se podía conservar éste de la descomposición natural.
Se descubrió que sin extraer los órganos internos de la caja torácica y del vientre no se podía
evitar la descomposición. Así los embalsamadores del Imperio Antiguo comenzaron a abrir las
cavidades ventrales de los difuntos y a extraer las vísceras. Pero no se logró, pese a la
extracción de las vísceras, conservar los tejidos del cuerpo de forma tal que llegaran intactos
hasta nuestros días. La envoltura de lino se encuentra en un estado todavía muy bueno y en
ella se hace apreciable el esfuerzo de los egipcios por conservar el cuerpo después de la muerte.
Será ya en el Imperio Medio cuando se dio el paso siguiente en el desarrollo de la técnica de la
momificación, consiste en la extracción del cerebro del cráneo. Este procedimiento al principio
solo se aplicó en casos muy aislados. A partir del Imperio Nuevo se generalizó extraer del
cuerpo tanto el cerebro como las vísceras para embalsamarlo.
PROCESO DE MOMIFICACIÓN:
De este proceso solo tenemos la información recopilada por un viajero y escritor del siglo V a.C.
Heródoto.
Solo dos papiros de la época romana describen el llamado ritual de embalsamamiento, pero
aquí solo se trata de instrucciones de carácter ritual, de cómo debe ungirse, vendarse y
proveerse con la protección mágica mediante amuletos y conjuros cada una de las partes del
cuerpo. La técnica de conservación del cuerpo no se describe en ellos.
Los embalsamadores trabajaban fuera de las localidades, a orillas del Nilo o de una acequia
que arrancaba del mismo, ya que para limpiar los cuerpos necesitaban agua en abundancia.
Los hallazgos de materia vegetal que quedó accidentalmente como residuo en los cuerpos de
las momias evidencia, además, que el embalsamamiento se llevaba a cabo al aire libre. El
cuerpo yacía para ello sobre una mesa de piedra o de madera. Para un embalsamamiento real
se utilizaban mesas mucho más ostentosas comparables con las de alabastro que se utilizaron
para momificar los cuerpos de los toros Apis.
Según Heródoto, los embalsamadores comenzaban a trabajar por la cabeza del cadáver
extrayendo de ella el cerebro, mediante unos ganchos de bronce
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