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Cancer De Mama

armand09526 de Septiembre de 2014

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Introducción

Tanto la salud como la enfermedad son altamente influenciables por factores sociales, culturales, económicos y ambientales. Todos estos factores actúan sobre la zona neutra del continuo, provocando la evolución hacia la salud o hacia la enfermedad, positiva o negativamente, de acuerdo con su mala o buena calidad.

El aumento de la esperanza de vida y la creciente exposición a los llamados riesgos emergentes, relacionados en su mayoría con estilos de vida poco saludables, han modificado el cuadro de las principales causas de muerte.

México presenta una transición epidemiológica que se caracteriza por el predominio cada vez mayor de las enfermedades no transmisibles y las lesiones.

Ante tales circunstancias, la protección de la salud de los mexicanos requiere de estrategias integrales, diferenciadas, que fortalezcan y amplíen la lucha contra los riesgos sanitarios y favorezcan la cultura de la salud y el desarrollo de oportunidades para elegir estilos de vida saludables. La política nacional debe incidir sobre los determinantes críticos de la salud y adaptar los servicios de todo el sector a las nuevas necesidades, promoviendo altos niveles de calidad, seguridad y eficiencia.

Objetivos

General:

• El alumno tendrá la capacidad de identificar los elementos básicos de la salud pública que le permitan conocer los problemas de salud y de esta manera pueda hacer propuestas de solución a los mismos

Específico:

• Conocer las definiciones de salud, enfermedad, salud mental, física, social y espiritual

• Conocer los riesgos, desastres y emergencias comunes en el Estado de Tabasco, en el País y en América Latina.

• Aprender la importancia en la Atención Primaria de Salud

• Conocer la importancia del Sistema Nacional de Salud, así como sus objetivos y funciones

• Conocer la importancia del Programa de Protección Financiera

1.1 Evolución de salud publica y medicina preventiva.

El concepto de salud que se ha tenido hasta bien avanzado el siglo XX, y que aún hoy mantiene gran parte de la comunidad, ha sido de carácter negativo. Esta ausencia de enfermedad, la salud venía definida por la no percepción de enfermedad por parte del médico, la sensación de salud del ciudadano, las causas, circunstancias o condiciones por las que aquélla se produce (determinantes de salud), los criterios políticos, sociales y económicos dominantes y los conocimientos científicos.

Desde la más remota antigüedad, cuando los hombres se reunían en agrupaciones para constituir familias, tribus, poblados, regiones o países, siempre creaban un sistema que se encargaba de cuidar su salud, un bien muy apreciado dada su necesidad para la caza, la guerra, el amor, etc. Así aparecieron los primeros cuidadores de salud (sacerdotes, brujos, chamanes y curanderos) y empezaron a tomarse las primeras medidas sanitarias. Eran normas cívico-religiosas, culturales, estéticas y legislativas, dirigidas a conservar la salud individual y colectiva para conseguir la supervivencia y bienestar del grupo.

Los egipcios introdujeron normas de higiene personal, conservaron el agua destinada al consumo sin contaminar y construyeron canales de desagüe para las aguas residuales. Los hebreos mantuvieron las normas aprendidas de los egipcios y. mejorándolas, crearon un código escrito, el Levítico (1500 a.C.). En éste se recogían deberes personales y comunitarios de higiene, como el aseo personal, el aislamiento de leprosos, la recogida de basuras y desechos, la protección de la maternidad, la pureza del agua y la eliminación de aguas residuales.

La civilización griega se caracterizó por desarrollar las normas de salud pública hasta grados no alcanzados con anterioridad. Consideró todas las normas previas y desarrolló entre otras la higiene personal, el deporte, el culto a la belleza, la dieta alimenticia correcta y el saneamiento del medio ambiente. Durante el dominio del Imperio Romano se mantuvieron las normas de culturas anteriores y la ingeniería sanitaria avanzó en gran medida con obras como los baños públicos, las termas, los acueductos, la evacuación de aguas residuales o la eliminación de desechos. El gran desarrollo de la salud pública que se produjo en la época griega y romana está íntimamente ligado a las ideas de mejorar tanto el bienestar individual como el refinamiento y la estética presentes en estas civilizaciones.

Sin embargo, en ocasiones el concepto positivo de mejora de la salud coexiste con uno negativo de eliminación deliberada de débiles e inválidos, fundamentalmente en la cultura griega.

En la Edad Media, coincidiendo con el apogeo del cristianismo, se observa un retroceso en las normas de higiene y salud pública, quizá con la única excepción de la cultura árabe. En los territorios conquistados por los musulmanes se mantuvieron las normas de higiene y se produjo un gran desarrollo de las ciencias médicas. Por ejemplo, Mahoma prohíbe el consumo de carne de cerdo por la gran infestación de triquinosis que existía en el norte de África, y el consumo de alcohol para evitar la deshidratación de sus ejércitos. Aparecen las grandes figuras de la medicina árabe como Averroes, Avicena y otros. En el mundo cristiano, el desprecio de lo mundano y el cambio en las costumbres de la higiene personal, por considerar inmoral la contemplación del propio cuerpo, lograron que se abandonase el baño corporal. La supresión de prácticas de recogida de aguas residuales y basuras, así como el abandono de los baños, las termas, las cloacas y los acueductos construidos por los romanos, llenaron las ciudades de suciedad, inmundicias y malos olores, lo que favoreció la aparición de grandes plagas de transmisión fecohídrica (fiebre tifoidea) y por parásitos y roedores (peste y tifus exantemático).

Las malas condiciones socioeconómicas, la falta de alimentos, los grandes movimientos migratorios por motivos bélicos (expansión de los árabes), religiosos (peregrinación a La Meca o cruzadas) y comerciales (apertura de las rutas transcaucásicas entre Oriente y Occidente, comercio marítimo, etc.), unidos a la falta de higiene, dieron lugar a las mayores epidemias de la historia de la humanidad; de ahí que la Edad Media se conozca, sanitariamente, como período de las grandes epidemias.

La peste invadió Europa en el siglo XIV a través de los contactos comerciales con Oriente. Se calcula que causó 25 millones de muertos, más de la tercera parte de la población del continente. Para combatirla se declararon estados de cuarentena en los puertos y fronteras y se establecieron cordones sanitarios que se demostraron ineficaces.

El primer aldabazo de la conciencia sanitaria en la época contemporánea es obra de Johan Peter Frank, quien a principios del siglo XIX, con sus seis volúmenes de Política sanitaria (publicados entre 1779 y 1819) y su conferencia en la ciudad de Padua Miseria populorum morboram genitrice, establece los principios de las acciones sanitarias gubernamentales. Sin embargo, es a mediados del siglo XIX (1839 a 1850) con los informes de Farr (1839), Chadwick (1842) y Shattuck (1848-1850), cuando se inicia realmente la salud pública como filosofía social, práctica administrativa y política de gobierno. En este momento se establecen las bases de lo que será el verdadero comienzo, aunque lento y dificultoso, de la salud pública y de los servicios de salud destinados a dar cobertura sanitaria a la población.

William Farr (1839), encargado de las estadísticas sanitarias de Londres, estudió las diferencias entre la mortalidad infantil y la expectativa de vida entre las distintas clases sociales, y observó que un niño de la clase social VI tenía siete veces más posibilidades de morir que aquéllos de la clase social I. Por otra parte, la expectativa de vida media para la clase social VI era inferior a los 23 años,

en comparación con los 45 años de la clase I.

En 1842 el informe dirigido por Edwin Chadwick sobre el estado higiénico de las grandes ciudades y los distritos populosos de Inglaterra y Gales, insistió en la relación entre pobreza y enfermedad, y señaló que «mientras los habitantes de los lugares abandonados y sucios de las ciudades sean incapaces de valerse por sí mismos y obtener viviendas mejores y más saludables, con aire y luz suficientes, con abastecimiento de agua potable y con sistemas de eliminación de aguas residuales, su salud y fuerza física se verán perjudicadas, y sus vidas acortadas, por la influencia del medio ambiente exterior». Este informe fue expuesto tras un año de estudio y concluyó que la salud depende en gran medida de las condiciones socioeconómicas y del saneamiento medioambiental.

Como consecuencia, recomendó la mejora del saneamiento, la creación de cuerpos sanitarios dedicados a la protección de la salud de las poblaciones y el desarrollo de acciones directas respecto a determinados problemas, como la salud materno-infantil.

En 1850 se emitió el Informe de la Comisión Sanitaria de Massachusetts, presidida por Lemuel Shattuck, que en la actualidad se considera la más importante contribución a los orígenes de la salud pública norteamericana. Entre otras, incluye las siguientes recomendaciones para la mejora de la salud en el estado de Massachusetts: establecimiento de juntas locales y del estado de sanidad, creación del cuerpo de policía sanitaria, elaboración de estadísticas vitales, puesta en marcha de procesos de saneamiento, estudio de la salud de los escolares, tuberculosis,

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