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Ciencia.


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2013  •  Ensayos  •  563 Palabras (3 Páginas)  •  161 Visitas

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En el afán de ser completamente honesta, he de iniciar admitiendo que durante los diez primeros minutos de lectura el libo me parecía no solo aburrido y en cierta medida malinchista, sino que incluso llegue a tener la ligera impresión de que ya había leído y escuchado antes decenas de documentos y opiniones iguales; quejas sobre si la colonización a manos de España lejos de representar un beneficio había sido y sigue siendo una cruz que hasta el día de hoy debemos cargar y gracias a la cual después de poco más de cinco siglos seguimos estando, pero me estaba equivocando si bien el autor adopta en las primeras páginas una postura severamente critica para con el país, a lo largo de la lectura uno empieza a entender que lo único que Eduardo del Rio pretende es mostrar la visión que se tiene de México en términos internacionales, pero sobre todo donde tiene origen esa (en muchos casos) mala impresión que actualmente damos como nación.

Hay que admitir que el autor tiene razón en muchos aspectos, y es que concuerdo completamente en que la llegada de los españoles represento un proceso de destrucción, y se pisoteó a todo un pueblo y una cultura con el único afán de llenarse los bolsillos, pero el verdadero problema no es lo que haya pasado hace quinientos años, porque hace quinientos años no existían ni la ONU ni otras tantas instituciones que alardean de proteger y velar por la paz mundial y los derechos humanos. Lo verdaderamente triste es que todo aquello de lo que nos asombramos al leer este libro sigue pasando y no solo hablo de la marginación y discriminación hacia los indígenas ni que en un sinfín de países se siga viendo a las mujeres como seres inferiores y sigan siendo violadas, maltratadas, o que a los más pobres y necesitados se les considere sinónimos de mano de obra barata o peor aún que en pleno año 2011 sigamos viendo invasiones, guerras y demás atrocidades solo por el afán de conseguir más para sí mismos, lo peor de todo, el colmo de los colmos, ahora a los asesinos se les entregan medallas de honor.

¡Señores!...aun pasa, por muchos tratados y convenios de paz que se firmen y por muchas organizaciones que se funden, la realidad está aquí, frente a nuestras narices y seguimos cerrando los ojos para que no nos vea. En un principio teníamos a quien echarle la culpa, pero si actualmente estos atropellos se siguen dando yo me pregunto ¿Cuál es, o mejor dicho donde radica el problema? ¿A quién vamos a culpar ahora? Cristóbal Colón, Hernán Cortez, la Iglesia, la Santa Inquisición, ellos solo nos dieron el molde, pero la culpa es nuestra, porque seguimos maltratando, marginando, discriminando, porque seguimos teniendo una manera de pensar muy pobre y seguimos tontamente un modelo que desde el inicio fue un perfecto fracaso.

No podría estar más de acuerdo con el autor quien da una sencilla y a la vez complicada solución, que no es ni escribir ni leer libros o

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