Contabilidad
atipuLatipuL10 de Diciembre de 2013
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Contador, del latín computātor, es un adjetivo que hace referencia a aquel que cuenta. El verbo contar, por su parte, tiene múltiples significados: puede referirse a numerar o computar cosas; poner a alguien en el número que le corresponde; referir un suceso; o considerar.
Como sustantivo, un contador o contable es un individuo que aplica, gestiona, interpreta y registra la contabilidad de una empresa o de una persona. Su objetivo es llevar la historia contable de la entidad, producir informes internos o para terceros y aportar información útil para la toma de decisiones financieras.
Convertirse en contador requiere del curso de estudios universitarios de grado. De acuerdo al país, el título obtenido se conoce como Contador Público Nacional, Contador Público Colegiado, Licenciado en Contabilidad, etc.
La competencia profesional, más que un principio establecido por una norma, es una obligación personal y profesional de todo Contador Público. Un compromiso con su profesión y consigo mismo.
La competencia profesional es el elemento que garantiza la idoneidad de un Contador o de cualquier otro profesional.
La coyuntura actual del mercado laboral, las exigencias de las nuevas tendencias contables, y el proceso de globalización que se está viviendo, exigen al contador que sea un profesional competente, con altos estándares de formación que le permitan afrontar los constantes y nuevos retos.
Hasta la fecha, son muchos los empresarios que consideran al contador una obligación legal, más no una herramienta para el desarrollo de su empresa. Algunos solo los contratan para firmar declaraciones, estados financieros para los bancos y para responder requerimientos de la Dian.
Esta percepción lamentable en gran parte se debe al poco valor agregado que algunos Contadores ofrecen a sus clientes.
El valor agregado que un profesional puede brindar a sus clientes es directamente proporcional con su competencia. Para asesorar a una empresa se requiere un amplio conocimiento y experiencia, y la única forma de conseguir estos elementos es a través de una formación e investigación continua.
Dice la ley 43 que un Contador sólo debe contratar trabajos que esté en capacidad de ejecutar de forma eficiente y satisfactoria, y esto solo será posible si el Contador es un profesional competente, comprometido con su profesión, con el cliente y con su propio proyecto de vida.
Muchos de los problemas actuales de nuestra profesión son derivados de la falta de competencia profesional. No son muchos los Contadores con estudios de especialización y menos de maestría [¿cuantos con doctorado?]. Tampoco son muchos los Contadores que acuden a seminarios, simposios, congresos, etc. Son pocos los Contadores que escriben libro, revistas, etc.
Un buen punto de referencia para determinar el compromiso, la responsabilidad y por consiguiente la competencia de un profesional es su biblioteca, y la biblioteca del contador promedio no es la mas completa que se quisiera tener. Es posible encontrar profesionales que no tienen un estatuto tributario, y algunos ni siquiera un plan único de cuentas; por suerte son muy pocos.
Corresponde a todos asumir mayor responsabilidad y compromiso con nuestra competencia profesional. Es una labor que debe ser impulsada por las universidades, editoriales, las mismas empresas y demás medios relacionados con nuestra profesión.
Una profesión puede salir avante a cualquier desafió en la medida en que todos su profesionales se esfuercen por mantener una alta calidad y un alto perfil, y ese debe ser nuestro objetivo, el cual en ningún momento podemos perder de vista.
La contabilidad ha sido y siempre será una herramienta imprescindible para toda empresa y por consiguiente para el desarrollo económico de un país, y de ahí la gran importancia de impulsar la calidad de sus profesionales,
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