Cómo Hacer La Toma De Caso
lapilarica17 de Octubre de 2013
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¿Cómo Hacer La Toma de Caso? Para el Médico consciente que busca constantemente la mejor forma de ayudar a su paciente, posiblemente una de las tareas más arduas sea encontrar la mejor forma de realizar una historia de su paciente que lo lleve a encontrar un diagnóstico adecuado y de este un tratamiento acertado. Quizás no sea una verdad nueva, y Uds. dirán que más bien es un planteamiento lógico y que siempre a sido una verdad. Pues esto no es del todo cierto, pues apenas a principios del siglo XX, recién se realiza un bosquejo de los pasos a seguir para la Toma del Caso, en Alopatía se ha buscado dar siempre un diagnóstico patológico, para hallar un diagnóstico de la enfermedad o de las enfermedades, que se encuentran en el paciente. Es decir siempre a sido muy importante buscar en lo más íntimo de la materia, esa alteración llamada enfermedad. De aquí se ha partido para curar enfermedades y no enfermos, y por esto las enfermedades han desaparecido o han cambiado de nombre y los enfermos todavía se mantienen esperando ser escuchados. Por otra parte a principios del siglo XIX, hace ya 200 años, Hahnemann nos deja en su Organón de la Medicina, entre los parágrafos 83 al 104, los pasos a seguir para la adecuada Toma del Caso, y nos indica lo que siempre es repetitivo en Homeopatía: "No es importante uno, dos, tres o más síntomas sino, la totalidad de los síntomas", es decir el paciente en su integridad funcional, tanto mente, espíritu o materia, buscando esa singularidad, que nos llevará a un diagnóstico total y apropiado, lo cual redundará en encontrar el medicamento único, adecuado para esta persona en particular.¨ Si queremos hablar de la Toma del Caso, tenemos que referirnos necesariamente al QUEHACER MEDICO, de la actitud del profesional frente a su paciente y frente a sí mismo, es que acaso el paciente tiene que adaptarse al Médico y agradecerle infinitamente por la curación casi ''sublime'' que va a realizar en su persona, o es que tal vez el Médico debe estar agradecido con el paciente por haberle escogido a él entre tantos y tantos colegas que existen, posiblemente cada cual mejor. Se sabe que cuando un Médico ayuda a una persona enferma, recibe una bendición para poder seguir en su labor diaria, lo que nos ayuda aumentar nuestra capacidad de curación. Por lo tanto debemos estar agradecidos con nuestros pacientes que nos llenan de bendiciones. Nuestra actitud debe dejar de lado la prepotencia, el falso orgullo, el creerse mejor que nadie, el no aceptar la opinión de los colegas, convencidos equivocadamente de que nuestra verdad es la única y que opiniones contrarias son falsas. Recordemos siempre que somos ante todo Médicos y que de alguna forma nosotros no escogimos serlo, sino que estamos en esta vida para trabajar en la más sublime de las profesiones.
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El Maestro Dr. David Flores Toledo en su obra Iniciación a la Homeopatía nos dice: "El que quiere ejercer la Homeopatía, tendrá que dedicarse básicamente a ejercerla y accesoriamente a otras actividades, pues si tiene empleos o aficiones que lo distraigan seis u ocho horas al día, para después asistir a su consultorio; lo que le dará al paciente será lo que le sobra y al enfermo no tenemos derecho a darle sobras, tenemos que darle lo mejor de nosotros mismos cada día" En La Toma del Caso me gustaría enumerar diez indicaciones prohibidas para el Médico: 1. No confiar solo en la memoria, más vale la mas pálida escritura que la mejor de las memorias. 2. No prejuzgar, no predisponerse, pensar de inicio que el paciente es tal o cual medicamento, nos llevará a prescribir erróneamente. Si es un paciente que ya ha sido atendido por un colega Homeópata, no preguntar inicialmente que medicamento le administraron. 3. No estar apurado, si tienen algo más que hacer, déjenlo de lado, primero está la vida de su paciente. No atiendan rápidamente, porque en la sala de espera están esperando más pacientes. El Médico homeópata no debería atender bajo previa cita, porque posiblemente exista personas que necesiten más tiempo de lo pensado. Puede suceder que necesitemos de varias consultas para llegar al medicamento adecuado 4. No interrumpir, no hablar mucho, deberíamos hacer voto de silencio mientras el paciente nos relata sus síntomas, podemos guiar pero no imponer. El que debe escuchar es el Médico, no el paciente. Hahnemann manifestó que hay que "IMPONER SILENCIO A LA IMAGINACION" 5. No realizar preguntas directas, si se recibe como respuesta varios SI o NO repetidamente, estamos en mal camino 6. No interrogar superficialmente, lo profundo es más importante y excluyente 7. No tomar unos pocos síntomas, la totalidad de los síntomas nos llevara a un tratamiento adecuado. 8. No tomar solo síntomas relacionados, hay que individualizar constantemente, para individualizar al paciente y al medicamento. 9. No tener esquemas rígidos, evitar la rutina. No podemos hacer un definido numero de preguntas, e inclusive un orden preestablecido. Puede seguirse un orden pero debe tener la facultad de adaptarse a cada paciente.
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10. No sugerir las respuestas Es tan importante no caer en la tentación de facilitarnos la vida, pero se que es difícil no hacerlo, pues recordemos que a pesar de ser Médicos, somos tan seres humanos como quien tenemos en frente, con todas nuestras cualidades, pero también con todos nuestros errores. Recordemos que así realicemos el mejor trabajo, nuestros pacientes a la final, así sea que pasen 80 años, se morirán, por lo cual debemos curar, aliviar o aconsejar según nos enseño Hipócrates, de esta manera lograremos con éxito nuestro cometido, que es, mejorar la calidad de vida de las personas. Somos apenas guías que acompañamos a los enfermos mientras se encuentran perdidos en el bosque de enfermedades, hasta que un buen día encuentren su camino de la curación y esto les lleve a alcanzar sus altos fines de existencia, el camino es de ellos, no el nuestro. El Médico, ese gran detective, su actitud debe ser de bienvenida, creo que las personas que tienen mal carácter, que son resentidos, agresivos, prepotentes, no deberían estar en el campo de la medicina. Recordemos que así como auscultamos al paciente, el también nos estará estudiando, mirando, criticando, buscando en nuestra forma de actuar, en cada gesto una respuesta a sus cuestionamientos. Y si encuentra un error, o peor aún se siente agredido de alguna forma con nuestra forma de ser, se encerrara, se volverá callado, refugiándose en su silencio como una forma de defenderse y esto nos impedirá encontrar el verdadero desequilibrio del paciente. Muy por el contrario la buena predisposición a la profesión debe ser su forma de vida, dando la bienvenida al paciente y poniendo a su disposición todos sus sentidos, vista, tacto, olfato, oído, gusto, y además sentido de espiritualidad con amor y comprensión, para quien solicita nuestra ayuda. En este punto dejemos que el maestro Kent nos guíe con su sublime mano al decirnos: "Ningún hombre puede volverse grande si no tiene la habilidad de ver esta naturaleza en las enfermedades que están a su alrededor. Me considero a mi mismo el centro, alrededor del cual se mueven mis pacientes en sus órbitas; desde ya que el círculo interno de éstas está muy cerca del mío. Estos son los más inteligentes, los más apreciados, los que han aprendido nuestras grandes verdades y los más queridos entre todos los que tengo que tratar. Yo soy un verdadero amigo; ellos me aman y yo los amo a ellos. Nos alegramos unos con los otros.
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Fuera de éste hay otro círculo, un poco más alejado, un poco menos inteligente, por quien puedo hacer un poco menos. Aún más lejos hay otro, y otro y aún otro; hasta el circulo externo, que está penetrado de ignorancia, por quienes puedo hacer menos que por el resto; pero aún aquí puedo hacer más que la vieja escuela, mejor que cualquier otro método. No es jamás en éstos donde hacemos nuestras curaciones brillantes, donde hacemos el trabajo del maestro. Es en el circulo interno, el más cercano a nuestra inteligencia donde son hechas estas cosas grandes. Les hablo de la práctica de la Homeopatía tal como pretendemos hacerla; tenemos el poder de cambiar completamente la naturaleza enferma llevándola hacia una relativa salud. Una cosa más debo puntualizar. Pueden realmente ver cómo, cuando alguien se desvía continuamente detrás de nuevos medicamentos, medicamentos que tienen solo pocos síntomas experimentados y registrados, y descuida aquellos de los cuales se tiene un conocimiento exacto a través de nuestros propios registros y experimentaciones, ése se vuelve más y más insatisfecho con su trabajo diario y necesariamente recurre a métodos dudosos y finalmente a mezcolanzas; por eso, rueguen a nuestros jóvenes tomen el caso con cuidado, que registren sus progresos concienzudamente, y en su debido tiempo, serán los que todos se esfuerzan por ser: maestros prescriptores." En el parágrafo 84 Hahnemann nos indica la actitud del Medico: "El médico ve, oye y observa con todos los sentidos cualquier cambio o fenómeno extraordinario que se presente al paciente. Lo escribe todo en el papel con las mismas palabras que emplea el paciente y las personas que lo rodean…" El Médico debe convertirse en un investigador incansable para encontrar al paciente en su verdadera dimensión. Cuando este ingresa a nuestra consulta debemos observar cada detalle, y darle el tiempo suficiente para que nos relate todos sus síntomas, por lo tanto en un inicio lo más importante será escuchar, escuchar y escuchar, debemos escribir todos los síntomas importantes, pero en el lenguaje propio del paciente, recordemos que la Materia Médica es la descripción que de las diferentes sustancias han hecho y los siguen haciendo
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